La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha regresado a Madrid tras su retirada del país a mediados del mes de mayo de 2021, cuando España acogió al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali para ingresar en una UCI y ser tratado de covid-19. La situación se vio agravada por la entrada de miles de migrantes en Ceuta procedentes de Marruecos en esas mismas fechas.
Entonces, Marruecos llamó a consultas a Benyaich, que desde hoy ha vuelto a ocupar su puesto de trabajo en Madrid. En declaraciones a EFE, la embajadora marroquí en España ha dicho que se abre "una nueva etapa" en las relaciones entre ambos países después de que Sánchez considerase una "base seria y creíble" la autonomía para el Sáhara y que Marruecos aprecia "en su justo valor" la decisión del Gobierno de España.
Benyaich ha calificado a España como "país hermano" y considera que "las crisis sólo se producen entre aquellos que somos familia, y ahora es un placer volver a trabajar en Madrid". Una crisis que ahora viaja hacia el este, ya que ahora, los problemas diplomáticos son con Argelia.
La decisión de Sánchez ha provocado el desconcierto de Argelia, que ha decidido llamar a consultas a su embajador en Madrid, Said Musi. El Ejecutivo argelino ha mostrado su "sorpresa" por este giro en la política exterior española, ya que según afirma, nadie desde nuestro país les informó previamente. El Gobierno de España ha desmentido esas declaraciones.
Fuentes argelinas han calificado como "deshonroso" el cambio de actitud del Ejecutivo de Sánchez y lo interpretan como "sinónimo de sometimiento rotundo a Marruecos". Un punto de vista que comparten con el Frente Polisario. La portavoz de la Presidencia de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Nana Labat Rachid, ha señalado que el cambio de postura se debe a un "chantaje" de Marruecos y a su "constante amenaza de inundar Madrid de inmigrantes ilegales".
Sobre inmigración irregular y Marruecos ha hablado Félix Bolaños, que ha afirmado que España tendrá "una buena relación con Marruecos", ya que su vecino de la frontera sur se ha comprometido "a colaborar contra la trata de personas, contra la inmigración ilegal".
Desde el Gobierno español se relaciona este cambio de postura de España respecto al Sahara y la normalización de las relaciones entre España y Marruecos con una mejora en la colaboración del país norteafricano en los temas de inmigración irregular.
Desde el Frente Polisario mantienen su visión de "construir un estado independiente en todos los territorios ocupados" y han afirmado que el giro de Sánchez "no cambia el estatus legal del Sáhara Occidental, considerado un territorio no autónomo".
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