Cuando el pasado mes de noviembre Rusia explotó con un misil el satélite Cosmos-1408 provocó una lluvia de restos compuesta por más de 1.500 pedazos que representaban una amenaza para otros satélites… y para los miembros de la Estación Espacial Internacional, según indicó Estados Unidos. Moscú se defendió de las acusaciones y aseveró que había llevado a cabo la acción con la máxima precisión y eficacia. Un nuevo episodio en la creciente tensión que se vive entre ambas potencias y cuyas consecuencias -el control de la basura espacial- gestiona, en parte, el Ejército del Aire español.
El Cosmos-1408 orbitaba alrededor de la Tierra a 490 kilómetros de altura, pero llevaba sin funcionamiento desde 1984. Se trataba de uno de los sistemas con los que la Unión Soviética obtenía información en una época convulsa, cuando las dificultades de su sistema amenazaban con un colapso que condujo a la descomposición del país y a la dimisión de su último presidente, Mijail Gorbachov.
Rusia, ya en el año 2021 y bajo la presidencia de Vladimir Putin, no quería que su satélite siguiera en órbita en torno a la Tierra. Y decidió poner fin a su existencia mediante la fórmula más directa: volarlo en mil pedazos -1.500, para ser más precisos- mediante un misil. La explosión desencadenó fuertes tensiones diplomáticas entre Washington y Moscú, ya erosionadas por las recientes crisis de Ucrania y de la frontera de Polonia, y obligó a la tripulación de la Estación Espacial Internacional a refugiarse en sus cápsulas de escape ante la amenaza de colisión con los restos.
La misión del Ejército del Aire
Es ahí donde entra en juego el Ejército del Aire español. El Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial, ubicado en la base aérea de Morón (Sevilla) y constituido en 2019, se encarga de seguir los fragmentos del satélite a su paso por su posición gracias al radar de vigilancia espacial S3TSR. La información la traslada a la agencia de la Unión Europea dedicada a la vigilancia y seguimiento espacial (EU SST, por sus siglas en inglés).
Según la Revista Española de Defensa (RED), el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial del Ejército del Aire ha monitorizado los restos del satélite en varias ocasiones, pudiendo certificar la evolución de su trayectoria y composición. En un primer momento se detectaba como un único objeto, pero después se detectaron hasta 16 trazas. Con el paso del tiempo será más difícil identificar los compuestos del Cosmos-1408, teniendo en cuenta que se irán dispersando en el espacio.
La basura espacial se ha convertido en un problema de primer orden para la seguridad internacional, a medida que las diferentes potencias han extendido su área de influencia en las capas superiores a la Tierra. La proyección de satélites y de diversas misiones otorga a las naciones un ‘plus’ de información en el ámbito de la inteligencia, además de ser el escenario donde se ponen a prueba los últimos avances científicos.
Ejército del Aire... ¿Y del Espacio?
Los restos no controlados amenazan con la integridad de todos esos esfuerzos. Quizá uno de los antecedentes más sonados fue la explosión de un satélite chino en 2007, que produjo más de 2.000 restos que aún orbitan en torno a la Tierra. También Estados Unidos ha detonado otros compuestos espaciales, pero la basura espacial generada se ha considerado menos cuantiosa y menos envergadura.
Por eso el Ejército del Aire asume el control de las amenazas en este ámbito. No en vano, la ministra de Defensa, Margarita Robles, especuló tras una visita a su cuartel general sobre la posibilidad de rebautizar a este cuerpo de las Fuerzas Armadas como 'Ejército del Aire y del Espacio'. En la cúpula militar se considera este escenario como una de las prioridades en el futuro próximo, junto al ciberespacio y el espectro cognitivo.
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