España

Poder, lujos, alabanzas y vetos: el primer capítulo de la docuserie sobre Sánchez acaba siendo una oda a su persona

Relata poco sobre el día a día de un presidente o su lado más íntimo, pero sí se observa un esfuerzo por mostrarle como un líder de primer orden internacional

No han transcurrido ni dos minutos de la docuserie ‘Moncloa, cuatro estaciones’, cuando Pedro Sánchez ya hace alarde de sus bienes más preciados en tanto al cargo que ostenta: el avión oficial y el helicóptero ‘Super Puma’. Los dos medios aéreos del Ejército del Aire y del Espacio que le evitan tener que ir en coche desde la sede de la presidencia del Gobierno, en el distrito de Moncloa, hasta la base militar de Torrejón de Ardoz. Así empieza el documento audiovisual que nadie quiso emitir y que este domingo, al módico precio de 15 euros para sus suscriptores premium, El País ha ofrecido en exclusiva. Hacer gala del poder que ostenta y del alto tren de vida que le permite ser el ser presidente del Gobierno es una constante en los 42 minutos que dura el primer capítulo del documental, que empieza con la invasión rusa en Ucrania.

La docuserie, dirigida por Curro Sánchez Varela y producida por The Pool y Secoya Studios, no se asemeja mucho con otras producciones similares como ‘El Ala Oeste de La Casa Blanca’. ‘Moncloa, cuatro estaciones’ es una oda permanente al hombre que ocupa actualmente la presidencia del Gobierno. Pues Pedro Sánchez aparece en algo más de un 70% de los planos. Alguno de ellos, aunque pocos, con su esposa, la imputada Begoña Gómez. 

Al inicio del documental, se les ve desayunando en la residencia oficial del Palacio de la Moncloa. Con Ángels Barceló de fondo, la única voz radiofónica que se oye durante todo el documental, junto con la de Carlos Franganillo cuando estaba en el Telediario, y repasando los periódicos conservadores. Una Begoña sonriente, un tanto impostada -como en muchas ocasiones se observa también al protagonista-, le pregunta a su marido ¿qué dicen los periódicos hoy?. Finlandia, mucho Suecia… nada que ver con las portadas que tienen que comentar este 2024, Con la presunta corrupción que acecha a la pareja como portada casi a diario.

‘Moncloa, cuatro estaciones’ trata de presentar a un líder político que se desvive por su país. A un hombre al que levantan de la cama para hacerle conocedor del inicio de una guerra por la que, horas antes, otros países ya habían reunido sus gabinetes de crisis. Menos España. “Yo recibí una llamada de madrugada, del Alto Representante de la Unión Europea, de Pepe Borrell, informándome de la invasión de Putin a Ucrania” relata el jefe del Ejecutivo a mitad del documental. El conflicto entre Rusia y Ucrania se ha convertido en uno de los principales argumentos políticos del presidente durante este último mandato, con varias visitas a Kiev, y con la excusa de la guerra para justificar la subida de los precios y sus dificultades para gobernar.

El documental, que muestra también los minutos previos al Consejo de Ministros, deja algunas perlas como los halagos que en ese momento, en el mejor de la relación entre ambos, se lanzaban Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. Como si de una pareja de enamorados se tratase, con el exministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, haciendo de celestino. El presidente, el primero en llegar al desayuno previo, tras sacar a pasear a sus dos perras por los jardines del palacio, recibe uno a uno a sus ministros. Y se funde en un abrazo con su vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a la que felicita. En esas imágenes se observa una curiosidad destacable: la soledad de Irene Montero, con su móvil, en un sofá. Mientras el resto hablan amigablemente. 

Las dirigentes de Podemos son protagonistas también de una revelación importante que hace Sánchez a lo largo del documental. En uno de los ‘maitines’, las reuniones que cada lunes celebra con su núcleo duro del Gobierno y del PSOE, en Moncloa, reconoce estar muy cabreado por las palabras de Ione Belarra comparando al Partido Socialista con “el partido de la guerra”. Y el secretario general socialista, visiblemente “indignado”, como reconocía estar, pidió opinión a los suyos sobre si debía acudir o no a un acto del Ministerio de Igualdad. Pese a la recomendación de no ir de Adriana Lastra, por aquel entonces número dos del PSOE, finalmente acudió. Lastra es de las pocas colaboradoras ya fuera de su círculo más cercano que siguen apareciendo en el vídeo. Pues de otras, como de su exdircom, Maritcha Ruíz Mateos, a la que fulminó, solo aparece su mano con un bolígrafo en la mano. Ni rastro ni ninguna mención, tampoco, a hombre que le hizo presidente, Jose Luis Ábalos, ni a los que le sostuvieron, Iván Redondo y Carmen Calvo.

Este primer capítulo de la docuserie que aparentemente debía relatar el día a día de la sede que alberga la presidencia del Gobierno, en el que sí, en algunos momentos, se ve como amanece en el complejo presidencial, como los cocineros están disponibles desde las seis de la mañana y hasta bien entrada la noche, finaliza con un gran aplauso por parte de todo su equipo a Pedro Sánchez cuando se monta en el avión que le trajo de vuelta a España tras el consejo europeo del 24 de marzo de 2022 en el que logró la excepción ibérica para topar el precio del gas. Una cita en la que, como él mismo reconoce, se levantó a modo berrinche y se ausentó durante unos minutos de la reunión para conseguir doblegar a sus colegas.

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