Las redes sociales se han convertido en un hervidero de desinformación y opiniones encendidas tras la DANA que ha arrasado Valencia. Una situación agravada por unos usuarios que, de forma evidente, son bots. Aunque muchos usuarios han asegurado que estos buscan una distorsión informativa, la realidad es que estos tan solo persiguen un fin económico. Desde que Elon Musk comenzó a remunerar a las cuentas más activas, han surgido miles de 'bots' con el objetivo de generar ruido que se traduzca en impresiones, me gustas y 'retweets'.
Lo cierto es que estas cuentas son molestas para los usuarios, ya que cuentan con el verificado, que ahora se obtiene previo pago y no como reconocimiento -así se hacía en la etapa de Twitter-. Tener el verificado ofrece ventajas, como aparecer primero en los comentarios de los tweets. Esto les permite copiar tuits célebres de cuentas verificadas -lo observan mediante IA-, pero que se muestran debajo de todas las cuentas con tic azul. Automáticamente, el tuit del bot se lleva el rédito, el reconocimiento y las visitas. Aunque cada vez estas herramientas son sofisticadas y no necesitan copiar: con ChatGPT, pueden generar respuestas lógicas y automáticas.
Viendo que la DANA acaparó toda la atención de los españoles y tuvo mucho interés desde otras partes del mundo, los usuarios -o empresas- tras estos bots comenzaron a compartir contenido viral: desde bulos como los muertos en Bonaire hasta vídeos de coches fúnebres recorriendo Valencia. Esto levantó sospechas de la comunidad, que vio como cientos de usuarios con ubicación en Nueva Delhi o Bombay compartían noticias de cuentas vinculadas a la extrema derecha. Ese pensamiento se desvaneció tras ver que esos mismos también se dedicaron a atacar a Carlos Mazón, por lo que otros muchos usuarios pensaron que eran bots del PSOE en busca de quitar culpabilidad a Pedro Sánchez. En definitiva, una confusión total.
Todo con el objetivo de hacer crecer la cuenta y conseguir una pequeña remuneración que, sumada a las cientos de cuentas, creen un volumen de dinero importante. El surgimiento de ChatGPT y otras herramientas de Inteligencia Artificial han impulsado el desarrollo de este contenido, ya que ahora es mucho más fácil de replicar desde infinitas cuentas sin esconder un laborioso trabajo manual detrás. Así lo afirma David Sancho, investigador senior de amenazas de Trend Micro. Este experto señala que las cuentas que se remuneran cobran 8,5 euros por cada millón de impresiones. Una cifra irrisoria que, para alguien de India, sí es mucho dinero.
"Esto ocurre cuando hay un fin económico", apunta Sancho, que considera que el juego no se basa en desinformar, sino en "levantar pasiones", lo que se traduce en seguidores, likes y retweets que implican más dinero a final de mes. Considera que para un europeo no es dinero salvo que tenga una granja de bots. "Ahí se consigue escalar y generar más dinero", afirma. Cree que a gran escala sí es interesante a nivel económico, aunque apuesta porque los dueños de estas cuentas pretenden entrar en el club de remuneración para después vender la cuenta a un tercero.
Chema Gil, analista en seguridad internacional, opina en la misma línea que Sancho, aunque añade que en ocasiones sí hay intereses políticos detrás. En concreto, en debilitar un país afectando a su cohesión mediante la desinformación. "Puede haber alguien que compra una granja de bots en India con algún objetivo", sostiene. En esta ocasión, tal y como argumenta David Sancho, cree que no ha ocurrido así porque era habitual ver a bots cometiendo errores: desde hablar en post de la DANA sobre las elecciones de Estados Unidos hasta contestar en un idioma distinto.
Gil apunta que los bulos en redes son fácilmente replicables porque por lo general, "una desinformación mal redactada se extiende siete veces más rápido que una información veraz y contrastada". Por ello, países extranjeros utilizan estos métodos para crear confusión. "Atacan a las vísceras, a los sentimientos más primarios", apunta. Así, consiguen un objetivo: que se deje de creer que las fuentes oficiales y en los medios de comunicación. Que la mentira no tenga castigo, se utilice con impunidad y que genere el fin de la cohesión social.
Preguntado por el futuro de 'X', David Sancho sostiene que se está convirtiendo "en un entorno muy hostil para los humanos", por lo que cree que Musk tendrá que imponer alguna forma de censura para frenar tanto ruido. "¿Cómo será de fuerte? No lo sé, pero corre el riesgo de cargarse a usuarios normales porque la IA interprete que es un bot", afirma, por lo que cree que se tratará de una forma muy sensible. Pese a ello, cree que en el corto plazo debe hacer algo "porque se está estropeando el diálogo".