España

El derroche de las vacunas: las CCAA devuelven más de dos millones de dosis

El fracaso de la tercera dosis hace que Sanidad tenga un stock con millones de vacunas que no pueden ser donadas. Su precio ronda los 16 millones de euros

Sobredosis de vacunas. Los almacenes del Ministerio de Sanidad están a rebosar de viales que no tienen un destino definido y cuyo fin más que probable será la destrucción. Son más de dos millones las dosis que las comunidades autónomas han devuelto al Ministerio de Sanidad al no poder encontrarles uso. Así lo revela el Gobierno central en una respuesta parlamentaria a la que ha tenido acceso Vozpópuli.

En total, son 2.197.290 las dosis sobrantes a fecha de 31 de marzo, por lo que la cifra puede ser incluso superior ahora. No solo eso, en los almacenes del Ministerio hay más de 15 millones de viales cogiendo polvo en los estantes. El destino de estas 15 millones de dosis no está claro todavía, aunque el Ministerio podría optar por su donación a terceros países. No ocurre lo mismo con las 2,1 millones de vacunas devueltas por las CCAA, que, como reconocen desde Sanidad en la respuesta parlamentaria, no podrán ser destinadas a otras regiones.

La inoculación de la tercera dosis ha sido un fracaso, lo que explica la cantidad de vacunas sobrantes en las comunidades autónomas. Según el último informe de vacunación del Ministerio, solo el 52,1% de la población española tiene la dosis de refuerzo. El mensaje de las autoridades sanitarias, en esta ocasión, no ha calado, y eso que los españoles han sido los europeos más receptivos a la vacuna del coronavirus.

La falta de consenso médico sobre la necesidad de una tercera dosis ha sido percibida por una población a la que se prometió inmunidad con dos dosis. Los especialistas en vacunas por excelencia, los inmunólogos, fueron los primeros en oponerse a una dosis de refuerzo en menores de 60 años. En su lugar, ellos defendían la necesidad de continuar el proceso de vacunación en otras partes del mundo, algo clave para evitar la aparición de nuevas variantes. Su voz no fue escuchada ni por el Ministerio de Sanidad, ni por las comunidades autónomas. No hay que olvidar que en el órgano europeo que promovió la tercera dosis no hay un solo inmunólogo, hecho que ya denunció este diario.

Coste económico

Este despilfarro de vacunas se traduce en dinero tirado a la basura. Galicia, Madrid y País Vasco han devuelto 291.010 vacunas de Pfizer. Cada dosis cuesta 19,5 euros después de que la farmacéutica subiera sus precios tras el fracaso de las vacunas de AstraZeneca y Janssen. Esto supone malgastar 5,6 millones de euros invertidos en estos viales.

De Moderna, la vacuna más cara, han devuelto dosis Andalucía y Baleares. En total, 241.100 dosis a 21 euros cada una, lo que implica una pérdida para el estado de 5 millones de euros. En cuanto a Janssen, las devoluciones se extienden por 12 CCAA. Cerca de medio millón de dosis de esta vacuna será destruido, un despilfarro de 3,8 millones de euros. Finalmente, hasta 11 CCAA han procedido a la devolución de más de un millón de vacunas de AstraZeneca, lo que supone un coste de 2 millones de euros.

En total, 16 millones de euros que no han servido para absolutamente nada. A estos costes habría que sumar el precio de la destrucción de los viales, que debe seguir un procedimiento concreto, la logística empleada en su transporte, la tecnología para su refrigeración y los gastos energéticos.

Sanidad explica en su respuesta parlamentaria que estas vacunas no pueden donarse por el mecanismo COVAX de Naciones Unidas, ya que no admite "vacunas que estén próximas a su caducidad. La operativa de COVAX parte de dosis entregadas directamente desde las plantas de fabricación, y COVAX se responsabiliza de la conservación y distribución de las vacunas hasta el país destinatario de la donación".

"Desde el Gobierno, a través del Ministerio de Sanidad, se trabaja para evitar la pérdida de cualquier vacuna, si bien es un procedimiento que está sujeto a muchos condicionantes por parte de los países receptores, ya que la recepción de las vacunas requiere de un gran esfuerzo técnico para organizar una cadena de logística compleja, dadas las especiales condiciones de conservación. Por ello, los países receptores necesitan tiempo para organizar internamente el despliegue de vacunas y su administración", argumentan.

Poniendo una tercera dosis a toda la población, seguirían sobrando 122 millones de vacunas

Un malgasto previsible

Desde este periódico ya se alertó sobre la cantidad de vacunas que sobrarían en nuestro país dadas las compras efectuadas. Incluso si todo el país se pusiera la tercera dosis, seguirían sobrando 122 millones de vacunas. El gasto en estas dosis inutilizadas superaría los 1.000 millones de euros. Mientras, en la Ponencia de Vacunas se empieza a estudiar la posibilidad de aprobar una cuarta dosis en ciertos colectivos, una pauta de la que todavía no existen grandes evidencias científicas.

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