Siete de cada diez españoles siguen considerando que Carles Puigdemont y el resto de los líderes independentistas catalanes cometieron un delito el uno de octubre de 2017 y se posicionan abiertamente en contra de una hipotética Ley de Amnistía como reclaman Junts pel Cat y ERC para apoyar la investidura de Pedro Sánchez.
Además, ante la posibilidad de un bloqueo político si no hay acuerdo, el 65% prefiere que Sánchez no ceda a las pretensiones del independentismo y que, agotado el plazo, el Rey convoque una repetición de las elecciones generales para el 14 de enero; únicamente un 32% del total de respuestas opta por conceder a los protagonistas del 1-O lo que piden.
Estas son las principales conclusiones de una encuesta de 1.100 entrevistas telefónicas a la que ha tenido acceso Vozpópuli, realizada por Metroscopia entre los días 6 y 11 de septiembre, fecha esta última en la que se conmemora todos los años la Diada Nacional de Catalunya. Para cuando se hizo ese trabajo de campo, Puigdemont ya había hecho públicas sus exigencias durante una rueda de prensa en Bruselas 24 horas después de que la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz acudiera al Parlamento Europeo a entrevistarse con él.
Un 72% de los encuestados que se declaran votantes socialistas considera que lo acaecido en Cataluña en aquellos días de octubre de 2017 fue delito y un 65% está en contra de amnistiar a los culpables; no obstante, cuando se les pregunta por la posibilidad de repetir elecciones solo el 35% respalda volver a las urnas el 14 de enero.
Lo que más llama la atención del sondeo, titulado La amnistía reaviva la incomodidad socialista, es que, de los entrevistados que se declaran votantes socialistas, un 72% considera que lo acaecido en Cataluña en aquellos días de octubre de 2017 fue delito y un 65% está en contra de amnistiar a los culpables; porcentaje éste sólo un poco menor que el conjunto de los españoles participantes en la encuesta telefónica.
Sin embargo, y a diferencia de los votantes del resto de partidos, cuando se pregunta a los socialistas declarados por la repetición de elecciones generales el 14 de enero, sólo un 35% se decanta por volver a las urnas antes que negociar la investidura de Pedro Sánchez con Puigdemont y el resto de los posibles socios parlamentarios del PSOE.
Esa aparente contradicción es el “origen” de esa vuelta a la incomodidad del votantes socialista con los pactos, señala el estudio demoscópico: “la disputa entre su rechazo mayoritario por la compañía de los partidos independentistas y su deseo, también mayoritario, de reeditar el Gobierno”; de hecho, un 63% de los encuestados que se declaran socialistas anteponen gobierno, aunque sea propiciado por partidos separatistas, a una repetición electoral.
La política de pacificación de Cataluña que está llevando a cabo el presidente del Gobierno desde hace cuatro años, y pese a los esfuerzos de La Moncloa y Ferraz por explicarse, genera división entre los suyos: un 58% la ve acertada, pero hasta un 39% de los que se declaran votantes PSOE no cree que sea acertada.
La política de pacificación de Cataluña que está llevando a cabo el presidente del Gobierno desde hace cuatro años, y pese a los esfuerzos de La Moncloa y Ferraz por explicarse, genera división entre los suyos: un 58% la ve acertada, pero hasta un 39% de los que se declaran votantes PSOE no cree que sea acertada; es más, este informe de Metroscopia alerta de que la incomodidad de los votantes socialistas no se refleja solo entre los de mayor edad, como pudiera deducirse de los pronunciamientos contrarios a la amnistía por parte de Felipe González, Alfonso Guerra y el resto de la vieja guardia, sino que entre los menores de 65 años el rechazo es apenas mayor.
Es entre los votantes de Sumar es donde esa política de pacificación encuentra apoyo abrumador: un 71% es abiertamente partidario de las medidas adoptadas por el gobierno de coalición pasado y el que se pueda formar a partir de la nueva investidura de Sánchez, por sólo un 4% en contra; y, en concreto, dos de cada tres votantes de Yolanda Díaz apoyarían una la Ley de Amnistía y hasta un 90% rechaza la repetición electoral.
Gran diferencia entre autonomías
Al filtrar las respuestas del sondeo entre los ciudadanos de las diversas comunidades autónomas es cuando se ve la opinión “divergente”: en Cataluña, País Vasco y Navarra, territorios con fuerte presencia nacionalista, los encuestados allí se dividen casi a la mitad: un 44% admite que fue delito el 1-O, lo cual no impide que otro 52% apoye la amnistía y una mayoría del 55% prefiere ceder a los deseos de Puigdemont y ERC antes que ir a elecciones.
En el resto de España, en contraposición, existe un amplio consenso de rechazo entre los encuestados: el 76% insiste en que hubo delito, un porcentaje aún mayor, el 79%, rechaza la hipotética Ley de Amnistía, y el 73% prefiere volver a votar el que de enero antes de que Sánchez ceda a las pretensiones de los independentistas para ser investido de nuevo presidente del Gobierno.
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