La eurodiputada socialista, Adriana Maldonado, completa su primera legislatura en el Parlamento Europeo. La joven navarra forma parte de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor en la que ha participado en importantes debates surgidos a raíz de la guerra en Ucrania y ha protagonizado el impulso definitivo al cargador único europeo que se implantará en 2024.
Está siendo una legislatura europea especialmente compleja por el Coronavirus y por esta guerra en Ucrania. ¿Cómo estamos saliendo de todas estas dificultades?
La Unión Europea, en las anteriores elecciones, tenía el reto de darse a conocer. Cada vez los ciudadanos conocían menos las instituciones europeas y su trabajo en el día a día y, por desgracia, la pandemia del covid y la guerra han demostrado que la unidad en la Unión Europea es importante y que, cada vez más, las decisiones que tomamos tienen una mayor trascendencia. Un ejemplo muy claro ha sido la compra conjunta de vacunas o la compra conjunta de gas en la crisis energética que estamos viviendo ahora mismo en la Unión Europea. Aunque seamos casi 470 millones de ciudadanos, somos muy pequeños y tenemos a grandes gigantes en Asia o tenemos países como Estados Unidos con los que, o colaboramos de forma unida los 27 Estados miembros, o cada vez será más difícil interactuar. También creo que estas dos crisis han puesto de relieve la buena gobernanza de la Unión Europea en comparación con crisis anteriores, como la crisis de deuda del año 2008 que creó una gran desafección y una lejanía de la ciudadanía de las instituciones europeas. La respuesta coordinada rápida, tanto a la pandemia como a la crisis energética, aunque podría haber sido más rápida todavía, ha demostrado que Europa importa y que, cada vez más, las decisiones que tomamos tienen un impacto real en los países y en las regiones europeas.
¿Qué debe hacer la Unión Europea para reducir su dependencia de grandes potencias como Rusia o China que tienen unos estándares democráticos tan alejados de los nuestros?
La guerra nos ha puesto ante el espejo en una situación muy complicada en la Unión Europea. Nadie había visto, de forma paradójica, la gran dependencia energética que teníamos de un país como Rusia. Pero también nos ha puesto frente a ese espejo la pandemia del Covid o cuando se cerró el canal de Suez. Hemos visto como empresas en España han tenido que cerrar porque no tenían suficiente suministro de microchips y eso tiene un impacto real en la vida de muchos trabajadores que no cobran un salario porque se cierra su fábrica ese día. Eso se puede solucionar a través de la autonomía estratégica de la Unión Europea, cuya estrategia principal pasa por ser economías abiertas, pero teniendo también ciertas fortalezas internas. ¿Esto en qué se refleja? Por ejemplo, en el Parlamento Europeo, hemos debatido y enmendado la futura ley de chips para tener una mayor capacidad de diseño y de producción de chips y semiconductores en la Unión Europea. Después de la pandemia hemos aprendido que la tecnología ya no solamente es el futuro, es el presente. Y también sabemos que la primera lección de economía es que los materiales son finitos, por lo que la Unión Europea quiere tener esa capacidad de producción de al menos el 20% de los chips y semiconductores que necesitemos en el año 2030. Esto lleva a una estrategia conjunta de todos los países de la Unión Europea, también de España con la implantación del Perte chip, que puede posicionar a España y a nuestros investigadores como uno de los referentes en la Unión Europea en este sector. Pero la estrategia autonómica de la Unión Europea no solamente va en la cuestión de los chips, también a nivel energético. Nos hemos dado cuenta que necesitamos hacer compras conjuntas de gas, que necesitamos poner topes a la energía, pero sobre todo que la Unión Europea necesita tener nuevos socios suministradores de gas en otros territorios. Y no solamente las políticas a corto plazo, sino también las políticas a largo plazo en esta autonomía son esenciales. La Unión Europea debe tener esa capacidad de ser mucho más sostenible en el futuro y necesitamos que nuestros países de la Unión Europea apuesten por las energías renovables y tengamos en el futuro esa menor dependencia del gas y de la electricidad, que es lo que está haciendo que nuestras economías y nuestros hogares paguemos precios elevadísimos por la electricidad este invierno.
Nuestra responsabilidad en las instituciones está en dar las herramientas legislativas y, sobre todo, la voluntad y la confianza de que no les vamos a dejar solos y que vamos a ir de la mano. Nos la jugamos todos, nos la jugamos como sociedad
¿Cómo se puede transmitir a quienes han sufrido dificultades y a las empresas que necesitan resultados inmediatos que estas estrategias que parecen lejanas son el camino para poder tener un mejor futuro?
Se dice que en política no hay nada más difícil de gestionar que la incertidumbre. Venimos de dos crisis simultáneas y es lógico escuchar esa queja entre los ciudadanos y las empresas, sobre todo las pymes. La Unión Europea es un continente en el que el 97% de nuestro tejido productivo son pequeñas y medianas empresas y esa incertidumbre sobre el futuro es lógica. Nuestra responsabilidad en las instituciones está en dar las herramientas legislativas y, sobre todo, la voluntad y la confianza de que no les vamos a dejar solos y que vamos a ir de la mano. Es importante que ejecutemos esos 140.000 millones de euros del plan de recuperación porque esto no es una cuestión de un ciclo electoral o de unas instituciones en concreto. Aquí nos la jugamos todos, nos la jugamos como sociedad. Tenemos que ser capaces de ver qué estamos haciendo mal y ser capaces de reducir esas trabas burocráticas o tener más agilidad en la toma de decisiones y también en la ejecución de esos fondos europeos, porque es verdad que las empresas tienen que seguir pagando sus salarios, tienen que seguir pagando la electricidad y tenemos ese reto de ser capaces de trabajar de forma coordinada. Las decisiones difíciles normalmente suelen tardar tiempo y, por ejemplo, ahora tenemos un programa como el kit digital, que está llegando a muchísimas pymes españolas, pero no a todas de forma inmediata. El plan de recuperación ahora mismo entra en el año 2023 en una fase de estancamiento prolongado y aquí la cuestión es que al final del año 2026 la gran mayoría de los sectores productivos en España hayan visto cómo los fondos de recuperación han ayudado a su negocio y a sus empresas y también que los políticos seamos capaces de dar esa confianza en momentos de incertidumbre.
Usted ha estado en las cocinas de la aprobación del cargador único europeo. ¿Este es un ejemplo práctico que muestra el impacto directo de las decisiones del Parlamento Europeo en los ciudadanos?
La medida del cargador único común ha tenido mucho impacto a nivel social, porque es una forma muy fácil de entender que las instituciones europeas pueden mejorar, a través de una ley, la vida de los ciudadanos. Teníamos 25.000 cargadores diferentes en casa y era muy difícil a veces cargar un teléfono porque no teníamos el cargador adecuado. Parece una medida naif pero es una forma muy tangible de entender y de hacer Europa. No solamente en cuanto al servicio al ciudadano o mejorar nuestro día a día, sino también, por ejemplo, a nivel medioambiental. Comenzó a ser un debate en el Parlamento Europeo en el año 2009, pero no se materializó hasta el año 2022. Y también se engloba en esa revolución del Pacto Verde Europeo y la necesidad de hacer un mundo mucho más sostenible, porque de esta manera, con el cargador común, según los estudios, nos vamos a ahorrar 11.000 toneladas de residuos al año. Por lo tanto, no solamente va a mejorar nuestras vidas, sino que también mejora el planeta. Es una medida que yo siempre suelo comparar con el roaming. Muchos jóvenes igual no se acuerdan, pero cuando había que viajar a otro país había que pagar por usar nuestros datos de internet. Hoy en día eso ya no pasa dentro de la Unión Europea.
¿Las compañías de fuera de Europa pueden tener alguna fórmula para saltarse esta normativa europea o podemos estar tranquilos al respecto?
Esta medida se aplica a cualquier empresa que quiera vender sus productos dentro del mercado único europeo. Por lo tanto, cualquier compañía, ya sea californiana, coreana o japonesa que quiera vender productos en la Unión Europea tendrá que amoldarse a nuestras normas y tendrá que cumplir con este cargador 'tipo C' en los dispositivos a partir del año 2024, aunque también se ha dado una prórroga para los portátiles hasta 2026.
¿Cómo espera que sea este 2023 a nivel económico?
Yo lo que espero del año 2023 es que sea el año del fin de la guerra. No sabemos si eso será una realidad, no está en nuestras manos, pero sí que va ser determinante a nivel económico, energético y social. Es importante que la confianza en la economía siga creciendo y que la inflación que estamos teniendo en los países europeos vaya menguando y tengamos, como consumidores y como ciudadanos, mayor capacidad económica.
Es un ejemplo muy claro de cómo unas decisiones que se toman, que los votantes toman en un país en concreto de la Unión Europea, pueden afectar a la toma de decisiones conjunta del futuro de la Unión
Y luego, en 2024, serán las próximas elecciones europeas. ¿Teme que se rompa el tradicional equilibrio en torno al centro entre socialdemócratas, liberales y populares?
Lo que sí que está claro es que en países como Italia, por ejemplo, con Meloni, ya ha llegado el populismo a sentarse en el Consejo de la Unión Europea y, por lo tanto, la unanimidad también en según qué criterios puede correr peligro dentro de las instituciones. Este es un ejemplo muy claro de cómo unas decisiones que se toman, que los votantes toman en un país en concreto de la Unión Europea, pueden afectar a la toma de decisiones conjunta del futuro de la Unión Europea. Lo estamos viendo con países como Hungría, como Polonia, no solamente en Italia, y por lo tanto yo creo que es momento de que también pongamos en valor lo que hemos construido como Unión Europea y seamos capaces también de combatir esos mensajes, esas 'fake news' que muchas veces el populismo lanza. Yo siempre digo que las decisiones difíciles no se pueden explicar de manera sencilla. Hay una parte de la sociedad, de los políticos, que tenemos que ser capaces de explicar la complejidad de las situaciones y también de explicar que no todo es tan sencillo como muchas veces los populistas quieren hacer ver. Eso no lo veíamos con Meloni, por ejemplo, que estuvo en un mitin de Vox en Marbella no hace mucho tiempo y hacía unas alusiones a la xenofobia o al aborto que creo que no van para nada en consonancia hacia el futuro, que tiene que ir de progreso y de avances de la Unión Europea. Eso es lo que tenemos que combatir.
¿El populismo será una de las grandes preocupaciones y uno de los grandes debates en las próximas elecciones?
Yo creo que el populismo será un problema en la Unión Europea. Ya lo está siendo en ciertos países. Será un problema si los socialistas y los europeístas no somos capaces de combatir esos mensajes de odio. Yo creo que tenemos las armas intelectuales, los valores suficientes para demostrar que lo que hemos conseguido en estos 70 años de Unión Europea vale la pena. Ellos están demostrando que podemos volver al pasado cuando lo que debemos hacer es mirar hacia horizontes en los que está la estrategia política de la Unión Europea, con avances sociales y avances a nivel económico y una autonomía estratégica de la Unión Europea en la que trabajar de forma más coordinada y solidaria. Y eso va en total contraposición con los mensajes populistas y de partidos de ultraderecha.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación