Andalucía

Las energías renovables piden más inversión del Estado : “Tenemos mucha agua, pero pocas tuberías para usarla”

La falta de infraestructuras de Red Eléctrica está lastrando la bonanza del sector de energías renovables en Andalucía, explica Alfonso Vargas, presidente de Claner

Fotografía de la Junta Directiva de la empresa Claner

España es una locomotora energética y referente en sostenibilidad. La expansión de las renovables afecta ya a patrones y dinámicas sociales como el autoconsumo. La proliferación de un desarrollo industrial paralelo es elocuente en comunidades como Andalucía o Extremadura, que se suben al carro del desarrollo de baterías o hidrógeno verde

Pero esta etapa de bonanza ya proyecta sombras. Las fricciones en la convivencia de grandes proyectos en zonas rurales o de valor ambiental va en aumento. En Andalucía, la polémica que ahora protagonizan Teruel y Castellón con el Parque del Maestrazgo es recurrente en la Axarquía malagueña o al norte de Granada.  

Junto a esto, el anuncio desde China del presidente Moreno Bonilla de una nueva planta para el almacenamiento de energía solar con cientos de millones de inversión extranjera nos lleva a cuestionar al sector sobre las dinámicas energéticas. “Son noticias muy positivas, pero cada paso es un nuevo reto”, reflexiona el presidente de Claner, Alfonso Vargas. 

Claner, la Asociación de Energías Renovables de Andalucía, reúne al sector privado con investigadores académicos y administraciones. Confirman lo histórico del momento. En este segundo trimestre, España ha logrado que un 61.5% de su producción eléctrica sea renovable.  

Nunca antes se logró tanto y tan verde. En mayo, más de la mitad de la producción provino de viento y sol. Las dos Castillas y Andalucía son las responsables del mayor volumen de producción. Estos registros repercuten Europa. El consumo comunitario se independiza poco a poco del gas del este. En el primer semestre, la solar y eólica coparon un 30% del consumo comunitario. 

“Estamos en un punto de partida, es indudable, pero todo esto exige reformas inmediatas para el largo plazo”, reflexiona Vargas. Admite que regiones como Andalucía están en condiciones de convertirse en un gigante energético, pero que al igual que España, tiene pies de barro. ¿Las razones?, externas e internas. 

Externamente, estamos obligados a una carrera energética globalizada. “En poco tiempo hemos visto emerger actores hegemónicos en Estados Unidos, China y sobre todo India. En materia de costes no podemos competir con ellos”, asume. Nada nuevo bajo el sol en este aspecto, por mucha planta fotovoltaica que se desarrolle.  

A nivel interno, Vargas señala que es necesario un esfuerzo programado y continuo, “hemos perdido una posición envidiable por falta de inversión entre 2010 y 2017, Andalucía dejó de apostar por renovables. Cuando más fortaleza teníamos en solares o turbinas eólicas nos dimos un tiro en el pie". Ahora, llegan los efectos de ese parón que nos obliga a apretar los dientes frente a actores más relevantes en Asia.  

Mucho coche para poca carretera

Consultado por las carencias actuales, dirige la mirada a Madrid. “Tenemos mucha agua y pocas tuberías para usarla”, la metáfora alude a la falta de líneas eléctricas de alta capacidad que Red Eléctrica tiene en Andalucía. El sector de la generación eléctrica ha evolucionado más rápido que el de la distribución.  

En la planificación de la infraestructura estatal (RDT) 2021-2026 para Red Eléctrica, ya se advertía que la solar triplicaba con mucho las previsiones de 2026. Desde Claner aclaran que el sector está trabajando de acuerdo a las directrices del gobierno y Europa. La entidad media con la Junta de Andalucía para que se trasladen sus demandadas quinquenales al Miteco. Andalucía, confirman, necesita “equipara la inversión que se ha hecho en producción energética con la de transporte de energía, sino somos deficitarios”. 

De hecho, Vargas señala un síntoma de la carencia de inversiones. Las explotaciones renovables tienden a concentrarse dónde es más fácil conectarse a Red Eléctrica. Eso hace que Andalucía occidental o Extremadura tengan una enorme concentración de plantas y hectáreas. “Eso deriva en esa falta de entendimiento y en problemas de convivencia con entornos rurales”, apunta. 

En contrapartida, en “Andalucía oriental (Granada, Jaén y Almería) tenemos un auténtico agujero negro, es una zona con enorme potencial solar que estamos dejando pasar por la falta de inversiones”. A pesar de su éxito, las renovables tienen un ferrari en el garaje. 

La pescadilla se muerde la cola

La precaria infraestructura eléctrica dificulta exportar la generación eléctrica de plantas renovables, pero también impide la instalación de nuevas industrias en el terreno. Es por eso que el almacenamiento de energía adquiere un valor estratégico en la cadena. 

“En cuanto al mercado de las baterías, Andalucía es un lugar muy atractivo, no creo que podamos rivalizar para el mercado de baterías del coche eléctrico, pero hay mucho nicho de mercado, tenemos un enorme potencial de cara al autoconsumo, por ejemplo”. 

En España el autoconsumo crece en nuestros tejados. El año pasado los paneles solares batieron récord de generación, evitando la emisión de casi millón y medio de toneladas de CO2 a la atmósfera. La enorme cantidad de energía exige aumentar la capacidad de almacenarla y usarla en horas nocturnas. Las baterías serán un producto de éxito garantizado

Respecto a cómo prevé el horizonte de convivencia entre las renovables, el medio ambiente y los habitantes de zonas rurales, Vargas es claro. “No debería haber instalaciones allí donde hay incomodidad o reparos. En Andalucía, por ejemplo, hay espacio de sobra para plantear nuevas instalaciones”. Los datos que maneja Claner dicen que, si se instalaran todos los proyectos que tienen en cartera, ocuparían un 1% del suelo andaluz.

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