España

Los puntos débiles del liderazgo de Iglesias según sus votantes: imprudencia y altivez

El informe-encuesta realizado por el aparato de Podemos para identificar los errores del 26J niega que la figura de su secretario general restara votos a la coalición con Izquierda Unida. Sin embargo, otro estudio ajeno descubre carencias del exeurodiputado, menos abierto al diálogo que otros candidatos.

La responsable de Análisis Político y Social y cofundadora de Podemos, Carolina Bescansa, negó esta semana que el perfil de Pablo Iglesias hubiese estado detrás, entre otras razones, de la pérdida de más de un millón de votos por parte de la coalición Unidos Podemos con respecto al 20D. Así lo declaró en una entrevista en RNE, avanzando detalles del informe-encuesta elevado al Consejo Ciudadano Estatal de este sábado, máximo órgano entre congresos. En cambio, hay quienes dentro del partido, según las fuentes internas consultadas, creen que hubo determinadas actuaciones del secretario general que sí quedaron en la retina de ese votante del 20D que se quedó en casa o en la playa el 26J.

Entre esos comportamientos cuestionables hay uno que sobresale por encima del resto: la salida en rueda de prensa en el Congreso para reclamar a Pedro Sánchez la vicepresidencia del Gobierno. Justo en el momento en que el candidato socialista, que desconocía la propuesta-órdago, estaba reunido con el Rey en la primera ronda de consultas. Teatralizaciones de este tipo, con Iglesias siempre en primer plano, han pesado en el hecho que sus propios votantes apunten a cierta imprudencia y altivez como puntos débiles de su liderazgo. Así lo recoge un estudio ajeno elaborado por la consultora americana Reputation Institute, realizado a partir de 5.000 entrevistas sobre los cuatro principales candidatos a la Moncloa el pasado 26J: Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos).

El trabajo de Reputation Institute sitúa a Iglesias con la peor valoración de los cuatros en tres variables concretas. Los simpatizantes de Podemos expresan sus dudas en la capacidad del secretario general para proyectarse como un “líder prudente en la toma de decisiones”, como una “persona sencilla, no prepotente” y que “fortalezca el papel de España en ámbito internacional”.

Asimismo, en la comparación con Sánchez (PSOE) y Rivera (C’s), el exeurodiputado queda por detrás en otros cuatro atributos: trasladar la imagen de una persona amable y simpática; de un político cercano y agradable; estar abierto al diálogo y demostrar capacidad de escucha, y garantizar una buena gestión en problemas de seguridad pública. De igual modo, su escasa experiencia en el manejo de asuntos públicos (sólo ha ejercido 15 meses de eurodiputado y nunca tuvo responsabilidad alguna de gobierno) tampoco escapa a sus propios electores.

La escasa experiencia de Iglesias en la gestión de asuntos públicos (nunca tuvo responsabilidad alguna de gobierno) tampoco escapa a sus propios electores

De los cuatro principales candidatos a la Presidencia del Gobierno no es Iglesias, sino Albert Rivera, según el análisis de Reputation Institute, el que despierta mayor atractivo emocional y racional entre sus votantes. El secretario general de Podemos ocupa el segundo lugar, algo que encaja con otro argumento esgrimido por Bescansa para despejar el fantasma de un eventual relevo de Iglesias al frente del partido morado.

Según la responsable de Análisis Político y Social, en base a la encuesta que ha dirigido estas semanas con los recursos de la organización, Iglesias es “un tipo de líder con un nivel de carisma que genera mucha hostilidad en las posiciones que compiten con nosotros”, pero que, en cambio, cuenta mucho apoyo entre su electorado, defiende. “El respaldo entre la gente que nos apoya es indiscutible”, subraya Bescansa.

Pero, ante ello surge una pregunta inevitable: ¿Qué habría ocurrido si el candidato de Podemos no sólo hubiera generado empatía con sus simpatizantes, sino también con los indecisos o con el votante descontento de otros partidos? ¿Y qué hubiera sucedido si el jefe del barco hubiera sido el actual número dos del partido, Íñigo Errejón, con un perfil más moderado y más abierto a la búsqueda de puntos de encuentro con el PSOE?

Blindaje hasta mediados de 2017

De momento, Iglesias, pese a haber declarado en el pasado que no se veía mucho tiempo como portavoz de Podemos haciendo oposición en el Congreso, ha dejado entrever ahora que desea seguir pilotando el proyecto de la formación morada al menos durante los próximos cuatro años. En los últimos días, incluso ha vaticinado que Podemos estará en condiciones de ganar las siguientes elecciones generales.

Si bien desde ciertos sectores del partido, sobre todo del lado de los errejonistas y de la corriente Anticapitalistas, se ha demando la celebración de un Congreso extraordinario en otoño, el exeurodiputado se adelantó ayer al debate de este sábado y subrayó que “estatutariamente” ese Vistalegre 2 “podría llegar a producirse incluso a mediados de 2017”. “Tampoco tenemos ninguna presión específica. Veremos qué propuestas hay”, enfatizó Iglesias. Un mensaje que sonó más a reto que a restañar las brechas abiertas.

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