Las Fuerzas Armadas han desarrollado un plan de despliegue rápido -en un plazo máximo de 48 horas- para hacer frente a un nuevo brote del coronavirus. Se trata de una intervención que, sobre el papel, guardia ciertas similitudes con la Operación Balmis, impulsada durante el estado de alarma, con los principales objetivos de desinfección, apoyo sanitario y vigilancia de infraestructuras críticas.
Margarita Robles desvela la existencia de este plan en la comisión de Defensa que este lunes se celebra en el Congreso de los Diputados. Según la titular de la cartera, las Fuerzas Armadas tienen las instrucciones para desplegarse en un plazo máximo de 24-48 horas para hacer frente a un nuevo brote del coronavirus. Como adelantó Vozpópuli, el Ejército de Tierra ya ha adquirido respiradores por valor de 250.000 euros frente a futuras pandemias.
El objetivo de este despliegue es evitar el colapso que se registró en los primeros compases de esta crisis sanitaria. La propia ministra afirma que guarda ciertos paralelismos con la Operación Balmis, en la que la Unidad Militar de Emergencias (UME) fue la punta de lanza contra el virus, cediendo el protagonismo de forma paulatina a otros cuerpos militares, principalmente el Ejército de Tierra.
Despliegues tras el estado de alarma
Este lunes, este diario detallaba que el Ministerio de Defensa mantendrá activos algunos despliegues militares tras concluir el estado de alarma. Las administraciones podrán seguir apoyándose en las Fuerzas Armadas para cumplir con diferentes propósitos sanitarios, aunque no con la misma celeridad con la que se han desarrollado bajo el mando único que se ha constituido durante la crisis.
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