Juan Carlos I ya está en España y en los plazos que Zarzuela y Moncloa pactaron hace meses: a finales del primer semestre de 2022. Sin embargo, ninguna de las tres partes implicadas -el Emérito, Casa Real y el Gobierno- están contentas del todo. El padre de Felipe VI está decepcionado con su hijo, que no le ha permitido pernoctar en Zarzuela, y por eso ha decidido reunirse con él cuatro días después de aterrizar en Vigo. Un gesto que no ha gustado al actual rey. Desde el Ejecutivo, por su parte, siguen pidiendo explicaciones al monarca.
De momento, Juan Carlos I no ha hecho ninguna declaración pública después de llegar ayer al aeropuerto de Peinador y trasladarse a la casa de Pedro Campos. El Emérito, eso sí, saludó a los fotógrafos y curiosos que se agolparon en la entrada de la residencia del presidente del Club Náutico de Sanxenxo, pero sin mediar palabra.
Algunas fuentes apuntan que este viernes, cuando se traslade al puerto, puede haber una breve comparecencia ante los medios, aunque la intención del padre de Felipe VI es evitar cualquier tipo de valoración sobre las causas judiciales que provocaron su marcha hace casi dos años o las conversaciones con su hijo previas al viaje realizado desde Abu Dabi.
Choque de reyes
Personas próximas a Juan Carlos I admiten a Vozpópuli que la relación entre padre e hijo es "tensa" desde hace meses. El Emérito lleva desde otoño queriendo regresar a España y la respuesta del actual rey siempre era negativa. En marzo, cuando se cerraron todas las investigaciones contra él, ambos pactaron la carta en la que Juan Carlos I anunciaba su intención de viajar con "frecuencia" a España para ver a "familiares y amigos" y de mantener su residencia en Abu Dabi.
Con esa misiva, se desbloqueó definitivamente el regreso del Emérito a su país, pero aún quedaban algunos flecos por cerrar. En los días previos al fin de semana del 20 al 23 de abril, Juan Carlos I anunció a sus amigos más cercanos su intención de presenciar las regatas de la Copa de España que se disputaban en Sanxenxo, tal y como adelantó Vozpópuli.
Según afirmó hace unos días Fernando Ónega, el viaje fue cancelado a última hora, pero no por orden de Zarzuela. Durante ese fin de semana, no obstante, algunos regatistas observaron, durante ese fin de semana, una serie de medidas de seguridad y comportamientos poco habituales: "Quizá estaban empezando a preparar el despliegue de ahora".
Sea como fuere, Casa Real confirmó a este diario que, pese a lo publicado en otros medios, el motivo de la cancelación de ese viaje no tuvo nada que ver con el rechazo de Felipe VI a que Juan Carlos I pasara unos días en Zarzuela. Las fuentes consultadas destacaron que el Emérito ya aceptó en marzo no residir en Zarzuela, y que no había novedad en ese sentido.
Una cosa es no residir en Zarzuela y otra no dormir ni una noche. Y ahí sí ha habido enfrentamiento
En los días previos al anuncio de su regreso a España este fin de semana, se volvió a apuntar a un posible veto del actual rey a que su padre pernoctara en Zarzuela, pero desde Casa Real volvieron a negar la mayor. Desde el entorno de Juan Carlos I, no obstante, apuntan que "una cosa es no residir en Zarzuela y otra no dormir ni una noche. Y ahí sí ha habido enfrentamiento".
La decisión del Emérito
Según estas fuentes, el Emérito, después de la conversación telefónica con su hijo hecha pública el pasado domingo, y una vez comprobado que Felipe VI no le quería ni una noche en Zarzuela, decidió priorizar su viaje a Sanxenxo a la reunión con su hijo.
De esta forma, Juan Carlos I y Felipe VI se reunirán en Madrid, en Zarzuela, el próximo lunes: cuatro días después de que el Emérito aterrizara en Vigo... y justo antes de su regreso a Abu Dabi. También coincidirá en Palacio con la reina Sofía, actualmente fuera de España.
Al final, el Rey Emérito prioriza un reencuentro con sus amigos a una reunión con el actual Rey de España. Es algo bastante fuerte
Personas con una amplia trayectoria en Casa Real admiten a este diario que la decisión de Juan Carlos I es "todo un mensaje" para su hijo y que, desde el punto de vista del Protocolo, es todo un desafío: "Al final, el Rey Emérito prioriza un reencuentro con sus amigos a una reunión con el actual Rey de España. Es algo bastante fuerte".
La infanta Elena, "mediadora"
Estas mismas fuentes apuntan que la presencia de la infanta Elena en Sanxenxo servirá para "aliviar" ese "pequeño agravio" y "poder destacar que Juan Carlos I ya se ha reencontrado con un familiar este mismo fin de semana".
La primogénita, que esperó a su padre a pie de pista en el aeropuerto de Peinador, "será su sombra" durante todo el fin de semana, aunque la intención del Emérito es tener, en la medida de lo posible, "libertad de movimientos". Algo que Casa Real y el Ministerio del Interior desaconsejan totalmente.
La infanta, además, lleva tiempo actuando como "mediadora" entre los dos reyes, y en los días previos al regreso del Emérito, y también ahora con él en Sanxenxo, "seguirá interpretando ese papel".
Galicia, "100% juancarlista"
Desde el entorno de Juan Carlos I también destacan que Galicia "sigue siendo la Corte de Juan Carlos I". La región, añaden, es "100% juancarlista" y "eso se ha notado desde su llegada". El Emérito, por tanto, "sabía muy bien a dónde tenía que venir en su regreso a España".
Las mismas fuentes recuerdan, además, que Felipe VI inaugurará el martes la Ciudad de la Justicia de Vigo. Un día antes, sin embargo, se reunirá con su padre en Zarzuela: "El encuentro tenía que ser en Madrid, pero queda raro que Juan Carlos I esté en Galicia hasta el lunes y su hijo llegue el martes".
Será "interesante", concluyen, "ver cómo reciben al hijo después de al padre", ya que "Sanxenxo se ha volcado con el Emérito". En todo caso, destacan, "Galicia es juancarlista, pero también muy monárquica".
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