Lo de las señoras putas y los dirigentes sociatas puterillos viene de lejos. Los más veteranos recordarán aquellas fotos en las que aparecía en calzoncillos el por entonces director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, con una foca de plástico y algunas damas de la noche. Curiosamente, las imágenes que han trascendido al dominio público en este llamado caso del Tito Berni nos muestran a personajes muy parecidos a aquel Roldán de fuga peliculera y entrega posterior, Paesa mediante. Puro cutrerío español de sainete. Como sabrán, aunque poco, porque los medios del régimen están hablando más de la ola de frío que de este asunto, Bernardo, alias Tito Berni, está siendo investigado por una jueza de Tenerife debido a unas minucias relacionadas con una trama de corrupción, favores a empresarios canarios y madrileños, mordidas y favores políticos.
Se dice que el método es el de siempre. Estos temas son de sota, caballo y rey: comilonas, coca y putas. Acostumbrados al hedor de la putrefacción es posible que ya no nos afecte.
¿Tan imbéciles son los afectados que se dejan fotografiar? ¿Tan pasados están de coca? ¿O es que, a lo mejor, piensan que son intocables porque si ellos hablan se cae el partido a cachos?
Pero, qué cosas, este escándalo que le ha estallado a Sánchez en pleno pelo cortado a la navaja a nada de unas elecciones en las que se juega todo, es un Roldán II. Incluso con la participación de un general del Instituto Armado para que el color verde no falte, y conste que lo digo con la amargura de ver como alguien que luce el uniforme de la Benemérita lo denigra. Añadan ustedes que aquel escándalo de Roldán, que hizo caer del podio de la carrera política a Belloch y a ciertos directivos de los servicios de inteligencia e interior de por entonces, tiene otro rasgo en común con el del Tito Berni. Piensen. ¿Tan imbéciles son los afectados que se dejan fotografiar? ¿Tan pasados están de coca? ¿O es que, a lo mejor, piensan que son intocables porque si ellos hablan se cae el partido a cachos? Roldán, que tanto amenazaba con “tirar de la manta” ni tiró de la ídem ni tiró de nada.
Se calló, mamó su buena cárcel y, eso sí, hasta hoy nadie sabe quien tiene los millones famosos que se perdieron entre las nieblas parisinas y el sol de Laos. Aunque Roldán aseguró después de salir de la cárcel – igual decir según qué cosas dentro del trullo no era bueno para su salud – que él jamás estuvo en el exótico país y que no se movió de París. Pero volvamos a lo de ahora.
Dieciséis diputados, piénsenlo bien, se permiten cerrar toda una planta en un hotel de campanillas de Las Palmas y se tiran tres días dale que te pego entre comilonas, rayitas y señoritas ¡en plena pandemia!
Dieciséis diputados, piénsenlo bien, se permiten cerrar toda una planta en un hotel de campanillas de Las Palmas y se tiran tres días dale que te pego entre comilonas, rayitas y señoritas ¡en plena pandemia, con el confinamiento más autoritario e ilegal que se ha visto jamás en España! ¿Nadie lo vio, nadie lo denunció, a nadie le pareció extraño, ningún policía, ningún cargo gubernativo, ningún particular, ningún policía local de esos que te pedían poco menos que el certificado de penales si te pillaban en el horario que no te tocaba yendo por la calle o que casi te encañonaban si no llevabas el bozal puesto?
¿Ninguno de los avezados – y avezadas – personas que dirigen el PSOE sabía nada del Tito? Vaya por Dios, un partido en el que resulta imposible colgar un tuit sin que, si te has pasado algo de rosca, te llamen a capítulo y te digan que a ver si te caes de la lista en las próximas elecciones – caso real vivido por un amigo mío recientemente – porque controlan hasta el tipo de papel higiénico que usas, ¿y no saltó ninguna alarma con los viajecitos, las juerguecitas, los mamoneos y las orgías de los susodichos?
Cuántos políticos se dejarán comprar por pasta, drogas y putas? Si no se sabe, mal vamos cuando quien gobierna España no puede gobernar su partido
Digo más, ¿hará pública el PSOE, tan anti putero, tan probo, tan calvinista, el listado de los dieciséis diputados? Las excursiones del Tito ¿eran o no eran conocidas? Yo tengo la convicción de que sí, máxime en un país de bocazas como este en el que a los imbéciles les gusta alardear en asuntos de ludibrio y refocile. ¿Cuántos Titos habrá en España? ¿Cuántos políticos se dejarán comprar por pasta, drogas y putas? Si no se sabe, mal vamos cuando quien gobierna España no puede gobernar su partido. Pero si se sabe ¿por qué…?
Ahí lo dejo.
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