Las críticas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su silencio ante la tragedia de Barbate, en la que murieron dos guardias civiles, no cesan. Poco más de 20 segundos dedicó a los agentes este fin de semana. Centró su tiempo en la gala de los Goya y en la campaña para las elecciones gallegas. Y todo con media España consternada.
El presidente ni estuvo en Barbate, ni en las capillas ardientes ni en los funerales por los dos guardias civiles asesinados por narcotraficantes. Esto contrasta con la importancia que dan a estas ceremonias por ejemplo en Francia, donde su presidente, Emmanuel Macron, rindió un sentido homenaje a Arnaud Beltrame, un teniente coronel de la Gendarmería Nacional francesa que fue asesinado por un terrorista en Trèbes en 2018 después de haberse cambiado por una rehén. El presidente francés despidió a Arnaud Beltrame, que sacrificó su vida para salvar la de una conciudadana, con un discurso de alto voltaje patriótico.
Volviendo a España, ahora la presión está sobre el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Hasta Podemos ha pedido su dimisión. No obstante, el ministro asegura que no se marchará.
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