El empujón final que quiere dar Ciudadanos a su candidatura consiste en mejorar en un 1% su resultado del 20-D, es decir, pasar de un 14% a un 15% el próximo domingo y poder así desempeñar un papel relevante en las negociaciones de gobierno. Este crecimiento se traduciría, según los estrategas del partido naranja, en 8-10 diputados más que los 40 obtenidos en la cita de diciembre. Ante esta previsión optimista, surgen dos preguntas inevitables: ¿En qué circunscripciones podría lograr esos nuevos escaños la formación de Albert Rivera? ¿Realmente el techo de Ciudadanos está en los 48-50 parlamentarios o se encuentra en los cerca de 40 que le vuelven a atribuir la mayoría de los sondeos?
Respecto a la primera cuestión, el mayor éxito de C’s sería subir ese 1% y, al mismo tiempo, arañar algún diputado más en las grandes plazas, esto es, Madrid, Barcelona y Valencia. En la circunscripción madrileña, al candidatura que encabeza Rivera mantendría su tercer puesto y mejoraría los datos de hace medio año arrebatando un escaño al PP y llegando hasta los ocho representantes (en los anteriores comicios tuvo siete). Éste fue el pronóstico que recogió el CIS preelectoral.
En cuanto a la batalla de Cataluña, hay encuestas que sitúan a la organización centrista con 6-8 diputados frente a los cinco de sus primeras generales. Así, estaría muy cerca de obtener cinco actas por Barcelona, una más que las cosechadas el 20-D. El partido de Rivera anda volcado en este frente, con su portavoz en el Parlament, Inés Arrimadas, a la cabeza, pese a no ser candidata. Además de los tradicionales mítines, Ciudadanos reunió a más de 1.200 militantes y simpatizantes en el Arco del Triunfo de la Ciudad Condal para ver el partido de la Selección española de fútbol contra Turquía. La formación emergente quiso así desafiar las “reticencias” de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (En Comú), a seguir partidos del combinado nacional desde pantallas gigantes instaladas en la calle.
Asimismo, Ciudadanos quiere recuperar el espíritu de las autonómicas del 27-S, donde llegó a ser segunda fuerza (por detrás de CDC y ERC), y no sólo crecer un escaño en Barcelona, sino también mantener el de Tarragona y conquistar otro por Gerona. La formación naranja, que no consiguió aquí representación el 20-D, se disputa el diputado con En Comú Podem, que tiene opciones de lograr un segundo, y Convergència, que podría perder su única acta.
El partido naranja se disputa el que sería su primer diputado por Gerona con En Comú Podem y Convergència
En la Comunidad Valenciana, el partido centrista también está en condiciones de hacerse con un tercer escaño por Valencia, uno más que en diciembre. En esta demarcación sería a costa del PSOE. Sin embargo, su representante por Castellón podría marcharse a la coalición Compromís-Podemos-Esquerra Unida.
De igual modo, la organización de Rivera tendrá que protagonizar una defensa numantina de su segundo escaño por Sevilla y el de Salamanca. Estas dos circunscripciones han estado presentes en el itinerario de la caravana de Albert Rivera para esta campaña. En ambas, sería la coalición Unidos Podemos la que arrebataría a C’s sendos representantes.
Mayor riesgo, también por la suma de Podemos e Izquierda Unida, corren los dos diputados de Ciudadanos por Albacete y Guadalajara. Y otra pérdida probable que apuntan los sondeos es el escaño por León, ya que el partido naranja sería el más perjudicado por el descenso poblacional en esta circunscripción, causa de que exista ahora un asiento menos en liza (se elegirán sólo cuatro diputados y no cinco como el 20-D).
¿Posibilidad de crisis interna?
En el mejor de los escenarios, la formación emergente sueña con un segundo diputado por Cádiz y por Zaragoza y en estrenar representación por las provincias de Ávila, Badajoz, Pontevedra y Teruel. Además, en la formación centrista son conscientes de que la suma de Podemos-IU les hace muy difícil conseguir un escaño en tres demarcaciones concretas donde estuvieron cerca el pasado 20-D: Burgos, Ciudad Real y La Rioja.
De este panorama adverso puede deducirse, por tanto, que el techo de Ciudadanos para el 26J no está en los 48-50 diputados -cifra que daría el deseado aumento de un punto porcentual-, sino que más bien se situaría en una representación por debajo de los 40, tal y como pronostican buena parte de los sondeos. En caso de que C’s descienda en escaños (menos de 35 sería un mal resultado), y también en porcentaje de voto, el pinchazo de la organización centrista relegaría a Albert Rivera a una posición de escasa trascendencia en la formación de gobierno y podría abrir una crisis interna en Ciudadanos sobre la conducción de su proyecto regeneracionista.
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