El empresariado catalán no es ajeno al declive de la otrora popular Yolanda Díaz. En su visita a Barcelona el pasado jueves, la ministra de Trabajo mantuvo varios encuentros con las patronales de la comunidad catalana para tratar de granjearse su respaldo a la reducción de jornada —tras su empeño infructuoso de persuadir a la CEOE en Madrid de la bondad de la propuesta—. Pero su tentativa en Barcelona se saldó con un fracaso parejo al que cosechó en la capital. Y es que, ni Foment del Treball ni Pimec, que guardaron unas formas exquisitas con la dirigente gallega, dieron el visto bueno a una proposición que estimaron inaplicable.
Por una parte, el presidente de la patronal de la pequeña y mediana empresa, Antoni Cañete desaprobó el incremento del coste para las empresas sin que éstas pueden modificar los contratos al alza. Por otra, el responsable de Foment, Josep Sánchez Llibre, rechazó que una ley regulase la cuestión en detrimento de la negociación colectiva. Y aprovechó para disolver cualquier sospecha de discrepancia con la patronal dirigida por Antonio Garamendi: “Estamos en total sintonía con la CEOE”.
En cualquier caso, más allá de las razones aducidas por ambos, el empresariado catalán es consciente de la pérdida de peso de Díaz en el Gobierno de coalición —cuyo propósito de articular a la nueva izquierda en torno a Sumar se ha estrellado—, y de la pujanza de su compañero de filas y ministro de Cultura, Ernest Urtasun —a quien Sánchez está promocionando—. Y, al menos en lo que se refiere a este espectro político, los empresarios prefieren con creces la interlocución del segundo.
Las razones de esta predilección son de diversa índole. En primer lugar, según han relatado a Vozpópuli fuentes de este entorno, las patronales catalanas dan ya por amortizada a Yolanda Díaz. “Los empresarios piensan a largo plazo, con lo que les resulta más provechoso apostar por una figura en alza como Urtasun que por una de capa caída como Díaz. Es decir, la influencia que ejerce cada uno de ellos es más importante que el cargo que ostentan”, explican. A este respecto, recuerdan que idénticos motivos llevaron a la patronal a reemplazar en su momento a Pablo Iglesias por Yolanda Díaz.
Al mismo tiempo, estas voces admiten que, además del ascendiente actual de Urtasun —que está negociando con el PSOE los presupuestos generales en Madrid—, también tiene cierta relevancia el factor identitario. Y es que Urtasun, procedente de una familia adinerada, no solo es catalán, sino catalanohablante. “Quizá esto no cuente tanto como otros activos del ministro, como haber manejado fondos europeos, pero el hecho de ser de aquí siempre ayuda”, indican.