La noticia sorprendía este domingo: la Guardia Civil intervenía en una masía de la provincia de Barcelona casi media tonelada de precursores de explosivos y otro material para fabricar elementos de riesgo. La operación que contó con la participación de agentes especializados se llevó a cabo en un lugar recóndito, aislado, donde el hombre podía llevar a cabo su actividad sin levantar sospechas. ¿Qué le llevó a acumular tal cantidad de elementos químicos? ¿Cuál era su motivación principal? ¿Hasta qué punto constituía una amenaza para la sociedad?
Los investigadores de la Guardia Civil analizan el contenido de los terminales electrónicos intervenidos en una masía de la Bergadá, en la provincia de Barcelona, en busca de evidencias sobre las motivaciones del individuo al que se le intervinieron casi 500 kilos de precursores de explosivos. Fuentes próximas a las pesquisas confirman a Vozpópuli que se trata de un individuo de 41 años, con un "perfil inquietante" y que su principal motivación -al menos en base a lo que se ha podido saber hasta la fecha- es su "afán de experimentar".
Este hombre, que se dedicaba profesionalmente a la herrería o a la forja con elementos metálicos, vivía con sus padres, que rozaban los noventa años, y ocultaba en su masía "un taller enorme" en el que se localizaron ingentes cantidades de precursores de explosivos. Se trata de un lugar aislado, de difícil acceso, lo que le permitió experimentar con estos elementos y mantener la discreción en su entorno, a pesar de que los agentes han encontrado evidencias de que sufrió algunos incidentes durante la manipulación de los materiales.
"Introvertido" y "solitario" son algunas de las palabras con las que fuentes próximas a la investigación definen al individuo. De él destacan la "personalidad inquietante", toda vez que se sospecha su consumo de drogas -en la vivienda se intervino un kilo de marihuana- a pesar de los "problemas psicológicos" que padecía. La principal "incógnita" con la que trabajan los agentes es averiguar las razones que le llevaron a adquirir 348 kilos de precursores de explosivos y 119 kilos de otras sustancias químicas. También se intervinieron mecha y 2,2 kilos de pólvora elaborada artesanalmente.
'La madre de Satán'
Los investigadores consideran que, con el material aprehendido, se pretendía fabricar pólvora o triperóxido de triacetona, también conocido como la madre de Satán y habitualmente utilizado por los terroristas islamistas, muy peligrosa y de alto poder destructivo. Prueba de ello es que, además de todos estos elementos, los agentes intervinieron matraces y probetas de diferentes capacidades, manto de calentamiento eléctrico, agitadores magnéticos, bombas de vacío, controladores de flujo y alambique, entre otros.
Se pretendía fabricar pólvora o triperóxido de triacetona, también conocido como la madre de Satán y habitualmente utilizado por los terroristas islamistas
Debido a la presencia de estos elementos, la Jefatura de Información (UCE3) de la Guardia Civil -a cargo de las pesquisas- contó con la colaboración del Grupo de Información, el Grupo de Desactivación de Explosivos (GEDEX) y Servicio Cinológico (perro detector de explosivos) de la Comandancia de Guardia Civil de Barcelona, y el Grupo de Acción Rápida (GAR).
Grave amenaza
La Guardia Civil descarta por el momento las motivaciones políticas o terroristas. Tampoco hay indicios de su vinculación con grupos criminales. "Parece que lo hacía como un reto o desafío con fines de experimentar", indican fuentes de la operación. Sin embargo, el "perfil peligroso" del individuo, así como el riesgo que supone la manipulación de estos elementos, constituían una grave amenaza para la seguridad: "Nadie sabe qué podría hacer con todo ese material durante una crisis psicológica, si su entorno se podría aprovechar de los explosivos o si, llegado el caso, estaría en disposición de venderlo".
A este hombre de 41 años se le imputan los delitos de fabricación y depósito ilegal de explosivos, el de riesgo provocado por explosivos y otros agentes -toda vez que podía causar graves daños contra sus padres, residentes en la misma masía- y otro contra la salud pública, debido al kilo de marihuana que se le intervino en el momento de la detención.
La investigación comenzó hace exactamente un año cuando agentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil conocieron a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) de una
transacción sospechosa de precursores de explosivos a través de una plataforma de comercio online.
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