La reapertura de los espacios públicos en Madrid ha desencadenado ciertos episodios de descontrol. Imágenes estridentes de aglomeraciones tras semanas de confinamiento que despiertan la preocupación de aquellos sectores que, durante la pandemia, han estado en primera línea contra el coronavirus, en muchas ocasiones con medios de protección insuficientes u obsoletos. Entre ellos, los policías nacionales. Uno de ellos relata en una suerte de diario de patrulla las experiencias que ha vivido en los últimos días: botellones multitudinarios, pachangas de fútbol, familias enteras que pasean pese a las restricciones.
"Desescalada sí, pero con coherencia", detalla Pablo Pérez, policía que patrulla en el sur de la Comunidad de Madrid y también portavoz del sindicato Jupol. Sus conclusiones no son positivas tras un fin de semana de trabajo. Lamenta la "falta de empatía" de los ciudadanos y teme las consecuencias que puedan desencadenarse a corto y medio plazo: "Hace ya una semana desde que desde el Gobierno nos abrieron las puertas de nuestras casas después de ya demasiados días encerrados, pero como era de prever, la situación se ha ido de madre".
"Dos noches de trabajo como policía nacional, dos noches de fin de semana en la fase 0 de la desescalada, dos noches que desde el inicio del servicio a las 21.30 horas, han hecho que me dé cuenta de la falta de empatía, coherencia y sentido común de muchos de los residentes del municipio en el que desempeño mi labor, algo que desgraciadamente veo que se repite en casi todas las localidades de España", detalla Pablo Pérez en su particular diario de patrulla.
Entre las 21.00 y las 23.00
Su afirmación se basa en las escenas que ha presenciado en las noches madrileñas -con picos de afluencia entre las 21.00 y las 23.00, cuando están permitidos los paseos-, en un municipio al sur de la Comunidad: "Familias completas paseando en grupo, amigos jugando al fútbol en el parque, y, ya lo último, grupos de personas de botellón como si la cosa no fuese con ellos". A continuación, su relato de lo que vivió el pasado viernes:
"En ocasiones he tenido que respirar profundo… Llamada del 091: 'Un centenar de personas de botellón en un parque'. No podía dar crédito a lo que escuchaba. Pero al llegar al lugar, así era. Quizá un número no tan elevado, pero que superaba la media centena. Nada más percatarse de la presencia policial, huyen en diferentes direcciones, demostrando este hecho que todos son conocedores de que no están actuando acorde a las ley e incumpliendo el Real Decreto. Las primeras ocho denuncias de la noche, apenas a 15 minutos del inicio de la jornada".
No hay tiempo para relajarse. Según el relato de Pérez, a los pocos minutos reciben otra llamada: "Pelea entre varias personas. Un joven que increpa durante varios metros a un grupo de personas que pasean juntas, hasta que la tensión llega a las manos. El joven explica que su madre es enfermera en el hospital, que la ha visto enfermar, y recuperarse, para volver a su trabajo, lo que hace que él pierda los papeles al ver cómo esas personas incumplen las normas de seguridad, poniendo en riesgo la integridad de las personas, y, por ende, la de su madre que tanto ha trabajado para combatir este virus".
Situaciones de madrugada
¿Cómo afronta un policía estas escenas de tensión? "Cada minuto que pasa sientes que la paciencia se te agota". Pero con un uniforme puesto, "haces de tripas corazón y tratas de explicar con la mayor serenidad que esta crisis es de todos". E insta a todos los implicados a cumplir con las recomendaciones, "a remar juntos" para salir lo antes posible de la crisis sanitaria que ha puesto en jaque a todas las instituciones del país.
Dan las 23.00 horas, momento en que la gente debe regresar a sus casas, y el equipo que integra Pablo Pérez -los agentes trabajan en un binomio permanente durante la pandemia para minimizar el riesgo de contagio- ya acumula otras siete sanciones: "Más personas reunidas, con sus cervezas e incluso con sus porritos".
Ya de madrugada, la presencia de gente se reduce al máximo en las calles de la Comunidad y de España. Pero aún sigue habiendo lugar para las "sorpresas": "Son las 2.00, un coche con tres adultos y una niña pequeña". Resultado, "tres sanciones más". Y a los pocos minutos reciben la notificación de que unos compañeros han impuesto otras dos a dos adultos que, además, son detenidos por incurrir en un delito contra la seguridad vial.
Tras estas intervenciones, el portavoz de Jupol hace un llamamiento a cumplir las normas para superar los efectos de la pandemia con la mayor celeridad: "Ha llegado el momento de ser sensatos, de actuar con sentido común. Piensen en la cantidad de fallecidos, en todas esas familias que no han podido despedirse de sus seres queridos. Los policías nacionales somos completamente conscientes de los momentos difíciles que estamos viviendo y de las situaciones que está generando esta crisis sanitarias, pero, por favor, empaticen con aquellos que tienen cerca y rememos todos en el mismo sentido. Esa es la mejor fórmula para salir de esta situación".
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