España

Enfermedad mental y tabaquismo: "Las alternativas al cigarrillo ayudan a estos pacientes"

Psiquiatras y neumólogos apoyan nuevas estrategias para reducir el daño del tabaquismo frente a la postura "moralista y poco práctica" del Ministerio de Sanidad

Fumar mata, pero muchas personas no están dispuestas a dejar de fumar o no son capaces de ello. En países del entorno europeo, como Reino Unido, se están promoviendo estrategias sanitarias que pasan por ofrecer a estas personas alternativas menos dañinas, como el snus, el tabaco calentado o el cigarrillo electrónico. En España, en cambio, el Ministerio de Sanidad cierra la puerta a, ni siquiera, estudiar estas estrategias. Entre las personas a las que más les cuesta dejar de fumar están las que padecen algún tipo de enfermedad mental. En el Congreso científico sobre Patología Dual (adicciones y enfermedad mental) celebrado la semana pasada, psiquiatras y neumólogos volvieron a reivindicar la necesidad de impulsar alternativas al cigarrillo en estos pacientes para minimizar los daños del tabaquismo.

Y es que con las actuales estrategias sanitarias se ha estancado la reducción del tabaquismo, como apunta en declaraciones a Vozpópuli el jefe del Servicio de Neumología del Hospital Príncipe de Asturias, José Miguel Rodríguez. En estos momentos, los jóvenes y las mujeres son las dos poblaciones con mayor prevalencia de tabaquismo.

"El tratamiento clásico del tabaquismo combina medicamentos como Bupropión con terapia conductual. Las tasas de éxito rondan el 20%. Es decir, que solo uno de cada cinco fumadores consigue dejarlo con las terapias actuales", explica. Este neumólogo señala que la situación se agrava en dos tipos de pacientes. Por un lado los que tienen EPOC, para los que es más difícil desengancharse del tabaco pese a que en su caso es cuestión de vida o muerte. Y en pacientes con enfermedades mentales.

Moralistas versus Pragmáticos

"Es muy difícil que estos pacientes dejen de fumar, ya que en muchos casos la nicotina mejora su sintomatología. En estos pacientes hay que buscar alternativas que aporten nicotina logrando una reducción del daño que produce la combustión del cigarrillo. En estos momentos hay una lucha entre una postura moralista como la del Ministerio de Sanidad ('que no fume nadie') y una pragmática ('si hay gente que no quiere o no puede dejar de fumar, intentar aportar la nicotina con menos daño')".

El tabaco calentado y el cigarrillo electrónico "no son inocuos, pero son menos dañinos que el tabaco de combustión", subraya.

Ahora bien, este especialista comprende que "el Ministerio de Sanidad y algunas sociedades científicas piensan que si no se regulan también estas nuevas formas de fumar se puede generar una nueva generación de fumadores electrónicos. Hay que encontrar una posición intermedia: no hacer daño a los jóvenes y evitar el riesgo de los que utilizan tabaco de combustión".

La mortalidad por tabaquismo de las personas con enfermedad mental duplica o triplica a la del resto de poblaciónJosé Miguel Rodríguez, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Príncipe de Asturias

El modelo que defienden neumólogos como Rodríguez, o psiquiatras como los que forman parte de la Sociedad de Patología Dual, es que se pueda recetar alternativas a cigarrillos en casos puntuales. Entre estos casos estarían las personas con enfermedad mental. "Si hay un segmento de pacientes donde estaría más justificado utilizar estas alternativas con nicotina son los pacientes con enfermedad mental. Estas personas terminan muriendo por enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas al tabaquismo, y no a su salud mental. La mortalidad por tabaquismo de las personas con enfermedad mental duplica o triplica a la del resto de población", añade.

En opinión de este neumólogo, fomentar las alternativas al cigarrillo está más que justificado en: pacientes con patología mental, pacientes con EPOC, oncológicos, con patología cardiaca, con otra patología de base, y cualquier persona que no consigue o no quiere dejar de fumar. Eso sí, "protegiendo a su vez a los jóvenes para que no se enganchen al cigarrillo electrónico".

Mismos fumadores que antes de la primera ley antitabaco

Hace una semana, 170 médicos nacionales e internacionales firmaron la declaración 'Less Harm', donde reclamaban al Gobierno modernizar las políticas de tabaquismo en España con herramientas de reducción del daño. Entre las voces que apoyan esta declaración se encuentra el cirujano oncológico del Hospital Gómez Ulla, Fernando Fernández Bueno, que recuerda que las cifras de tabaquismo en España siguen siendo muy altas "a pesar de la estricta regulación vigente" y ha recordado que, según la última encuesta EDADES 2019/2020, nuestro país "tiene hoy las mismas tasas de tabaquismo que en 2005, un 32, 8%, justo antes de la aprobación de la conocida como primera ley antitabaco, lo que demuestra que las políticas actuales no están funcionando de manera óptima".

“Por ello, es necesario avanzar en las políticas de tabaquismo para reducir estas cifras”, ha destacado Fernández Bueno. Las medidas defendidas pasan por aplicar herramientas de reducción del año y la consideración de productos que, de una manera científicamente probada, sean alternativas menos dañinas que los cigarrillos para los fumadores.

Competencia, en contra del plan de Sanidad

Este debate científico ha tenido lugar poco después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) haya publicado un informe contrario al Anteproyecto de Ley del Mercado de Tabacos y Otros Productos Relacionados presentado el pasado mayo por el Gobierno, el cual pretende restringir la venta de cigarrillos electrónicos exclusivamente a estancos.

Además de subrayar la ausencia de un análisis económico sobre las consecuencias de la ley, se advierte que su aprobación supondrá “el cierre de la totalidad de los establecimientos dedicados a esta actividad en la actualidad que no sean estancos, una vez vencido el periodo transitorio contemplado. Todo ello no incentivará a la innovación de los productos relacionados del tabaco, también en lo referente a mejoras de aquellos en términos de salud pública”.

El organismo hace hincapié, precisamente, en la eficacia de este dispositivo para dejar de fumar. Arturo Ribes, presidente de UPEV (Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo), la asociación que representa al sector del cigarrillo electrónico en España, ha declarado al respecto que “la decisión del Gobierno es equivocada y sin argumentos válidos. Lo único que van a provocar es, además de la caída de un sector que factura más de 80 millones al año y crea empleo, incitará a que los más de 500 mil vapeadores que han dejado el tabaco gracias a los cigarrillos electrónicos, recaigan de nuevo y las tasas de tabaquismo suban más todavía”.

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