En medio del impasse en que se encuentra sumido el Partido Socialista y a la espera de la reunión que mantendrá este martes con el jefe del Gobierno en funciones, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, mantiene firme su convicción de que no será necesaria la convocatoria de unas terceras elecciones generales, algo que los españoles no perdonarían. El presidente naranja acudirá a la cita con Mariano Rajoy en este inicio de las conversaciones de investidura con la advertencia de que su partido, la formación naranja, no suma con el PP para desbloquear la situación. De ahí, la importancia que el dirigente centrista y su equipo dan a la necesidad de que el PSOE "sea parte involucrada" y acepte una abstención, "previa consenso en las grandes e inmediatas reformas". Sólo así habría un gobierno en minoría del PP, la opción que Rivera ve más factible.
De este forma, y según fuentes de la cúpula naranja, ya se habla a nivel interno de garantizar apoyos puntuales al PP en los temas de Estado mediante un pacto tácito que pueda forzar a los socialistas a esa abstención y propiciar así el arranque de la legislatura. No obstante, las mismas fuentes apuntan que tal acuerdo discreto, ajeno a escenificaciones, exigirá necesariamente sendos compromisos de Rajoy: por un lado, "emprender reformas que son claves para Ciudadanos, como la de la ley de electoral o la despolitización de la Justicia", y por otro, realizar una "renovación" dentro de su Ejecutivo, sin la continuidad, al menos, de los ministros de Hacienda y Administraciones Públicas e Interior, Cristóbal Montoro y Jorge Fernández Díaz, respectivamente.
"Si la 'mesa a tres' no es posible por el bloqueo que se tienen PP y PSOE, hay que intentar otra fórmula con el mismo fin", resumen fuentes de la dirección naranja
Si bien la búsqueda de ese manera de forzar al PSOE, para que asuma su parte de responsabilidad y evite las urnas, se venía estudiando en el seno de la formación naranja desde hace días, lo evidenciado por el Comité Federal del PSOE del sábado ha hecho que dicha estrategia cobre fuerza, señalan las fuentes citadas. Así, desde la dirección de C's, prosiguen tales fuentes, creen que "es significativo que no saliera una resolución escrita" del cónclave socialista, a diferencia de otras veces. En esta ocasión, no se empleó tal herramienta para dar solidez a la línea marcada por el secretario general: votar 'no' a la investidura de Rajoy. En este contexto, el equipo de Rivera ha interpretado que el 'no' del PSOE al presidente de los populares es sólo verbal y cree, por tanto, que podría haber un segundo Comité Federal que inclinara la balanza hacia una abstención (en segunda votación).
Al igual que han manifestado algunos barones socialistas, como el extremeño Guillermo Fernández Vara, en Ciudadanos son conscientes de que cuanto más apoyos parlamentarios reúna el PP para la investidura más cerca estará la abstención del PSOE, pero, de momento, la Ejecutiva naranja mantiene su negativa a apoyar a los populares con su actual proyecto y los mismos ministros. Rivera lo ha repetido por activa y por pasiva: "Queremos un cambio de ciclo".
No obstante, y a tenor de lo que se respira internamente, C's está dispuesto a tenderle la mano al PP, de manera prudente y reservada, sin la solemnidad que caracterizó el acuerdo de El Abrazo con los socialistas. Tal gesto iría encaminado a desencadenar un gobierno del PP en minoría, con el permiso del PSOE. "Si la 'mesa a tres' no es posible por el bloqueo que se tienen PP y PSOE, hay que intentar otra fórmula con el mismo fin", resumen las fuentes citadas. Ello haría difícil a los socialistas aferrarse al 'no'. Con Podemos al acecho, el coste de unas terceras elecciones sería muy elevado para sus intereses.
Un juego de equilibrios para salvar la hemeroteca
Con todo, el principal problema que se presenta a Rivera es de credibilidad, no ser devorado por la hemeroteca de la pasada campaña, cuando descartó abstenerse para que Rajoy siga siendo presidente del Gobierno. Para la dirección naranja, remarcan las fuentes consultadas, no habría contradicción en consensuar ahora, en la fase de negociación, esos apoyos puntales en el Parlamento a las grandes reformas, mediante el mencionado acuerdo tácito, y luego votar en contra de la investidura de Rajoy porque, a su juicio, "no está legitimado para liderar la nueva etapa política". Todo un juego de equilibrios. Para entonces, sostienen que habrá quedado demostrado que PP y Ciudadanos, tras su acercamiento, quieren iniciar la legislatura, mientras que el PSOE, el único que puede desenredar la madeja, deberá retratarse. "Nosotros no somos decisivos, el PSOE sí", insisten desde el partido naranja.
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