Cuando tan sólo quedaban cinco días para la última ronda de consultas del Rey con los partidos, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tuvieron la oportunidad de conocerse en persona.
La cita se produjo después de que el candidato socialista se reuniera en la Generalitat con el 'president' Carles Puigdemont y mantuviera un encuentro -también secreto- con el vicepresidente Oriol Junqueras, según publica El Periódico. Fuentes conocedoras del encuentro explican que se trató de una toma de contacto para que ambos se conocieran y "comentaran la actualidad política" y fue Jaume Collboni, presidente del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Barcelona, quien ejerció como mediador de acuerdo al citado diario.
Las mismas fuentes aseguran que Sánchez no pidió a Colau que presionara a Podemos para facilitar su investidura ni entraron a fondo en las negociaciones sobre la difícil gobernabilidad del Ayuntamiento de Barcelona -la CUP tumbó dos días más tarde el presupuesto de Colau-. Sánchez no quería menoscabar la autonomía del PSC de Barcelona ni poner en cuestión el sistema de toma de decisiones de En Comú Podem y Podemos.
Una semana antes de que se produjera este encuentro, Colau había hecho desde Madrid un llamamiento a "las fuerzas de izquierdas progresistas". "Todos podemos ser más generosos y dialogantes", había sentenciado la alcaldesa. En la misma línea, y en sintonía con Xavier Domènech, la regidora se ha mostrado a lo largo de los últimos meses muy crítica con el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, defendiendo que la única opción real era el Gobierno a la valenciana propuesto por Iglesias.
La reunión con Colau se suma así a la cadena de contactos de Sánchez con el entorno de la formación morada durante este periodo de negociaciones, ya que previamente había hablado con En Marea y con Íñigo Errejón y Mónica Oltra a través de su equipo negociador.
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