En un momento en el profesores, padres, estudiantes y políticos abordan el que podría ser el primer gran pacto educativo de la historia de España a través de una subcomisión parlamentaria, los claustros y familiares de los colegios de Primaria continúan sin ponerse de acuerdo sobre cómo repartir las cinco horas diarias que tiene una la jornada escolar. Los centros españoles tienden cada vez más a abandonar el horario partido, de hecho, existen comunidades como Canarias y Extremadura donde la jornada intensiva está implantada en todas las escuelas públicas desde hace años. Sin embargo, existen otras regiones donde esta decisión alcanza a la mayoría de los colegios, pero no llega al 100%. Es el caso de Madrid o Valencia y, en otras comunidades, como País Vasco y Cataluña, continúan apostando por la jornada partida. Pese a que varios agentes de la comunidad educativa consideran que es una determinación que compete al Estado en base a estudios científicos que avalen qué tipo de horario beneficia en mayor medida a los alumnos, en la actualidad es cada centro el que individualmente debe decidir por cuál de las decisiones optan mediante un procedimiento que muchos consideran "injusto". Casi cada curso, la votación para proceder al cambio de jornada se convierte en una batalla entre familiares y otros integrantes de los consejos escolares, como son los representantes del claustro, la directiva e, incluso, los representantes del ayuntamiento al que pertenecen las escuelas.
Cada curso, la votación para proceder al cambio de jornada escolar se convierte en una batalla en los Consejos Escolares
"Muchos centros públicos de Segundo Ciclo de Infantil y Primaria de la Comunidad de Madrid, llevamos por estas fechas al Consejo Escolar la propuesta de cambio de jornada, de partida a continua. Y cada año, por estas fechas, muchos de estos centros, siguiendo la orden 502/2013 de 25 de febrero por la que se regula el procedimiento a seguir para solicitar el cambio de jornada escolar sienten como todos sus esfuerzos son en vano cuando, al llegar a la votación, esta se invalida porque, dado que deben participar un mínimo de dos tercios del total de personas que componen el censo", explica Miguel Ángel Marchante, presidente del AMPA del colegio José Saramago, uno de los seis centros de la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid que se encuentran eligiendo qué horario implantar. Para que la propuesta se considere aprobada, continúa, deberá contar con un mínimo de dos tercios de votos afirmativos. "Esta orden supone que se tenga en cuenta a quienes no van a votar, por lo que no se favorece al cambio. ¿Cómo es posible que en un régimen democrático tengan más peso y más importancia dos tercios sobre todo el conjunto y el que no vota frente al que hace uso de la democracia?", se pregunta Marchante.
Los polémicos 2/3
De acuerdo a la orden emitida por la Comunidad de Madrid, la propuesta de cambio de jornada escolar será realizada por alguno de los miembros del Consejo Escolar del centro y el inicio del procedimiento deberá ser acordado por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros del consejo, que incluya la mayoría absoluta de los representantes de los maestros, así como la mayoría absoluta de los representantes de los padres de alumnos. Después, una vez acordado el inicio del procedimiento, se llevará a cabo la fase de consultas al claustro de profesores y a las familias, en la que el equipo directivo informará sobre la distribución horaria propuesta.
Cuando hay que votar empieza la guerra, hay gente que, incluso, tiene miedo a que le vean y prefiere hacerlo por correo
La odisea continúa. En caso de que una mayoría absoluta de los integrantes del claustro quiera jornada escolar continua y dos tercios del total de personas que componen el censo opten por lo mismo, será el Consejo Escolar el que apruebe o rechace por mayoría absoluta del total de sus integrantes ese resultado. "Cada año, en cada votación, nos sentimos secuestrados, censurados y apartados porque no disponemos de las mismas reglas de juego para decidir sobre la jornada", denuncia el presidente del AMPA José Saramago, que ya va por el tercer año consecutivo de votaciones. "Cuando hay que votar empieza la guerra, hay gente que, incluso, tiene miedo a que le vean y prefiere votar por correo. Como presidente del AMPA he querido informar, aunque mi posición personal sea favorable a la jornada continua, y la reacción de la FAPA de Rivas, que se supone que representa a todas las asociaciones de padres de la localidad, ha sido la de presionarme y querer que deje de ocupar este puesto", lamenta.
Ventajas para los niños
Favorece la conciliación familiar porque posibilita recoger a los alumnos a tres horas distintas. A las 12.30 horas son muy pocos los padres que puedan pasar a por los niños
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