España

El PP dirige su ofensiva a la relación entre Sánchez y Aldama y exigirá el registro de acceso a Moncloa

El principal partido hará de la relación entre el presidente y el cerebro del 'caso Koldo' el principal "eje de actuación" contra el Gobierno por la corrupción

El PP ha centrado el tiro en la relación entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el cerebro del caso Koldo, Víctor de Aldama, tras las revelaciones contenidas en el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, conocido la semana pasada. Los populares buscan evidencias que certifiquen su conexión. Una foto, una conversación de WhatsApp, la constancia de un encuentro, el indicio de un contacto directo... Lo que sea para tirarse a una piscina que atisban con agua hasta el borde. Por consiguiente, como ha sabido Vozpópuli de fuentes de la sala de máquinas de Génova, el principal partido de la oposición estrechará el cerco sobre Moncloa en base a ese filón abierto en el curso de la investigación.

"Ya sabemos que Aldama iba como Pedro por su casa por [el Ministerio de] Transportes y por Ferraz; ahora queremos saber si hacía lo mismo en la casa de Pedro [el Palacio de la Moncloa]", apuntan en el equipo de Alberto Núñez Feijóo. Es decir, una de las obsesiones de los muckrakers del PP –hay un comando en Génova que investiga el caso con la misma o más fruición que la UCO– es cotejar la posible presencia de Aldama en el palacio presidencial. Lo que explica que el PP vaya a exigir a Sánchez en los próximos días el registro de entradas y salidas de Moncloa.

Se trata de una petición que la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado –pilotada por el PP– ya intentó, en su caso, con las posibles visitas de Víctor de Aldama a la sede central del PSOE en calle Ferraz. ¿La respuesta de los socialistas? Un 'no' rotundo, explicado por la propia presidenta de la formación, Cristina Narbona, a través de una carta remitida a la Cámara Alta la semana pasada. Según aseguró Narbona en su misiva, los datos son de entrada son "recabados digitalmente, registrados -automáticamente- y suprimidos en el plazo de 30 días a contar desde el día que fueron recogidos". Es decir, conseguir el parte de visitas de entre enero de 2019 y diciembre de 2021, como quería el PP, sería algo sencillamente imposible. 

"La Instrucción 1/1996, de 1 de marzo, de la Agencia de Protección de Datos, sobre ficheros automatizados establecidos con la finalidad de controlar el acceso a los edificios establece en su norma quinta que los datos de carácter personal deberán ser destruidos cuando haya transcurrido el plazo de un mes, contado a partir del momento en que fueron recabados", zanjaban fuentes de Ferraz a este periódico esta misma semana, argumentando una imposibilidad tanto física (las imágenes no existen, sencillamente, porque están destruidas) como legal. No obstante, a ojos del PP, eso no sería así en el Palacio de la Moncloa, un sitio de dominio público. 

"Un eje de actuación" 

Los dos últimos informes de la UCO –que desvelan detalles determinantes sobre el Delcygate o el rescate de Air Europa– son sólo una parte de todo el material incautado en febrero y del que falta parte por ver la luz. Los agentes han analizado mensajes y discos duros de los cabecillas, pero todavía queda una parte importante por abordar. 

Como confirmaban a este periódico fuentes de la investigación esta misma semana, el abundante material intervenido a Koldo García Izaguirre, exmano derecha de José Luis Ábalos, a Aldama y a otros investigados por la trama hace que los agentes no hayan podido destripar todo lo incautado en febrero, cuando estalló el caso. Entonces, la UCO detuvo a 14 personas y practicó 26 registros en los que se incautó de más de 170 dispositivos electrónicos. Un material potencial con el que el PP se frota las manos. Y que será desvelado paulatinamente después de que los investigadores hayan tardado en separar qué es o no susceptible de ser perseguido penalmente. 

En este contexto, en su último informe la UCO puso el foco en el intercambio de mensajes a través de WhatsApp entre Aldama y Ábalos sobre la visita de Delcy Rodríguez –una exclusiva de hondo calado político destapada por este medio en enero de 2020– y en las negociaciones en Moncloa para rescatar Air Europa. Dos episodios en los que ahora sabemos fehacientemente que estuvo implicado Sánchez. Por ello, la relación entre Aldama y Ábalos, aseguran en Génova, no será un flanco pasajero que atacar. Sino "un eje de actuación" contra el Gobierno.

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