Los cambios de Gobierno de Italia y España se han visto sucedidos por un trasvase considerable del número de personas que cruzan el Mediterráneo hacia la península ibérica en lugar de la italiana.
Las diferencias 'políticas' entre sendas administraciones, patentadas en el mediático caso del barco Aquarius con 630 personas a bordo que el ultraderechista ministro de Interior italiano, Matteo Salvini - 'vencedor' en las elecciones de marzo -, rechazó acoger como sí acabaría haciendo el flamante Gobierno de Pedro Sánchez, parecen haber contribuido a la llegada de más de 12.000 personas a España por el Mediterráneo en los últimos dos meses. Esta última cifra representa más de la mitad de todas las que vinieron por la misma vía a España en 2017 (el año hasta ahora con mayor número de llegadas, 21.663) y casi el doble de las que habían llegado en todo 2016.
Según los datos a fecha de 26 de julio del registro del Alto Comisionado de Protección para los Refugiados de la ONU y la Organización Internacional para las Migraciones, el total de llegadas a España en lo que va de 2018 ya alcanza los niveles totales de 2017 y cuatriplica los de 2016.
El primer gran 'salto' se dio en mayo, cuando las llegadas superaron las 3.535 frente a las 835 de 2017, tendencia que se consolidó en junio (de 2.352 en 2017 a 6.791 en 2018) y julio (de 2.657 en 2017 a 5.916 - hasta el 25 de julio - de 2018).
Al cabo de julio, el total de llegadas a España en lo que va de año (cercano a los 21.000) superó el de Italia (18.130), que había sido con diferencia el primer destino en 2017 recibiendo alrededor de 120.000 personas. Grecia es ahora el tercero (15.500) después de haber sido el primero en 2015 con más de 800.000 llegadas.