El Consejo de Administración de este lunes de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, encargada de gestionar el servicio de autobuses de la capital, ha sido duro, muy duro, en palabras de varios asistentes consultados por este medio. Los días previos se había dicho que el Ayuntamiento de Madrid presentaría una bajada general de sueldos y un ERE que afectaría a menos de 100 personas, pero el informe de gestión ha ido mucho más allá: según el documento, la empresa contará con 500 trabajadores menos en 2014. La oposición (PSOE, IU y UPyD) ha votado en bloque en contra del informe.
El equipo de Ana Botella justifica el nuevo trazado por las pérdidas de 9 millones de euros que asumirá la EMT en 2013: una situación provocada, siempre según el informe, por la nefasta gestión de la sociedad. Al parecer, los números rojos proceden de la venta de las cocheras de la empresa en Carabanchel, valoradas en 33 millones (pero en 75 kilos en el año 2006). De esa ruinosa operación emanan los males societarios, y no de la caja recaudada por los autobuses, puesto que en el pasado ejercicio las pérdidas apenas superaron los 100.000 euros.
Nadie del equipo gestor se ha atrevido a mencionar el término Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pero la plantilla tipo recoge claramente esa reducción laboral: de 8.161 trabajadores actualmente a 7.659 el curso que viene. 502 personas menos. Eso indica el informe. Cuando la oposición ha preguntado por un ERE, la respuesta ha sido “tal vez”.
Datos incongruentes
También se reducen todos los salarios hasta un 7%, una información que ya había trascendido y que se ha confirmado en el consejo, encabezado por el gerente de la EMT, Rafael Orihuela. Se trata de una de las reuniones más polémicas de los últimos años. La empresa nació en 1947 y administra una flota de más de 2.000 autobuses repartidos en 215 líneas que surcan la capital.
La oposición se ha quejado asimismo de datos aparentemente incongruentes plasmados en el informe. Éste venía a decir que en 2013 han subido los viajes pero bajados los ingresos, un dato que no se sostiene porque el precio del billete ha ido en aumento. También que ha mejorado la “regularidad” (léase puntualidad) de los autobuses, otra premisa discutible, especialmente por los propios usuarios. Tras la calma chicha que sucedió al batacazo bonaerense por los Juegos Olímpicos de 2020, vuelve la tempestad al Palacio de Cibeles.
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