Era un escenario a priori adverso para el partido de Pablo Iglesias en este final de campaña de las generales del 26J, pero la formación morada ya trata de sacarle el máximo rédito político al Brexit. Si bien Podemos llegó a juguetear en sus inicios con una posible salida de España de la UE y la zona euro, su posición ahora era contraria a la marcha de Reino Unido y a favor del Bremain (permanencia). Así lo repetía ayer su secretario general, Pablo Iglesias, en una entrevista en Onda Cero: “Sería una mala noticia que el Reino Unido no siguiera con nosotros”, descartando además la posibilidad de propiciar un referéndum similar en España. Sin embargo, al mismo tiempo, apelaba a la necesidad de aprovechar esta oportunidad (ganara quien ganara) para “corregir” el “déficit democrático” de la Unión Europea. Ese mensaje, que el día antes del Armagedón UK era secundario, es hoy el que copa el primer lugar del discurso de Podemos, pues ven más factibles sus exigencias a Bruselas, como una renegociación del déficit.
En Podemos, desde hace días, existía el temor a ser identificados con formaciones extremistas en caso de que ganara el Sí de la 'Middle England', como así ha ocurrido
Así lo expresaba el propio Iglesias en su cuenta oficial de Twitter: “Día triste para Europa. Debemos cambiar de rumbo. De una Europa justa y solidaria nadie querría irse. Tenemos que cambiar Europa”. En la misma línea, la vicepresidenta valenciana y aliada de Podemos en la Comunidad Valenciana, la nacionalista Mónica Oltra (Compromís), dejaba otra reacción reveladora: “Brexit demuestra que UE no es para las personas y sí para los mercados. De una Europa con corazón y para l@s ciudadan@os nadie querría irse”.
Esta es la senda que quiere seguir Podemos en su estrategia socialdemócrata, aunque buscando no ser identificado con partidos europeos populistas y extremistas. Con la victoria del Brexit, la opinión pública española ha entrado desde esta mañana en estado de shock, de máxima incertidumbre sobre los males que puede acarrear semejante erupción en la economía patria, en la Bolsa, en la volátil prima de riesgo. En este contexto, es inevitable que se produzca un efecto acción-reacción en los votantes, sobre todo en esos indecisos (más de un millón y medio de electores) que verían ahora más necesario que nunca, en pleno terremoto británico, apostar por un voto de estabilidad frente a los extremos y los populismos en las urnas de este domingo.
El doble lenguaje de Podemos, tan característico, tan identitario de formación emergente, el mismo que le ha funcionado en Cataluña, País Vasco, Galicia o la Comunidad Valenciana con sus mareas, ha sido ahora adaptado al triunfo de los british eurófobos , porque en parte de su electorado, de sus bases, de sus simpatizantes también subyace tal deseo de desconexión. A veces ni siquiera disimulado. En el Parlamento europeo, los diputados de Podemos e Izquierda Unida ya expresaron, vía enmienda, su inclinación por una salida “ordenada” de la zona euro junto a a partidos euroescépticos y ultraderechistas como el Frente Nacional de Marine Le Pen, los mismos que hoy se frotan las manos con la derrota del Bremain y ya exigen la convocatoria de refrendos en sus países, véase Francia, Holanda o Italia.
En Podemos, desde hace días, existía el temor a ser relacionados con estas formaciones radicales en caso de que ganara el Sí de la Middle England, tal y como ha ocurrido. Como si hubiera un mal presentimiento tanto su Secretaría Económica como Internacional habían difundido a nivel interno un argumentario con las ideas fuerza de Podemos para seguir defendiendo la pertenencia de España a la Unión Europea, pero con una serie de cambios estructurales, profundos, esenciales, a su juicio, para dar un giro de 180 grados a la política de Bruselas.
El documento, titulado Una alternativa para la Eurozona, aboga por un reforma profunda del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y del Pacto Fiscal; un Plan de inversión pan-europeo que consagre al menos el 4% del PIB (canalizado a través del Banco Europeo de Inversiones y financiado con cargo a la emisión de bonos de deuda del BEI); la modificación de los estatutos del Banco Central Europeo; o la celebración de una Conferencia Europea de la Deuda.
Entre el 'Bremain' y la Europa de Varoufakis
Asimismo, la propuesta plantea la creación de una cámara parlamentaria de la Eurozona, formada por representantes de los distintos parlamentos nacionales de acuerdo con criterios poblacionales y territoriales y, a “diferencia del Parlamento Europeo, con verdadera capacidad legislativa y de control político”. La formación de Iglesias señala también que sobre este órgano democrático recaería la “legitimidad de la política monetaria” y que su presidente debería ser nombrado por dicha cámara parlamentaria, ante la que también tendría que responder (igual que la FED ante el Congreso de los EE.UU.).
De este modo, la identificación del Brexit con el extremismo se ha convertido para Podemos en el quinto rival a batir (si contamos PP, PSOE y Ciudadanos y la abstención) antes del 26-J, justo cuando la campaña agoniza. En estos dos días –ya menos- que faltan para que España abra las urnas en unas elecciones muy ajustadas, el reto del partido morado pasa por darle la vuelta a la peor cara del Brexit y llevarlo a su terreno, a sus intereses, a conjugar el Bremain con de esa idealista “democratización” de Europa, que le llaman. O lo que es lo mismo: la Europa de Varoufakis.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, considera que la salida del Reino Unido de la UE es una "mala noticia" para la construcción europea pero también una "oportunidad" para afrontar las reformas pendientes como única vía para detener a los "populismos" que crecen en el continente, también en España.
"Creemos que esto, que es una mala noticia, debe ser también una oportunidad para hacer reformas en Europa y en los estados miembros, porque, si no llegan las reformas, llega el populismo", ha advertido.
En una rueda de prensa en el Congreso acompañado por la plana mayor de su grupo parlamentario, RivEra: "Es una oportunidad para detener los populismos"el líder de la formación naranja ha manifestado su respeto por la decisión del pueblo británico, pero también ha reprochado al partido conservador y al primer ministro, David Cameron, que haya actuado de forma "irresponsable" convocando este referéndum.
"Los conservadores y Cameron cometieron una irresponsabilidad. No se puede jugar a dividir a los ciudadanos convocando un referéndum cuando llevan años y años fomentando el antieuropeísmo. Después es muy complicado defender lo contrario en tres meses", ha lamentado, recordando que la inmensa mayoría de los jóvenes británicos ha votado a favor de permanecer en la UE.
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