La herencia que recibió el Rey Don Juan Carlos está recibiendo una enorme atención política. Pero la atención tributaria que ha merecido apenas alcanza la anécdota. Hacienda ha respondido ya a los grupos como IU o ICV que han pedido información asegurando que no puede proporcionarla porque el artículo 95 de la Ley General Tributaria le impide proporcionar datos de ningún contribuyente, ni siquiera del Rey. Pero fuentes de la Agencia Tributaria aseguran, además, que las cifras de las que se trata ni siquiera justifican la revisión fiscal de aquel capítulo.
La explicación está --según fuentes de la Agencia-- en las circunstancias en que falleció el padre del monarca: murió en Navarra tras una larga hospitalización que obligaba a la Corona a tributar según el régimen foral. El resultado es que la herencia apenas devengaría 21.300 euros a las arcas públicas, una sexta parte de la cuantía que constituye un delito fiscal. Incluso en caso de impago, el desfase habría prescrito ya hace más de una década.
Una cantidad "menor"
El padre del Rey fue ingresado en una clínica de Navarra durante más de seis meses antes de fallecer en el año 1993. Técnicamente, eso obligaba a la Casa Real a acogerse al derecho foral para pagar el Impuesto de Sucesiones, explican fuentes de la Agencia. El régimen navarro era, por aquel entonces, el más ventajoso de toda España y se convertía en vinculante para quienes residieran en la comunidad foral más de la mitad del año. La larga hospitalización de más de seis meses daba técnicamente por cumplido ese requisito.
La legislación vigente entonces en la comunidad foral era la de 1987 y establecía tres tramos para el pago de impuestos de quienes eran herederos de primer grado, es decir, cónyuges, ascendientes o descendientes en línea recta por consanguinidad, adoptantes o adoptados:
- Los primeros 7.813 euros percibidos en herencia tributaban a un tipo del 0,80%
- Quienes heredaban cuantías cifradas (en euros) entre los 1.803.036,32 y los 3.005.060,52 pagaban un 19,00% de esa cifra
- Finalmente, algunos casos establecían bonificaciones de hasta el 95%. Se trataba de supuestos para circunstancias de interés especial, bienes protegidos o espacios naturales, un supuesto en el que podría englobarse --según las fuentes consultadas-- la herencia del Monarca.
Como consecuencia, la cifra total que correspondía pagar apenas supera los 21.300 euros, según los cálculos de los expertos de la Agencia Tributaria consultados por este diario. "La cifra es muy pequeña", concluyen esas fuentes.
La irregularidad estaría prescrita
Las fuentes de Hacienda consultadas afirman que, incluso aunque la cuantía hubiera sido mayor, la revisión fiscal sería infructuosa porque "cualquier desfase estaría ya prescrito". Tras una muerte, la ley suele ser generosa en los plazos con las familias de los fallecidos. Por ese motivo, concede hasta seis meses para notificar a Hacienda la percepción de una herencia sin que se incurra en ningun desfase.
La normativa tributaria contemplaba en aquellas fechas la prescripción de cualquier irregularidad en ese tipo de impuesto en los diez años. Sin embargo, la modificación legal que se llevó a cabo a finales de los 90 redujo ese periodo de caducidad a los cuatro actuales. Como consecuencia, lo sucedido cualquier tributación irregular habría prescrito, como muy tarde, en el año 2004. Diez años después, afirman las fuentes consultadas, no tiene sentido revisar unas cuentas caducadas.
La polémica política no se apaga
Sin embargo, quienes han pedido explicaciones a la Casa Real y al ministerio argumentan que otro ángulo sí permitiría investigar. Las cuentas desde las que el Rey recibió la herencia serían tres cuentas suizas. Por ese motivo, Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya (ICV) han pedido explicaciones al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. ICV ha reclamado el Gobierno informe al Congreso sobre si "algún miembro de la Casa del Rey se ha acogido a la amnistía fiscal" aprobada por el Ejecutivo.