España

La causa del Emérito ante la Justicia británica complica su presencia en el funeral

Juan Carlos I, muy unido a Isabel II, todavía está pendiente de que el tribunal de apelaciones dé la última palabra sobre su inmunidad para esquivar la demanda de acoso interpuesta por Corinna Larsen

El fallecimiento de la reina Isabel II abre paso a la organización de un funeral de Estado al más alto nivel. Se da por hecho que el Rey y la Reina acudirán al sepelio como representantes de la Casa Real española, pero pese a la estrecha relación que existía con la "prima Lilybeth", como cariñosamente llamaba Don Juan Carlos a Isabel II, se complica que el Emérito pueda acudir a dar el último adiós a la monarca 'eterna'. El padre del actual Jefe del Estado tiene cuentas pendientes en la Justicia británica tras la demanda de acoso interpuesta por Corinna Larsen que complican en gran medida su presencia en el acto.

En estos momentos el Emérito -que mantiene su residencia en Emiratos- podría plantearse acudir al funeral de Estado, del que todavía no se conoce fecha, pero hay muchas dudas acerca de si sería conveniente realizar este viaje. Máxime teniendo en cuenta que sigue pendiente de resolver todo lo relativo a su inmunidad ante el Tribunal de Apelaciones de Reino Unido. La defensa de Juan Carlos I consiguió que la Justicia británica le permitiera apelar ante una instancia superior para tratar de frenar la única causa pendiente que tiene en los tribunales.

En la Casa del Rey, la reacción al fallecimiento de Isabel II no fue precisamente rápida. Dos horas después de conocerse la muerte, no había pronunciamiento oficial ni texto de condolencia. Solo un mensaje "en fuentes" a través de Radio Nacional. Finalmente, Felipe VI se pronunció hacia las diez de la noche en un acto en Sevilla y poco después, se colgaba en las redes de Casa del Rey el texto enviado por Don Felipe al ya Carlos III.

Según fuentes de seguridad que han estado en el pasado reciente en contacto con el Emérito, "lo normal" es que desde Zarzuela se desaconseje "totalmente" el viaje de Don Juan Carlos a los funerales de Isabel II: "Es la única causa que se mantiene viva y sería muy arriesgado". Y podría poner una vez más en aprietos "a su hijo", insisten las fuentes, que recuerdan que desde el episodio vivido en Sanxenxo con la exhibición pública del Emérito y la posterior 'reunión' en Zarzuela con Felipe VI, las aguas parecían haberse calmado y Don Juan Carlos había rechazado comprometer la imagen de la Monarquía y suspender su viaje a final del verano a Galicia.

El rey Felipe VI ha expresado sus condolencias por la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra este jueves destacando que la monarca fue "un ejemplo para todos nosotros" y que "su sentido del deber, su compromiso y toda una vida dedicada al servicio" de los británicos quedarán "como un sólido y valioso legado para las generaciones futuras".

Don Felipe ha enviado un telegrama al nuevo rey, al que se ha dirigido como "querido Carlos", y le ha expresado su pesar por la "triste noticia" de la muerte de su "amada madre" además de trasladarle tanto su "más sentido pésame" como el del Gobierno y los españoles.

No tentar a la suerte

Por ello, se entiende ahora en esos círculos que se han encargado de la seguridad de Don Juan Carlos que "la Casa volverá a insistir en la necesidad de no tentar a la suerte y no acudir a los funerales en Londres".

De hecho, la causa por supuesto acoso de Corinna Larsen empezó con mal pie para Juan Carlos I. El monarca, que ha compartido décadas de jefatura del Estado con Isabel II, trató de frenar el avance de esta causa en Reino Unido argumentando que, en función de lo recogido en la Ley de 1978 sobre la inmunidad de los Estados (State Inmunity Act, por sus siglas en inglés), la inmunidad diplomática de Felipe VI se extiende también a su familia más estrecha.

El Tribunal Superior de Justicia de Reino Unido respondió negando la mayor. Según explicó, el Emérito conserva un estatus "especial y sin precedentes". Ahora bien, desde su abdicación el 19 de junio de 2014 solo hay un Rey en España y ese es su hijo. El golpe fue doble ya que el tribunal no solo denegó su intento de frenar la causa sino que, para argumentar su decisión, puso como ejemplo el robo de una joyería.

En su dura respuesta, expuso que el argumento del demandado implicaba que, si el día de mañana entrara en una joyería en Reino Unido y robara un anillo de diamantes, no podría enfrentar ningún proceso civil o penal en la jurisdicción británica. Además, añadió que ningún miembro de la Casa Real ni del Estado aportó prueba alguna que demostrara que debe gozar de la misma inmunidad que su hijo.

El revés de Reino Unido al Emérito se produjo en marzo, apenas semanas después de que su horizonte judicial se despejara por completo en España. Tras años de investigación, la Fiscalía del Tribunal Supremo dio carpetazo a todas las líneas abiertas por la gestión de su fortuna. Su condición de inviolabilidad hasta 2014, la prescripción de los delitos por los que se le investigaba y las regularizaciones fiscales fueron factores determinantes que llevaron a la Fiscalía del alto tribunal a zanjar las pesquisas y no interponer querella penal contra el Emérito.

Una estrecha relación

Don Juan Carlos y Doña Sofía realizaron su primer viaje oficial al Reino Unido en 1986, y se alojaron -a petición de Isabel II- en el Castillo de Windsor e impuso al hoy Emérito el collar de la Reina Victoria. Dos años después, Isabel II y el Duque de Edimburgo realizaron su único viaje oficial a España y se ofreció una cena de gala en el Palacio Real.

El histórico lunar de Gibraltar ha ensombrecido la relación: Isabel visitó el Peñón en mayo de 1954 junto a su marido y sus dos hijos mayores Carlos Ana, un viaje que se repitió para la luna de miel de Carlos y Diana en 1981 y que provocó que ningún miembro de la Casa Real española acudiera a la boda en Londres.

Sin embargo, los lazos familiares se han seguido imponiendo. Felipe VI y la Reina Letizia realizaron en 2017 su primer viaje oficial a Gran Bretaña, hospedándose en el Palacio de Buckingham, y regresaron en 2019 para que Don Felipe recibiera de manos de Isabel II la Orden de la Jarretera. Ahora, la espada de Damocles de la justicia británica puede impedir que Don Juan Carlos se despida de su querida 'prima Lilybeth".

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