Los delicados equilibrios que se van formando en Unidas Podemos obligan al secretario general del PCE, Enrique Santiago, a tomar partido en la pugna entre Yolanda Díaz e Irene Montero. Santiago es uno de los principales dirigentes de la coalición: lidera la facción comunista que se está convirtiendo en eje principal de la formación morada tras la salida de Pablo Iglesias. Aunque algunos creen que está ganando tiempo para evitar decantarse por una de las dos dirigentes en un momento en el que empiezan a trascender discrepancias internas.
La número dos de Podemos está trabajando con la secretaria general, Ione Belarra, para cerrar filas en la coalición y evitar situaciones incómodas más adelante. El papel de Yolanda Díaz, de hecho, genera sospechas en el partido morado. E incluso en el lado socialista del Gobierno miembros de algunos ministerios comentan que la vicepresidenta se halla políticamente “sola”.
La cuestión orgánica aparece difícil de resolver. Las dos dirigentes más conocidas a nivel mediático y electoral -Díaz y Montero- intentan ofrecer la imagen de unidad, pero internamente cada vez más dirigentes desvela reuniones de alta tensión y comentarios negativos pronunciados por ambos lados. De ello se muestran seguros algunos dirigentes del partido morado, que sostienen que Díaz ya está buscando una alternativa para construir algo parecido a un nuevo sujeto político que obligue a Podemos a entrar en posición de subalternidad. “Y si no lo hace, dirá que rompe la unidad”, afirman incluso desde el ámbito sindical.
Sin equipo y en búsqueda de un proyecto
“Yolanda no tiene a nadie, tan solo su equipo, pero carece de partido y de tropas”, dicen en Podemos. Las voces que sostienen que existe algo parecido a una guerra fría se multiplican casi cada día. Estos sectores describen incluso una estrategia de Irene Montero para “quemar” a Díaz: “Están haciendo como con Íñigo, piden que sea candidato sin que pueda elegir a equipo. Pero Yolanda es más lista, y se está organizando”, afirma un dirigente morado.
Con la salida, además, de pesos pesados del Gobierno como Iván Redondo y José Luis Ábalos, los morados más afines a Iglesias han perdido un canal directo de influencia en el presidente Sánchez. Y queda por ver si Yolanda Díaz y su gabinete logrará afianzar una mejor relación con Félix Bolaños y Óscar López en la Moncloa.
Irene Montero, a través de algunos dirigentes afines de la órbita de IU, como Amanda Meyer, puede contar con el respaldo de aliados notables (sobre todo en Andalucía). Pero queda por definir el papel de Enrique Santiago en el caso de un choque con Díaz en el futuro.
Elecciones generales y autonómicas
De momento, algunos sostienen que el político comunista y secretario de Estado de la Agenda 2030 se está manteniendo al margen. Otros, en cambio, aseguran que es un firme partidario de Montero y del esquema de Unidas Podemos. Es decir, que no respaldará nuevas fórmulas propuestas por Díaz. Personas afines a Díaz aseguran que hay una negociación abierta con Ada Colau (información que desde su sector no desmienten). En el ámbito de izquierda madrileña se habla incluso de diálogo con algunos dirigentes de Más Madrid.
En el tablero de la izquierda alternativa al PSOE, el PCE ha vuelto a ganar relevancia. Y para el futuro de Unidas Podemos se ha convertido en un puntal esencial para todos los que quieran crear una candidatura para las próximas elecciones generales y autonómicas. Si Yolanda Díaz piensa sobre todo en las elecciones generales, Irene Montero debe también preparar la campaña de las autonómicas. “El PCE está tomando el control de Podemos”, afirman incluso desde las filas moradas. Es por ello que la decisión de Santiago será clave para aclarar los equilibrios en el partido de Belarra y Montero.