Los inquilinos de un edificio de oficinas de Santander, que pagan de media 380 euros cada tres meses por el agua, han recibido en el último trimestre una factura de 66.799 euros, una cantidad que según la concesionaria del servicio, Aqualia, es correcta y se debe a una fuga oculta.
El gerente de Aqualia, Leofredo Pellón, ha explicado a Efe que el contador ha medido bien, la lectura es real y no hay ningún error en el recibo que se ha girado a la comunidad. Lo que ocurre es que mientras ha durado la fuga el inmueble ha consumido una cantidad "extraordinaria" de agua: 22.951 metros cúbicos.
La compañía lo ha comunicado al Ayuntamiento de Santander, que prevé, en su ordenanza sobre aguas, una bonificación a los vecinos por fugas ocultas, aquellas que no son detectadas hasta que se lee el contador, como ha ocurrido en este caso, pero esa bonificación es para consumos domésticos.
En este caso se trata del consumo de la red privada de un inmueble y, según Pellón, en principio no se podría beneficiar de la bonificación. "Pero son las administraciones las que tienen que analizar el asunto y ver qué solución se puede dar a una situación tan alarmante y tan extrema como esta", ha añadido.
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