La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se han escudado este martes en el desconocimiento de sus agendas públicas y no han aclarado si asistirán a la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid los días 29 y 30 de junio. Los ministros morados dieron plantón este lunes a la celebración del 40 cumpleaños de la entrada de España en la Alianza y dejaron solo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al Rey, Felipe VI, con el jerifalte del club militar militar más importante del planeta.
La líder de Unidas Podemos en Moncloa, que excusó su ausencia en el Teatro Real por una "cita médica", ha evitado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros valorar la beligerante posición de los morados respecto a la cita de la OTAN finales de junio, a la que ya advirtieron que no irían entre otros motivos porque el Gobierno ha invertido en ella 37 millones "a dedo".
"Nunca me refiero a formulaciones que hagan los partidos", ha espetado Díaz. Mientras que Garzón, que ha asegurado que aún no sabe qué va a "hacer la semana que viene", no ha escondido que la posición de su partido, Izquierda Unida, es conocido por antimilitarista y antiOTAN. Aunque ha antepuesto los términos del acuerdo de coalición a su posición con respecto a la Alianza.
El marcaje del PSOE
"En cuanto conozcamos las agendas de aquí en adelante se las comunicaremos como todos los días", ha zanjado la titular de Trabajo. Por su parte, Garzón ha recordado que su agenda es pública y que, una vez se sepa, habrá respuesta a si estará o no junto a lo más granado de Occidente. Eso sí, la ministra portavoz, la socialista Isabel Rodríguez, ha marcado a sus 'colegas' morados.
La también ministra de Política Territorial ha intervenido en primer lugar para fijar la posición del Ejecutivo en su conjunto sobre la OTAN y la cumbre y para recordar que la política Exterior es un asunto que atañe al presidente, Pedro Sánchez. Y eso que las preguntas de la prensa iban dirigidas tanto a Yolanda Díaz como a Alberto Garzón. Aún así, Rodríguez ha reiterado la "importancia estratégica" para el Ejecutivo de la cita de Madrid y el "compromiso con la Alianza". "Esta cita es muy importante, porque afecta a la reputación de España", ha remachado la portavoz.
Lo cierto es que la rueda de presa del consejo de ministros ha dejado clara una cosa: que el PSOE no quiere que la voz discordante de su socio se oiga muy alto. No es plato de buen gusto para el sector socialista compartir Gobierno con una fuerza abiertamente beligerante a la OTAN justo cuando la Alianza se reunirá en Madrid en una cita histórica dado el contexto de guerra en Ucrania y el proceso de adhesión de dos países tradicionalmente neutrales, como Suecia y Finlandia.
El interrogante de la cita entre Biden y Sánchez
Moncloa pondrá toda la carne en el asador para que la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid sea un espaldarazo político a Sánchez. El líder socialista, atravesado por un contexto político adverso, anhela un encuentro a solas con su homólogo estadounidense, pero fuentes gubernamentales no aclaran si ambos harán hueco para mantener un encuentro privado. Todo está en el aire, según fuentes gubernamentales, y no se sabe aún qué encuentros bilaterales se mantendrán en Madrid.
Tampoco Exteriores tiene constancia, según las fuentes consultadas por este diario, de que la diplomacia española esté trabajando para propiciar esa foto y evitar otro fiasco en forma de saludo informal de unos segundos, como el que protagonizaron los dos mandatarios en Bruselas en junio del año pasado, durante otra cumbre de la OTAN, y en Roma cuatro meses después en una cita del G20.
Los sherpas que guían la acción Exterior de Sánchez, así como su comunicación, han aprendido del error que supuso elevar las expectativas sobre una cita de jefe del Gobierno español con su homólogo de EEUU. Pese a ello, la presión hacia el jefe del Gobierno crecerá. Y mientras, Isabel Rodríguez pone en valor el papel exterior de Sánchez tras el encuentro en Davos, la cita con el secretario general de la OTAN y el viaje a Bruselas ante el Consejo Europeo que deberá estrechar más las importaciones de petróleo procedentes de Rusia hacia territorio de la Unión.
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