Casi tres de cada diez votantes del PSOE aplaude la guerra del PP por bajar impuestos

Casi tres de cada diez votantes del PSOE aplaude la guerra del PP por bajar impuestos, según se desprende de la última encuesta de Hamalgama Métrica para Vozpópuli. Solo entre los electores de Unidas Podemos se manifiesta un rechazo abrumador a la propuesta de Génova: el 84,5% frente al 48,9% de los del PSOE. Y es que entre los socialistas hay un nada despreciable 27,7% de votantes que ve con buenos ojos la política fiscal del líder de los populares.

No por casualidad, el Gobierno siguió la senda abierta por el presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, de rebajas fiscales a las rentas medias y bajas en plena guerra discursiva entre Moncloa y Génova por la importancia de los impuestos. Los barones socialistas -tras Puig siguieron Lambán, Vara y Page- se desvincularon del rumbo impuesto por el PSOE de ir contra las bajadas impositivas que promociona el PP.

En verdad, como reconocen fuentes gubernamentales, el PSOE perdió el marco de los impuestos con el PP. Y, por eso, se abrió a rebajas fiscales. Todo un giro que se explica también con los datos de la encuesta. Y es que un 51,9% de los encuestados considera que el PP hace bien iniciando la guerra sobre la política fiscal, frente a un 39,6% que cree que hace mal y 8,5% que no sabe o no contesta.

Entre quienes se suman al carro de las bajadas fiscales que propugna el PP, el 45,8% tiene entre 18 y 29 años. Mientras que el 52,6% tiene entre 30 y 44. Hay que irse a la franja de edad en la que la población está más asentada económicamente para encontrar a los más: el 55,3% tiene entre 45 y 64 años. Y 49,8% está en edad de disfrutar su jubilación con más de 65 años.

Mientras que quienes no ven bien la guerra fiscal de los populares, el 43,8% tiene entre 18 y 29 años; el 40,2%, entre 30 y 44; el 36,6%, entre 45 y 64. Y el 41% tiene 65 años o más. Como era de esperar, tanto los que dicen votar al PP como a Vox están encantados con la propuesta de Feijóo. Y es que un 87,1% de los electores populares cree que el partido hace bien dando la batalla fiscal. Solo el 6,5% cree que no; el mismo porcentaje de votantes que no sabe o no contesta. Entre los acólitos del partido de Santiago Abascal ocurre algo similar. Un 80,8% cree que Feijóo hace bien; un 14,1% cree que hace mal y 5,1% no sabe o no responde.

El debate fiscal ha monopolizado la semana previa a la aprobación, este martes, de los presupuestos generales del Estado que presentó la ministra de Hacienda el pasado jueves en el Congreso. Las cuentas que ha alumbrado la coalición, y que deben pasar el test del visto bueno parlamentario, destinan a pensiones, funcionarios y deuda el 50% de los presupuestos mientras que las políticas para la juventud apenas se quedan con el 3%.

La huida de Page y la alarma en Ferraz

Cabe recordad que el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, se sumó al resto de barones del PSOE que abrieron la espita por la que el Partido Socialista ha perdido el marco impositivo con el PP. Page anunció el mismo que se aprobaron los presupuestos una bajada de impuestos y advirtió de que él es "autónomo" de su partido y se debe a todos los ciudadanos de su comunidad. El entorno del presidente, no obstante, alegó que las recetas lanzadas por Page son socialdemocracia con todas las letras. Pero la inquietud del PSOE se refleja en bandazos de este tipo.

La alarma en Ferraz suena cada vez con más fuerza. Y, como ya contó Vozpópuli, la inminencia de la elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene ha abierto la carrera del 'sálvase quien pueda', como reconocen destacados socialistas en privado. La marca del partido está sufriendo, según se desprende de las encuestas, por mucho que en público los portavoces digan lo contrario.

El PP de Alberto Núñez Feijóo sigue primero en la mayoría de sondeos de opinión. La desaceleración económica, potenciada por la elevada inflación sigue siendo el veneno que mes a mes mata la expectativa del PSOE de mantenerse en Moncloa otros cuatro años. La marca del partido perjudica a los presidentes y alcaldes que tienen que someterse a examen en mayo.