La Formación Profesional siempre ha sido una de las grandes olvidadas dentro de la oferta educativa española. El miedo de los jóvenes a embarcarse en este tipo de titulaciones ha estado ligado al estigma existente respecto a este tipo de formaciones al catalogarlas como “un estudio menor” o “con menos clase”, pero lo cierto es que, actualmente, es una de las opciones con más salida laborales que existen.
El Servicio Público de Empleo Estatal reporta que la empleabilidad de los títulos de Grado Básico, Medio o Superior ya supera el 40%, quedando por encima de su eterno rival, los títulos universitarios, que se quedan por debajo de esa cifra con un 38,5%. Se rompe así con la creencia popular de que la única salida rentable para los jóvenes cercanos a terminar el instituto es la Universidad y que la FP debería quedar relegada a un segundo plano.
Puede que este pensamiento esté cambiando ya que, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, España ha conseguido superar el millón de matriculados en titulaciones de FP. La cifra demuestra el auge de estos grados ya que, respecto al curso anterior, el número de matrículas aumentó en más de 100.000. Pese a estos buenos datos, España sigue sin alcanzar la media europea. La ANPE (Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza), con su informe: Datos sobre el sistema educativo español, muestra que la tasa de matriculados en nuestro país es de un 35%, mientras que la media europea se sitúa alrededor del 44%.
Según el Observatorio de la FP de CaixaBank, para alcanzar los niveles europeos, España debería, por lo menos, duplicar el número de titulados, y, por lo tanto, de matriculados, de este tipo de formaciones. Lo que sí se puede asegurar es la crecida progresiva de graduados con una FP en su currículum, aunque parece no ser suficiente para la demanda que el mercado de trabajo está haciendo de profesionales con capacidades adquiridas a través de la Formación Profesional.
Este mismo informe refleja la preocupante tendencia del mercado laboral referido a los grados de Formación Profesional ya que se estima que para 2030 habrá al menos 100.000 puestos de trabajo que no se habrán cubierto y todos ellos requerirán de profesionales titulados en FP.
Los sectores con más contrataciones, recogidos así en el SEPE, son el de la Administración y el Sanitario, este último está encabezado por los auxiliares de enfermería, que suman un total de 111.316 contratos. Irrumpen con fuerza en la lista todas las disciplinas relacionadas con la Tecnología y la Informática que presentan tasas cada vez más altas ya que son algunos de los puestos de trabajo más demandados por las empresas debido al rápido avance que están sufriendo ambos campos.
Además de la alta empleabilidad, otra de las ventajas de estos estudios es su corta duración, tan solo dos años lo que permite al estudiante incorporarse al mercado laboral mucho antes que los universitarios, y con una contratabilidad muy alta como ha quedado ya demostrado.
Cada vez más personas se interesan en comenzar estos estudios, pero se encuentran ante una gran barrera, la falta de plazas. Esto podría explicar los numerosos puestos de trabajo vacantes con los que nos encontramos, y encontraremos hasta 2030, generados en muchas ocasiones por jubilaciones y que no se llegan a ver cubiertos. El aumento de plazas en estos grados parece la solución más factible a esta problemática, así como la inserción de nuevos modelos de Formación Profesional como lo fue la FP Dual hace ya más de 10 años.
El estigma que giraba en torno a la FP se va rompiendo poco a poco, aunque todavía queda mucho camino por recorrer para que la juventud la considere, aún en mayor medida, como una salida a elegir y, sobre todo, digna.
