Un documento con los membretes del Ejército de Tierra y del Ministerio de Defensa alerta de la amenaza que se cierne sobre la soberanía española en diversos enclaves ubicados en el Estrecho de Gibraltar y en las inmediaciones de Ceuta y Melilla; puntos, todos ellos, reivindicados como propios por Marruecos. El informe, firmado después de la grave crisis entre Madrid y Rabat tras la entrada de 10.000 personas a Ceuta por vías irregulares, urge a reforzar las telecomunicaciones en puntos estratégicos para evitar “problemas” de control territorial y de soberanía.
“Una mala comunicación en esta zona supone poner en peligro la soberanía de dichos territorios”, advierte el informe, redactado por la Jefatura de los Sistemas de Información, Telecomunicaciones y Asistencia Técnica del Ejército de Tierra y al que ha tenido acceso Vozpópuli. Este órgano urge la instalación de tres mástiles para antenas en los centros de comunicaciones de otros tantos puntos estratégicos para custodiar la soberanía española en el Estrecho: el peñón de Alhucemas, el de Vélez de la Gomera y la isla de Isabel II.
El informe del Ejército detalla que la cobertura de la zona es “difícil de controlar” debido a su “naturaleza geográfica”, por lo que es “necesario” instalar torres de comunicaciones en estos tres enclaves para garantizar “una buena comunicación” en la región.
La no instalación de las torres conduciría a “problemas de control del territorio”, advierte el documento; una memoria justificativa incorporada al procedimiento de contratación pública para adquirir los nuevos medios para las telecomunicaciones.
Tras la crisis con Rabat
Los tres mástiles que busca el Ejército para instalar sus antenas -y para los que dispone de un presupuesto total de 130.000 euros- deben cumplir con una serie de requisitos técnicos concretos. Desplegados tendrán una altura mínima de nueve metros y contarán con mecanismos automático y manual para su elevación. Además tendrán que soportar un peso mínimo de 150 kilos en punta y resistir fuertes rachas de viento y temperaturas extremas.
El informe para la adquisición de los nuevos recursos se firmó el 26 de mayo, en plena crisis diplomática entre Madrid y Rabat. El reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental y la estancia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, articulan las fuertes tensiones entre ambas partes.
El punto álgido se alcanzó con la entrada de casi 10.000 personas en Ceuta el pasado 17 de mayo. El Gobierno se vio obligado a reforzar el perímetro fronterizo de la ciudad autónoma con el envío de más policías y guardias civiles, además de desplegar a unidades de la Legión y regulares del Ejército de Tierra.
El papel del Ejército
El Ejército de Tierra mantiene una fuerza rotatoria pero constante en los tres enclaves detallados, ubicados en el Estrecho. Su función principal es salvaguardar la soberanía de los territorios, aunque también cumplen con propósitos de mantenimiento de las instalaciones en una región clave para las comunicaciones y el tráfico marítimo.
La Armada Española publicó un vídeo en Twitter poco después de estallar la crisis en Ceuta en la que recordaba los desempeños militares sobre las plazas de soberanía nacional en el norte de África.
De forma puntual, Marruecos pide que todos los peñones e islas españolas ubicadas en las proximidades de su territorio sean reconocidas bajo su soberanía. En verano de 2002 se alcanzó el mayor nivel de tensión en la región, cuando un grupo de militares del reino alauí tomó la isla de Perejil y alzó una bandera marroquí.
Tras fracasar las conversaciones bilaterales, España optó por una intervención militar que se saldó con la detención de los efectivos del país vecino. Un destacamento de la Legión permaneció en la isla para evitar su reocupación hasta que se encauzaron las relaciones diplomáticas.
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