La deuda española llegaba a superar el 5,65% a media mañana de hoy, mientras la italiana superaba ampliamente el 6%, liderando con mucha diferencia las pérdidas en los mercados de renta fija europeos. Todo ello, debido a la resaca de la semana pasada, en la que los miembros del Eurogrupo aprobaron un paquete de medidas de rescate bancario y a las puertas de la reunión del G-20.
Después de asistir a dos cumbres anticrisis en sólo cuatro días, los dirigentes europeos acordaron aumentar el fondo de rescate hasta el billón de euros, recapitalizar los bancos y efectuar una quita de deuda griega del 50%. Sin embargo, estas medidas no han evitado el patinazo de la deuda en los países periféricos.
La euforia vivida el jueves tras la cumbre europea no ha tardado en desaparecer. Los bonos españoles, italianos y belgas bajan a medida que la preocupación aumenta en torno a las medidas adoptadas por los líderes europeos para frenar el contagio de la crisis de deuda. Hay que reconocer, eso sí, que a medio día los descensos se moderaban, colocándose lejos de los mínimos de la apertura.
El rendimiento italiano a cinco años repuntaba hasta su nivel más alto desde la presentación del Euro en 1999, cuando el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguraba que podía cumplir con los objetivos de reducción de déficit. La rentabilidad española a 10 años se situaba en máximos de diez años (sin tener en cuenta el repunte puntual del pasado 8 de agosto).
Mario Draghi, a las puertas del BCE
La prima de riesgo española repuntaba hasta los 350 puntos básicos, desde los 334 que marcó en la apertura. La de Italia se elevaba hasta los 404 puntos básicos, desde los 386 de esta mañana. Por su parte, la prima de riesgo griega, que comenzó la sesión en los 2.100 puntos básicos, bajaba hasta los 1.931, al igual que la de Portugal, que caía hasta los 906 puntos básicos. La prima de riesgo de Irlanda se situaba en los 573 puntos básicos.
Todo ello en espera de del desembarco del italiano Mario Draghi como nuevo hombre fuerte del Banco Central Europeo (BCE), en sustitución de Jean-Claude Trichet. Draghi es un histórico de Goldman Sachs y tutelará al organismo emisor en estos momentos convulsos.
Los críticos afirman que su pasado en una entidad tan controvertida como Goldman, así como el hecho de ser hombre afín a Berlusconi, no le confieren el perfil de persona más adecuada para el cargo. Los mercados estarán muy atentos a sus primeras actuaciones.
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