Carlos García Morales, conocido como 'El Matador', llevaba más de una década en el punto de mira de las autoridades españolas y colombianas. Este gallego distribuía en nuestro país la cocaína de los narcos colombianos. La Policía Nacional ha detenido a este delincuente al que ha intervenido un arsenal de guerra, un lanzacohetes incluído, y ha interceptado más de 2.600 kilos de cocaína.
García Morales, que es originario de Xinzo de Limia (Ourense), se codeaba con los conocidos narcotraficantes de Medellín (Colombia). Ya fue detenido hace más de una década, en 2011, cuando salía de su residencia de lujo en el país colombiano. Su alianza era con el clan de 'Los Rastrojos'.
Una vez que cumplió su pena en España se desplazó a Asturias para establecer sus nuevas instalaciones para la distribución de cocaína. Una idea que venía de antes de su detención. Vio la oportunidad de negocios y también poder esconderse de las manos de la justicia. Algo que ha sido posible hasta ahora.
Una organización mundial
La 'Operación Espeto' ha contado con la colaboración de la DIRAN de la Policía Nacional de Colombia y la agencia estadounidense Homeland Security Investigations (HSI). Los agentes han desarticulado una peligrosa y activa organización criminal narcoglobalizada.
Parte de la droga, unos 2.000 kilogramos, fue interceptada en aguas internacionales del Caribe cuando era transportada en barco desde Sudamérica para su distribución en territorio español y el resto, más de 600 kilogramos, se encontraba oculta en una nave industrial en Siero (Asturias).
La investigación comenzó en enero de 2021 cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal que, compuesta por miembros de diferentes países de Sudamérica y que operaban principalmente desde Colombia, pretendía introducir en España una importante cantidad de cocaína.
Un barco con 2.000 kilos de cocaína
Los colombianos se habían desplazado a Madrid para reunirse con un conocido narcotraficante gallego, 'El Matador', responsable de la distribución de la droga en nuestro país. Tras este encuentro los investigados planifican el envío de dos toneladas de cocaína para finales de julio de 2022.
La embarcación, que transportaba 2.000 kilogramos de sustancia estupefaciente, fue intervenida en aguas internacionales próximas al Caribe, frustrando así el propósito criminal de la organización. Durante este operativo sus cinco tripulantes fueron arrestados no obstante.
A pesar de este operativo, un mes más tarde, el grupo narcotraficante preparó un segundo envío de cocaína hacia España, por lo que los agentes volvieron a detectar nuevas reuniones entre los propietarios de la droga y el narcotraficante gallego, todas ellas en nuestro país.
Transportaba cocaína simulando un viaje familiar
Los policías localizaron una nave industrial en Siero (Asturias) donde se encontraban ocultos otros 600 kilogramos de cocaína. Hasta este lugar se había desplazado el narcotraficante gallego, en compañía de su pareja, con el objetivo de eludir la atención policial simulando un viaje familiar.
Con la pareja también viajaba un mexicano, como fedatario de la organización, que, por un lado se encargaba de atestiguar que todo se realizaba según lo pactado y, por otro, realizaba labores de avanzadilla con el vehículo advirtiendo de la posible presencia policial durante el camino .Estas tres personas fueron arrestadas junto al resto de integrantes de la red, encargados de la logística para la introducción de la cocaína en España.
Un lanzacohetes
Asimismo en la nave industrial también fue localizado un arsenal de armas de guerra compuesto por fusiles de asalto, granadas de mano, explosivos, lanzacohetes, silenciadores, armas cortas y cartuchería de multitud de calibres, entre otros objetos. Estas armas, junto a otras intervenidas en el domicilio de Galicia del narcotraficante español, que muestran el grado y nivel de la organización ahora desarticulada.
Las armas fueron remitidas a los laboratorios de Policía Científica para proceder a su análisis pericial mientras que el lanzacohetes, el explosivo plástico, la granada y el detonador fueron analizados por los especialistas de TEDAX-NRBQ. Tras una inspección inicial del lanzacohetes, los agentes consideraron que, debido a su inestabilidad, era necesario proceder a su inutilización y destrucción controlada, trasladando el lanzacohetes a un bunker seguro donde se realizó su explosión controlada.
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