El dolor es subjetivo y a cada persona le afecta de una manera. Este hecho ha provocado que las bajas por regla dolorosa que propone el Ministerio de Igualdad cuenten con un componente polémico, ya que el médico, si no hay otra sintomatología complementaria, no puede basarse en hechos objetivos para determinar si esa persona está realmente sufriendo como para no poder acudir a su puesto de trabajo durante la menstruación.
Es por este motivo que en Vozpópuli hemos consultado a ginecólogos y médicos de familia para conocer de primera mano si existen métodos objetivos para determinar que una mujer necesita una baja por regla dolorosa. La respuesta es clara: es posible en algunos casos, mientras que en otros entra en juego el ojo clínico del médico para determinar la veracidad de lo que cuenta.
Los síntomas de la dismenorrea, nombre técnico para estos dolores que sufre un tercio de la población femenina, pueden ocasionar náuseas, vómito o diarrea, aunque lo que genera en casi la totalidad de los casos es dolor en abdomen, piernas e incluso espalda. ¿Cómo valora un médico la intensidad de estos dolores? "Muchas veces tan solo necesitamos mirar la cara a un paciente y tener ojo clínico para saber si está mal o está bien", cuenta una ginecóloga que ha preferido mantener su anonimato en la redacción de este artículo.
Ella considera que "es muy difícil" tratar este asunto, ya que "se están intentando dar bajas por algo que es subjetivo" y que en muchos casos, los médicos deben fiarse "de como lo cuente cada uno". Es decir, que si no hay otras afecciones que sí son detectables, cuando solo existe dolor, el médico debe confiar en su propio criterio y experiencia para valorar si ese dolor es verdadero o falso. "Hay gente que sabe montárselo bien, ya que estudiando los síntomas nos la pueden colar", afirma.
Pese a esto último, cree que "en general sí se puede valorar mediante diagnóstico si una persona está pasándolo mal", aunque considera "muy difícil valorarlo de forma objetiva". Esta doctora considera que casi todos estos problemas tienen soluciones mediante "analgesia o anticonceptivos", pero cree que "hay veces que con analgesia normal" no se elimina el dolor pero que "tampoco han probado a subir el escalón" y tomar anticonceptivos "por una decisión personal". Cree que "hay que tener en cuenta que hay gente que no quiere someterse a tratamiento o no lo hace bien. Entonces, estamos dando una baja cuando hay un tratamiento que no se realiza".
Hemos charlado también con el doctor José Eduardo Arjona, tesorero de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que nos cuenta que en sus 30 años de experiencia no ha conocido "mujeres que exageren la regla", ya que considera que "si acuden a ti es para que arregles su problema".
Según este doctor, la mayoría de las mujeres que acuden a consulta lo hacen "porque llevan tiempo sufriendo síntomas" y considera que un ginecólogo sí es capaz de discernir si una mujer está sufriendo dolores incapacitantes "mediante pruebas diagnósticas".
Considera a las dismenorreas enfermedades "benignas pero incapacitantes" y considera clave observar si "esos síntomas están causados por alguna otra enfermedad o no", como la endometriosis o el ovario poliquístico.
Las bajas las da medicina de familia
Desde SEGO se pide que haya cierto control a la hora de evaluar a las mujeres que quieran una baja por regla dolorosa. Solicitan que medicina de familia mande a la paciente a la consulta de un ginecólogo y que este elabore un diagnóstico con el que la 'médico de cabecera' evalúe si darle la baja.
Este protocolo ideal, que es el propuesto por el Ministerio de Igualdad, resulta utópico en la realidad de la sanidad pública española. Las listas de espera para ginecología varían en función de la comunidad autónoma, pero por lo general, estas son de más de tres meses. Esto hará que una mujer que sufra una regla incapacitante tenga que esperar meses para poder ser examinada por un especialista.
En concreto, según el informe que evalúa las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud, el pasado 2021 cerró con 31.403 mujeres en lista de espera para ser atendidas por el especialista, lo que supone que hubiese 861 mujeres más que en diciembre de 2020. Además, una de cada cinco mujeres tiene que esperar más de seis meses para ver a su ginecólogo, con un tiempo medio de espera de 107 días.
Aunque las mujeres con reglas incapacitantes solo necesitan un diagnóstico ginecológico para poder solicitar la baja los meses en los que el dolor les impide trabajar, lo cierto es que la lista de espera es tan abultada que aunque se apruebe la ley, será necesario esperar varios meses para que funcione con cierta normalidad.
Hasta entonces, ¿puede dar una baja un médico de familia sin que las mujeres pasen por la consulta de un ginecólogo? La respuesta es sí, "en el momento agudo si se siente con mucho dolor". En estos casos, los doctores se tienen que fiar "por la exploración y por como vemos al paciente, que en teoría le conocemos de que lo que nos dice es real".
Por tanto, podemos determinar que el dolor de regla es diagnosticable si hay un cuadro sintómatico que incluya algo más que dolor para que los médicos no tengan que utilizar su ojo clínico -también subjetivo- para determinar si una mujer sufre fuertes dolores.
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