España

La degradación política en Venezuela anticipa una crisis dilatada para los dos españoles detenidos

Fuentes consultadas por 'Vozpópuli' vinculan el futuro inmediato de los dos españoles a la grave situación política que atraviesa Venezuela

José María Basoa y Andrés Martínez, los dos españoles detenidos en Venezuela
José María Basoa y Andrés Martínez, los dos españoles detenidos en Venezuela

José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme son los nombres de los dos ciudadanos españoles arrestados por el régimen de Nicolás Maduro bajo acusaciones de preparar un complot en Venezuela y acabar con el Gobierno de Caracas. Son dos ciudadanos procedentes de Bilbao que, según su entorno directo, nada tienen que ver con el CNI -tal y como apuntan sus captores- y, ni mucho menos, con la capacidad ni la intención de participar en semejante misión subrepticia.

De 35 y 32 años, los dos españoles volaron hasta Venezuela el pasado 17 de agosto. Familiares y amigos destacan su inclinación habitual hacia los viajes internacionales. Eran dos ciudadanos anónimos hasta que el régimen de Madura los puso en el punto de mira: el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, les acusó en una entrevista televisada de ser emisarios de los servicios de Inteligencia españoles y conformar, junto a tres estadounidenses y un checo, una célula preparada para golpear en objetivos estratégicos y, a la postre, desestabilizar al Gobierno de Caracas.

Tal extremo ha sido desmentido categóricamente por el Ejecutivo español. De hecho, enmarcan las detenciones en el relato construido por el régimen de Maduro tras las polémicas elecciones a la presidencia que reeditaron su mandato, a pesar de que la comunidad internacional las pone en duda al considerar que el líder opositor -presidente electo a ojos de España, tal y como determinó el Congreso- Edmundo González fue quien verdaderamente se impuso en las urnas. Éste se encuentra en nuestro país tras pedir asilo político.

Ataques de Venezuela a España

Fuentes consultadas por Vozpópuli consideran que los últimos ataques a España forman parte de esa estrategia, en busca de un enemigo común en el exterior con el objetivo de tapar internamente la crisis política que atraviesa Venezuela. Y que el régimen bolivariano se agarró a las palabras de la ministra de Defensa española, Margarita Robles -calificando al Gobierno de Caracas como "dictadura"-, para reforzar ese relato estratégico.

Pero la ofensiva ha dado un paso más tras conocerse la detención de José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme. Según Venezuela, España está "metida hasta el cuello" en una operación coordinada por Estados Unidos para desestabilizar al régimen de Maduro; una misión de la que participarían, siguiendo el relato de Caracas, los dos bilbaínos.

El futuro de los dos españoles

Así, fuentes diplomáticas apuntan a este diario que el futuro inmediato de ambos españoles está ligado, inexorablemente, a la situación que se vive en Venezuela. Nicolás Maduro ha dado un paso más en la degradación política del país tras los últimos comicios, lanzando una ofensiva contra opositores y negándose a entregar las actas de las votaciones, a pesar de los indicios de su derrota electoral.

Esta degradación política también conlleva un mayor aislamiento internacional. La Unión Europea debatirá en los próximos días su postura hacia Venezuela, con el previsible apoyo a Edmundo González y la exigencia de que se entreguen las actas electorales. Otros países u organismos de la comunidad internacional, como Estados Unidos, ya han dado pasos en el mismo sentido.

Mientras tanto, es previsible que Nicolás Maduro mantenga el relato de ser víctima de un complot internacional, que afecta a los dos ciudadanos españoles capturados en Venezuela. Hasta el momento, el Gobierno español no ha desvelado desde cuándo sabe de la detención.

La diplomacia de nuestro país ha puesto en marcha los resortes para dar apoyo tanto a los detenidos como a sus familiares, si bien hasta el momento se han encontrado con un muro en Venezuela: Maduro ha construido su papel de víctima de complot en torno a los dos bilbaínos y no se prevé una resolución a corto plazo sobre su situación.

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