Uno de cada cuatro estudiantes españoles de 15 años no alcanza el nivel básico de conocimientos financieros, y aunque son capaces de tomar decisiones sencillas sobre gastos cotidianos y saber para qué sirve una factura, tienen dificultades para interpretarla.
De hecho, España ha obtenido 469 puntos en el informe PISA 2015 sobre Competencia Financiera presentado hoy, con lo que se sitúa por debajo de la media de 489 de los quince países que han participado en el estudio (diez de la OCDE, más cinco Estados o regiones).
Con ellos, nuestro país se ha clasificado en el décimo puesto, solo por delante de Brasil (15), Perú (14), Chile (13), República Eslovaca (12) y Lituania (11).
Esto significa que España, insiste el informe, con 469 puntos se encuentra por debajo de los 489 de la media de los países de la OCDE.
El rendimiento medio de España ha descendido desde 2012, cuando obtuvo una puntuación de 484.
Y aunque el informe advierte de que las variaciones del rendimiento en competencia financiera "deben interpretarse con cautela" por los cambios producidos en la administración de la prueba, la realidad es que la proporción de estudiantes que rinden por debajo del nivel 2 -es decir, básico- ha aumentado ocho puntos, hasta situarse en el 24,7 %.
Por el contrario, solo el 6 % (frente al 12 % de la OCDE) exhibe un rendimiento destacado en competencia financiera, lo cual significa que alcanzan el nivel 5 al ser capaces de analizar productos financieros complejos.
La competencia financiera es, según la define PISA, "el conocimiento y la comprensión de conceptos y riesgos financieros y las destrezas, motivación y confianza necesarias" para aplicarlos "con el fin de tomar decisiones eficaces en distintos contextos financieros, para mejorar el bienestar financiero de los individuos y la sociedad y permitir la participación en la vida económica".
Existen diferencias por sexos: son las chicas las que tienen un mejor rendimiento que los chicos.
Y también por su situación socioeconómica, de forma que los más desfavorecidos tienen hasta un 82 % más de posibilidades de tener un rendimiento inferior al nivel básico.
No solo eso, sino que además influye su origen: un 11 % de los 1.750 estudiantes españoles que participaron en la evaluación nació en un país extranjero, y tienen un 33 puntos menos que los que no tienen antecedentes de inmigración.
La escuela rural sale bien parada en el estudio, ya que sus estudiantes han obtenido 29 puntos más que los de los colegios urbanos.
Pisa dedica un apartado a la experiencia de los chicos de 15 años con el dinero, y destaca que más de la mitad, un 52 %, tiene una cuenta bancaria, algo que solo pueden hacer con autorización de sus padres o apoderados. Este grupo obtiene 37 puntos más en competencia financiera que los alumnos que no la tienen.
Casi ocho de cada diez (el 79 %) consiguen dinero a través de los regalos con los que les obsequian sus amigos y parientes; el 38 % tiene una paga, realice o no tareas domésticas, y un 55 % lo gana a través de una actividad laboral formal o informal.
La mitad de los estudiantes españoles dice que ahorra dinero todas las semanas o meses, y un 66 % asegura que ahorraría si quisiera comprarse "algo que realmente quiere".
Cada vez que un joven decide comprar un móvil o cómo utilizar su dinero en gastos personales, está tomando una decisión financiera, subraya el informe, que añade que la población de 15 años comienza a enfrentarse a situaciones que requieren priorizar los desembolsos, ser conscientes de los costes, y estar alerta ante la posibilidad de fraude o engaño.
Para mejorar la capacidad financiera de los alumnos, Pisa recomienda a todos los países participantes en el estudio que analicen las necesidades de los estudiantes con bajo rendimiento, aborden las desigualdades socio-económicas y proporcionen igualdad de oportunidades de aprendizaje para chicos y chicas.
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