España

El empresario que informaba a Puigdemont estaba en los disturbios que se investigan por terrorismo

La Guardia Civil sitúa a Josep Campmajó en las protestas del 18 de octubre en las que varios policías resultaron heridos de gravedad. El empresario contactó ese mismo con día con Puigdemont para hablar de las revueltas

El maratón de protestas que Tsunami Democràtic convocó entre octubre y noviembre de 2019 va camino de convertirse en el principal escollo para amnistiar a Carles Puigdemont. El magistrado instructor apunta a un delito de terrorismo por lo ocurrido en los disturbios, y muy especialmente, en la jornada de huelga de 18 de octubre de ese año. En la misma sitúa la Guardia Civil a Josep Campmajó, empresario amigo de Puigdemont y pieza clave en estas diligencias.

Apenas días después que conocerse la nueva redacción del texto de la amnistía, el magistrado Manuel García Castellón confirmó la personación de dos de los tres policías que litigan como perjudicados. El instructor no solo avala su presencia sino que entiende que sufrieron daños muy graves en el marco de unas turbas perfectamente organizadas que son incompatibles con el artículo segundo del Convenio Europeo de Derechos Humanos que garantiza el derecho a la vida.

Se trata precisamente del artículo que se ha excluido de la última redacción de la amnistía y que, por tanto, dejaría fuera de la medida de gracia a Puigdemont y el resto de imputados. Para el magistrado, la responsabilidad de lo ocurrido se debe atribuir a todos por igual porque hubo "unidad de acción".

Pero no solo eso, sino que amarra la implicación del líder de Junts por una conversación que mantuvo ese mismo 18 de octubre con Campmajó en la que advirtió que perderían si había muertos en las protestas. Unas palabras que, a juicio del instructor, evidencian la implicación y el grado de conocimiento en unas marchas que estuvieron a punto de costarle la vida al tercer policía personado.

Campmajó, en la protesta de Tsunami

Además, el magistrado avisó en su auto de que la investigación por estos hechos no es prospectiva puesto que lo ocurrido en aquellas jornadas se ha investigado a lo largo de la instrucción abierta contra Tsunami Democràtic. "No puede afirmarse que se esté efectuando una investigación prospectiva, salvo que tal afirmación se dirija a generar un ámbito de impunidad incompatible con nuestra justicia penal", avisa.

Al respecto, los informes policiales que obran en el sumario respaldan su criterio. Estos oficios, a los que ha tenido acceso Vozpópuli, analizaron al detalle las turbas convocadas por Tsunami Democràtic, incluida la jornada del 18 de octubre de aquel año que ahora pone en jaque la amnistía.

La participación de Campmajó se acredita mediante las fotografías observadas en el dispositivo analizado, en el cual se han detectado imágenes realizadas el mismo día de la huelga (18 de octubre de 2019)Informe de la Guardia Civil

Los agentes valoran los disturbios de aquel día y sitúan a Tsunami Democràtic en la convocatoria de los mismos. "Tras cuatro jornadas seguidas de disturbios y graves desórdenes públicos, el 18 de octubre se convocó una huelga general. Tsunami, a través de su cuenta de Twitter, realizó un llamamiento para sumarse a la huelga general, en la que se tiene acreditada la participación de Campmajó", recoge el informe.

Del sumario se desprende que el empresario se fue convirtiendo en una figura clave para la organización de las protestas; de ahí que los agentes le consideren como uno de los cerebros de la plataforma. La Guardia Civil acreditó su participación en estos disturbios gracias a la interceptación de su teléfono móvil. Durante el cotejo de su terminal localizaron imágenes de aquella jornada desde por la tarde hasta las 22.39 horas; momento en que hizo la última fotografía.

La conversación con Puigdemont

El oficio policial constata que el teléfono pertenece efectivamente a Campmajó porque es el que tiene vinculado a su cuenta de la aplicación de mensajería Wire. La primera de las instantáneas se tomó aquel 18 de octubre a las 16:52 horas frente a la Delegación del Gobierno en Barcelona. En la misma aparece un grupo de personas concentradas sin que se aprecie ningún signo de protestas.

El resto de instantáneas se tomaron en Gerona. Una recoge proyectiles que lanzaron los Mossos d'Esquadra, mientras que otra muestra a jóvenes encapuchados con los rostros cubiertos siendo ya de noche. En la última se aprecian signos de "humo y luz" que según la Guardia Civil podría tratarse de "fuego de algún mobiliario urbano".

Los agentes destacaron en este oficio que entre estos dos archivos, según metadatos fechados entre los días 18 y 20 de octubre de ese años, se produjo una conversación privada entre Puigdemont y este empresario, que devino determinante en la imputación al expresidente catalán. La Guardia Civil destaca la "relación de confianza" que se evidencia de la charla.

Una escisión de Tsunami Democràtic reivindica la "batalla de Urquinaona"

"Ayer estuve nuevamente en primera línea. Tanto en BCN (Barcelona) como en GRN (Gerona). Mi gente bien distribuida. Tengo información de qué pasará delante exactamente sin ningún filtro. Y nos estamos equivocando en la estrategia comunicativa en extremo. El MHP (Molt Honorable President, en referencia a Quim Torra) escondido. Del todo. Aislado. Parece que hace un Juqueras (...). Estamos a un paso de perder el control absoluto del territorio. O tú y Tsunami tomáis el control o tendremos que comenzar a gestionar el precio de las bajas", trasladó a Puigdemont.

"Indicio incriminador"

Éste, que opera bajo el alias 'K Més Nou', le respondió que estaban intentando que el Gobierno (que entonces lideraba su sucesor Quim Torra) se pusiera "las pilas". Campmajó continuó: "President… Los diputados están cagados. La gente les pasa por encima. El Govern está acojonado...", a lo que Puigdemont replicó: "Cierto, y eso no es bueno".

Al hilo, Puigdemont le trasladó que la imagen en el exterior no era tan dramática pero le pidió control a las protestas, demostrando de esta forma la influencia que ejercía sobre las actuaciones de Tsunami. "El problema puede venir si hay algún muerto, da igual de qué lado. Eso sería muy duro, y confirmará lo que yo siempre he dicho (y que me llevó a decidir ir al exilio): perderemos", apostilló.

Se trata de unos mensajes que la Guardia Civil ya puso de manifiesto en su informe definitivo y que, unido a otros indicios, llevaron al magistrado a imputar a Puigdemont por delito de terrorismo. Ahora, en uno de sus últimos pronunciamientos el instructor vuelve a recordar la existencia de esta charla, enmarcada en la protesta del 18 de octubre, y avisa de que resulta "especialmente llamativa, como indicio incriminador".

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