Hay quien suspira por un partido de 'Edmundos y Trapiellos'. De que la amalgama de plataformas políticas contrarias a la deriva de Pedro Sánchez se organicen para formar una alternativa seria que vire el rumbo sin retorno al que se dirige nuestro país. Sobre el tablero se encuentran ahora mismo Nexo (con Edmundo Bal y Francisco Igea como caras visibles), la Tercera España (aquel proyecto liderado por Gabriel Tortella y apoyado por intelectuales como Andrés Trapiello o Francesc de Carreras) y la Fundación Fernando de los Ríos (que engloba a toda la vieja guardia socialista, desde Alfonso Guerra, a Virgilio Zapatero o Nicolás Redondo).
Entre esta sopa de siglas y voluntades -todos manifiestamente en contra de los pactos alcanzados por Sánchez con los independentistas vascos y catalanes- la única con verdadera vocación de batirse el cobre en la palestra política es Nexo. "Es una asociación nacida con objeto político, no es un partido ahora mismo. Pero vamos dando los pasos adecuados. Hemos creado diez vocalías, tenemos 500 asociados y seguimos creciendo y trabajando", explican desde la dirección.
La plataforma tiene la firme voluntad de convertirse en un partido político (dejando a Nexo como think tank) con capacidad para presentarse en las elecciones europeas. Los próximos pasos van a ser la convocatoria de una asamblea, cuando el Ministerio del Interior registre Nexo como asociación (actualmente funciona con un NIF provisional), que tendrá la última palabra sobre esta posibilidad. Uno de los firmes defensores de esta posición será el abogado del Estado Edmundo Bal.
Alianza con socialistas clásicos
Existe una corriente ligada a los viejos socialistas que aboga por poner en común un proyecto político de centroizquierda que acoja a todas estas plataformas y ofrezca alguna posibilidad de quitarle a Sánchez los apoyos que le sostienen en Moncloa.
Fuentes cercanas a los socialistas clásicos apuntan a Vozpópuli que hay voces firmes en este sentido, como el exministro del Interior José Luis Corcuera. El que fuera secretario general del PSOE, Nicolás Redondo Terreros, lleva días recibiendo presiones de sus colegas para que "dé el paso de una vez" y pase "de la palabra a la acción", colaborando con plataformas como la de Edmundo Bal para dar forma a un partido político.
"Ya se ha dicho todo lo que se tenía que decir. No tiene sentido subirse a la tribuna de nuevo y repetir lo malo que es Sánchez. Hay que actuar", comenta una voz cercana. Sin embargo, fuentes de los socialistas clásicos afirman a este periódico que su regreso a la política es una quimera.
El propio Virgilio Zapatero, ministro de la Presidencia con Felipe González, desmiente a este periódico que se haya acercado a Nexo o a cualquier otro proyecto para formar un partido político. "No sé nada de ese proyecto. No estoy en absoluto en ninguna operación de montar ningún partido. Estoy fuera de juego, dedicado a mis investigaciones, conferencias y artículos, y apoyando al colectivo de Fernando de los Ríos", sentencia en declaraciones a este periódico.
En Nexo dan por hecho que la vieja guardia socialista no va a dar el paso que muchos en la sociedad demandan. "Debe ser algo que están hablando entre ellos en sus cenáculos e igual conseguimos que cuando llegué el momento, si todo sale como yo espero, nos den su apoyo. Pero lo vemos muy complicado, siempre te dicen que se morirán socialistas. Que si no les echó Franco, no les va a echar Sánchez", apunta un miembro de la cúpula de la plataforma política.
Bal coincidió recientemente en un acto de la Fundación Fernando de los Ríos en el que coincidió con Redondo, Zapatero, el exsecretario general de UGT, Cándido Méndez, ex ministros socialistas como José Luis Corcuera y José Barrionuevo, y miembros de Tercera España. Aquella coincidencia de caras conocidas ha despertado los rumores sobre una posible alianza de centroizquierda antisanchista con la que algunos veteranos socialistas sueñan, pero que está lejos de producirse.
Nexo en las elecciones europeas
La vía de confluencia entre Nexo y los socialistas clásicos en un partido político es prácticamente imposible. También parece descartada la posibilidad de que Tercera España logre verdaderamente convertirse en opción política. "Están muy verdes", señala una fuente cercana. El propio Fernando Savater se desligó del proyecto a los pocos días de anunciarse. "Yo no soy de izquierdas y dicen ser un partido de izquierdas", aseveró en declaraciones a este diario.
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