¿Convergencia saltará por los aires igual que lo hizo su matrimonio con Unió? Algunos dirigentes próximos a Artur Mas así lo temen, después de comprobar el rumbo que han tomado las negociaciones con la CUP para conseguir su investidura y los planes que alberga para la formación de su próximo Gobierno. Lo que más chirría en las filas convergentes es la oferta de Mas a Oriol Junqueras para que se haga cargo de la cartera de Economía. Se trata de un plan que apenas ha trascendido y que procede del acuerdo que sellaron Mas y el propio líder de ERC cuando decidieron concurrir bajo la marca Juntos por el Sí a las pasadas elecciones autonómicas.
En Convergencia chirría que Mas le haya ofrecido a Junqueras la cartera de Economía
Para la mayoría de los dirigentes de Convergencia, los más independentistas y los menos, la presencia de Andreu Mas-Colell en la consejería de Economía todos estos años, ha sido una garantía de que la tesorería de la Generalitat podía salir a flote, pese a arrastrar una deuda que roza los 65.000 millones de euros. Con Oriol Junqueras en esta responsabilidad, “todo cambia”, afirman en Convergencia. Para empezar, carece del prestigio de Mas-Colell, de quien se comenta que a punto estuvo de obtener el premio Nobel por su rigor académico. Sin embargo, toda la experiencia en la ciencia económica que se conoce de Junqueras es que hizo su tesis en la carrera de Historia sobre “el pensamiento económico en la Cataluña moderna”.
En Convergencia se comenta que si Mas logra finalmente el visto bueno de la CUP para seguir al frente de la Generalitat, protagonizaría un triple salto mortal nada más arrancar su nuevo mandato: además de aupar a Junqueras a Economía, posiblemente con el rango de vicepresidente, tendría que prorrogar los Presupuestos de 2015, sin tener atados los fondos que Cataluña tendría que recibir del FLA el año que viene para financiar servicios básicos.
El 'plan de rescate ciudadano' de la CUP
La prórroga presupuestaria no valdría para encajar las cesiones que Mas se propone hacer a la CUP, entre otras la aprobación de un “plan de rescate ciudadano” cuya cuantía en términos de gasto es aun imprecisa. No sería, en cualquier caso, la primera vez que la Generalitat aplica una prórroga a sus cuentas. Le pasó en 2013 y también en las de 2014. Las de este ejercicio pudo sacarlas adelante el pasado mes de marzo con el respaldo de CiU y de Esquerra. Pero la prórroga para 2016 sería todavía más preocupante para los mercados, no solo por la influencia en los presupuestos de la izquierda radical, sino también porque Cataluña genera cada vez más desconfianza entre las agencias de calificación. Fitch ha rebajado recientemente dos escalones su calificación crediticia, situándola en el bono basura, lo que sigue dificultando el acceso de esta comunidad a los mercados.
El problema no sería tan grande si no fuera porque para su financiación, Cataluña sigue dependiendo del Tesoro y del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). El Gobierno no ha definido aún los criterios que regirán para la distribución de este Fondo el año que viene, aunque la lógica dicta que no surgirán problemas con los gobiernos regionales que se rigen por la lealtad institucional. No será el caso de Cataluña si el proceso soberanista sigue adelante, por lo que la estabilidad que demandan los empresarios para invertir y seguir confiando en esta comunidad, puede irse al traste.
Con ésta son ya tres veces las que Mas ha prorrogado desde 2011 los presupuestos de la Generalitat
Desde que Cataluña se acogió a las ventajas del FLA para financiarse, gracias a la muleta del Estado, a tipo cero, la Generalitat ha recibido casi 50.000 millones de euros de diferentes partidas, dinero con el que ha pagado a sus funcionarios y las deudas con los proveedores. De momento, el grifo del Presupuesto estatal no se ha cerrado, puesto que el año que viene está previsto que reciba cerca de un 25% del aumento total de la partida prevista para las comunidades autónomas. Además, la reforma fiscal inyectará en el bolsillo de los 3,5 millones de contribuyentes catalanes durante este año y el que viene, 1.417 millones, a una media de 401 euros por declarante.
Este sería el escenario con el que Junqueras aterrizaría en su vicepresidencia económica, condicionado siempre al examen periódico de la CUP si, finalmente, esta formación anti sistema acepta la propuesta de Mas de someterle a una moción de confianza a los seis meses de su toma de posesión.
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