¿Cómo actuar en caso de una agresión real contra el espacio aéreo español? ¿Existe la fluidez adecuada con otros países aliados para responder a un episodio extremo? ¿Aeronaves y pilotos están a punto para hacer frente a un ataque? Son preguntas a las que el Ejército del Aire busca respuesta en unas macromaniobras que celebra en Canarias, donde pone a prueba las capacidades de la “defensa aérea española”. Un ejercicio exigente que requiere la activación de todas sus unidades de ataque y combate, y que incorpora aviones y militares procedentes de Grecia, Italia, Francia y Alemania.
La actividad en el espacio aéreo canario registra en estas fechas -entre el 15 y 29 de octubre- una actividad inusual, con motivo de la celebración de las maniobras Ocean Sky 2021. Desde el Ejército del Aire señalan que las maniobras reúnen a 700 efectivos, 50 aviones de combate y tres aeronaves de apoyo. El objetivo es realizar un total de 27 misiones con más de 500 salidas en las dos semanas de duración del ejercicio.
El Mando Aéreo de Combate (MACOM), encargado de organizar las maniobras, recreará situaciones que pondrán a prueba a los pilotos y a los aviones de ataque y combate. Entre otros, simulará enfrentamientos de combate visual -uno contra uno sobre el cielo de Canarias-, situaciones de defensa de una zona de exclusión aérea donde no está permitido el vuelo de aeronaves, recuperaciones de personal derribado, protección de recursos aéreos de alto valor o control del aire, entre otros.
Cabe recordar que el Ejército del Aire, además de las misiones que asume en el exterior -desde los países bálticos hasta el Sahel africano- se desempeña en el día a día en una serie de misiones permanentes en territorio nacional. Entre ellas, la protección del espacio aéreo español. La elección de Islas Canarias como escenario en estas maniobras no es casual: los cazas con base en Gando vigilan un espacio aéreo crítico para España, a tenor del elevado número de aeronaves comerciales que aterrizan en el archipiélago y de la proximidad geográfica de amenazas de fuerte inestabilidad, como el terrorismo yihadista o las organizaciones criminales que operan en el África occidental.
Los medios desplegados
El ejercicio se divide en cuatro fases. La primera es de "generación y despliegue de fuerzas", donde se prepara todo el personal y los medios participantes. La segunda, teórica, repasa todo el transcurso de las maniobras y se repasan las normas de seguridad de vuelo. La tercera es la más vistosa, donde se ejecutan las misiones diseñadas específicamente para el Ocean Sky. Es aquí donde se evalúan todas las tácticas, técnicas y procedimientos empleados. La cuarta y última se centra en el repliegue, operación de envergadura teniendo en cuenta todos los medios desplegados.
El mantenimiento de las capacidades requiere la activación de ejercicios como el Ocean Sky, donde se exprimen las unidades de ataque y combate del Ejército del Aire. Durante estos días, el MACOM ha incorporado a las maniobras los Eurofighter del Ala 11 y del Ala 14, además de los F-18 del Ala 12, Ala 15 y Ala 46. Asimismo, el Ala 31 del Ejército del Aire proporciona los A400M, los grandes aviones que protagonizaron la evacuación de Afganistán. Por último, el 802 Escuadrón aporta los helicópteros HD21 y los aviones de transporte logístico D4.
Interoperabilidad de los ejércitos
Las capacidades españolas desplegadas en las maniobras se amplían con los cazas Harrier de la Armada. Asimismo se incorporan aeronaves de Italia, Francia, Francia y Alemania. “La defensa aérea del archipiélago canario, al igual que la del resto del territorio español, es responsabilidad de la OTAN con los medios nacionales puestos a su disposición”, detallan desde el Ejército del Aire. En el Ocean Sky participan el 343 Escuadrón de la fuerza aérea griega (F-16), el Escuadrón 31 de Reabastecimiento y Transporte (A330 MRTT) de Armée de l'Air (Francia), el Ala de Transporte 62 de Luftwaffe (Alemania), Ala 14 de la Aeronautica Militare (Italia), la Fuerza multinacional europea multirole (MMU) y otras unidades de apoyo.
La decisión de incorporar aviones procedentes de países aliados se debe a la necesidad de comprobar que las aeronaves son capaces de operar en ejercicios conjuntos con la mayor fluidez posible. Uno de los escenarios donde la OTAN tiene activadas unidades de combate de diferentes fuerzas aéreas es en los bálticos, donde se cubren las funciones de policía aérea que los países de la región no pueden desempeñar por la falta de capacidades propias. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue testigo directo de un alfa scramble para interceptar un avión ruso que sobrevolaba la zona sin cumplir con las normas de aviación internacional.
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