A nadie se le escapa que las elecciones autonómicas vascas y gallegas del próximo 12 de julio serán las más atípicas de la historia reciente de España. La pandemia del coronavirus cambia radicalmente la forma y el fondo de una campaña electoral que ya está en marcha desde la noche del jueves. La escasez de mítines y las estrictas medidas de seguridad para evitar contagios al votar condicionan unos comicios donde se antoja relevante el dato de participación. Por ahora, las solicitudes de voto por correo se están disparando.
Al igual que antes de la crisis del virus, tanto el presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, como el lehendakari, Íñigo Urkullu, tienen bastantes papeletas para repetir en sus cargos, al decir de todos los sondeos. Su primera idea, sin duda acordada, fue convocar los comicios para el 5 de abril, pero ni uno ni otro podían imaginar que la cita con las urnas se trasladaría al 12-J y tuviera unos tintes tan fuera de lo común.
Tan diferentes en lo ideológico, Urkullu y Feijóo coincidieron en el intento de reducir la campaña electoral de ambos comicios a una sola semana. Pero finalmente tuvieron que dar marcha atrás. Este jueves por la noche se inició esta campaña que será de dos semanas, como siempre, pero que también será diferente en su desarrollo.
No habrá demasiados mítines multitudinarios porque hay que cumplir con las medidas de seguridad. Además, los candidatos no podrán hacer algo tan tradicional como entregar propaganda electoral en las calles
No habrá demasiados mítines multitudinarios porque hay que cumplir con las medidas de seguridad. Además, los candidatos no podrán hacer algo tan tradicional como entregar propaganda electoral en las calles. Esto, unido a las fechas veraniegas en que estamos, nada habituales para unas elecciones, apuntan hacia una campaña electoral de baja intensidad que como mucho tendrá sus momentos clave en los debates televisivos entre candidatos.
La participación
Desde el punto de vista demoscópico, la gran clave de estas elecciones está en cuál será y cómo influirá en el resultado el nivel de participación. Al decir de fuentes de varios partidos vascos consultados por este diario, el miedo al contagio del virus y las fechas en que se vota provocarán una participación más baja que de costumbre, pero que difícilmente influirá en el resultado porque, aseguran, dejarán de participar votantes de las diferentes formaciones.
Es la primera vez en que se puede solicitar por internet el voto por correo. Y también se podrá votar entregando el sobre al cartero, sin necesidad de ir a una oficina de Correos
La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apunta a las esperadas victorias holgadas de Feijóo y Urkullu, pero no arroja luz sobre esta cuestión clave. A falta de los resultados para conocer esa abstención que se prevé amplia, lo cierto es que parece que no pocos vascos y gallegos quieren participar pero de forma diferente. Y es que se está disparando el número de solicitudes para votar por correo. En el País Vasco casi se ha multiplicado por cinco.
El nuevo voto por correo
Precisamente la forma de votar por correo es otra de las grandes novedades de estos atípicos comicios autonómicos. Es la primera vez en que se puede solicitar por internet el voto por correo. Quien quiera apostar por este nuevo modelo de solicitud, que evita desplazamientos y minimiza el contacto social, debe acreditar su personalidad mediante firma electrónica. El plazo para solicitarlo, tanto presencialmente en una oficina de Correos como por desde casa, está abierto hasta el próximo 2 de julio.
Los 2,7 millones de gallegos y los 1,7 millones de vascos llamados a las urnas vivirán un 12-J diferente que seguramente les costará olvidar. Esta cita electoral será distinta a todas las precedentes
Pero las novedades del voto por correo no terminan ahí. Porque también se pone en marcha una nueva posibilidad para formalizar el voto. El elector, si lo desea, tendrá la opción de entregar al cartero o cartera el sobre cumplimentado a cambio de un justificante acreditativo del depósito de su voto. Se evita así tener que acudir a votar en una oficina de Correos.
El día de la votación (12-J)
Si en el formato de la campaña y en el voto por correo hay novedades, aún más cambios se atisban para el propio día de la votación, marcado por la pandemia. Los 2,7 millones de gallegos y los 1,7 millones de vascos llamados a las urnas vivirán un 12-J diferente que seguramente les costará olvidar. Esta cita electoral será distinta a todas las precedentes. El plan de ambas administraciones consiste en poner en marcha excepcionales y numerosas medidas de seguridad para garantizar el derecho al voto sin que se produzcan contagios.
Los electores deberán llevar mascarillas pero en el momento de presentar el DNI ante la mesa tendrán que descubrirse para ser identificados. Si, como parece obvio que ocurrirá, se forman colas en los colegios electorales, se dará preferencia a los mayores de 65 años
Los colegios electorales tendrán aforo limitado. En su interior será obligatorio el uso de mascarillas tanto para los miembros de las mesas -quienes también llevarán guantes- como para los votantes, si bien en el momento de presentar el DNI ante la mesa los electores tendrán que descubrirse para ser identificados. Si, como parece obvio que ocurrirá, se forman colas en los colegios electorales, se dará preferencia a los mayores de 65 años. Además, se eliminará la cortina de las cabinas de votación para evitar infecciones al tocarlas. Y habrá marcas en el suelo para que se guarde la distancia de 1,5 metros.
Asimismo, los propios colegios electorales se desinfectarán antes, durante y al término de las votaciones. También se ventilarán en todo momento para prevenir los contagios. Y, por supuesto, en cada lugar donde se vote se habilitarán botes de gel hidroalcohólico para la higiene de los votantes. Este atípico 12-J, en suma, olerá y sabrá a desinfectante.
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