España

Los Gimeno guardan silencio ante la juez que investiga el espionaje en El Corte Inglés

Dimas Gimeno, su hermano y su madre se acogen a su derecho a no declarar en la causa abierta en los juzgados de Plaza de Castilla por presunto espionaje a consejeros de los grandes almacenes

El empresario Dimas Gimeno, su hermano Miguel Ángel y su madre María Antonia Álvarez guardan silencio en la causa por supuesto espionaje en El Corte Inglés. El que fuera presidente de los grandes almacenes se ha acogido a su derecho a no declarar en el marco de la causa en la que se les investiga por presunto delito de revelación de secretos, según confirman fuentes jurídicas a Vozpópuli.

La magistrada Inmaculada Lova les citó para este 29 de julio tras admitir a trámite la querella presentada por el que fuera director de Relaciones Externas de El Corte Inglés y mano derecha del fallecido Isidoro Álvarez, Ángel Barutell, su esposa Gloria Allende y el periodista Eulogio López. Los tres denunciantes sostienen que les clonaron los teléfonos en plena guerra por el poder de la compañía y que espiaron con Pegasus a consejeros de la firma, además de jueces y fiscales.

Los denunciantes interpusieron su querella en diciembre del año pasado por delitos de presunta organización criminal, extorsión y revelación de secretos. Sin embargo, el juzgado no se pronunció hasta el pasado mes de junio, cuando decidió admitir a trámite la querella por el último de los delitos, en sintonía con lo manifestado por el Ministerio Fiscal.

Los Gimeno no declaran

Una de las primeras diligencias que acordó la juez fue citar a los denunciantes, quienes en sede judicial se ratificaron de todo lo contenido en la querella. Tras ellos, llamó a declarar a Dimas Gimeno, su hermano Miguel Ángel Gimeno y su madre, además del perito que analizó los teléfonos clonados de los denunciantes. Las fuentes consultadas explican que solo ha declarado este último y lo ha hecho para confirmar lo relativo al hackeo de los teléfonos móviles de los querellantes.

Cabe recordar que el escrito interpuesto en los juzgados recogía una serie de hitos que tuvieron lugar a lo largo de 2018, en plena pugna familiar de los Gimeno con Marta y Cristina Álvarez, las hijas adoptivas de Isidoro Álvarez. Según relataron, el entonces presidente de El Corte Inglés les pidió ayuda ante la ofensiva de las herederas universales alegando que le querían apartar de su cargo.

Barutell se prestó a ello dado a la cercanía que tuvo con el fallecido Isidoro Álvarez, de manera que les apoyó en la ofensiva judicial que los Gimeno impulsaron en los tribunales contra estas dos hermanas. En ese contexto se produjo una reunión en el despacho de sus abogados en la que Miguel Ángel Gimeno les pidió introducir un código en sus terminales. Según les trasladó, el objetivo era comprobar si el exjefe de Seguridad de la cadena, Juan Carlos Fernández-Cernuda les había intervenido los teléfonos.

Espionaje con Pegasus

Los querellantes aceptaron a la petición de Gimeno, el cual les trasladó que su hermano había contratado "una agencia de espionaje internacional" especializada en delitos informáticos para averiguar si los dispositivos estaban infectados. En la querella relatan que se les trasladó que estaban "limpios" pero, tiempo después, comenzaron a notar que aparecían cosas extrañas en los teléfonos llegando a comprobar que se los habían clonado.

También denunciaron que en el domicilio de los Barutell-Allende encontraron un micrófono oculto en el vestidor y otro en la biblioteca, lugar este último donde solían hacer las reuniones con los Gimeno. A partir de este hallazgo, comenzaron a vivir "con cierto temor" mostrándose arrepentidos de ayudarles en sus planes. Al respecto sostienen que descubrieron que la verdadera finalidad no era evitar que le apartaran de la presidencia sino vender las acciones que poseía de la sociedad familiar al mayor precio posible.

Al hilo sostienen que también que, en el marco de esta guerra familiar, hicieron seguimientos a consejeros de El Corte Inglés, a su director de Seguridad, a jueces y fiscales. Para ello se habrían apoyado en tres empresas de seguridad contratadas entonces: se trata de Kroll, Intelligence Bureau y NSO Group; esta última la firma israelí que comercializa el software Pegasus.

"De todo el calvario vivido por los querellantes, debemos insistir en la vulneración que con respecto a su intimidad se ha efectuado por parte de los querellados, violando lo más íntimo y perteneciente a la esfera de su privacidad.
Los querellados siempre actuaron como un grupo organizado, María Antonia Álvarez se jactaba en numerosas ocasiones de que nadie sospecharía nunca de una 'viejecita de 72 años', pero desde luego actuaba como cabecilla y era quien daba las órdenes", plasman en la querella.

Desde el entorno de Dimas Gimeno, Miguel Ángel y María Antonia Álvarez, por su parte, se negó "categóricamente" a este medio que contrataran NSO Group para espiar a nadie dentro de El Corte Inglés.

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