Alfonso Reyes era un ‘tipo duro’ en la cancha. Bregaba en la pintura en una época en la que los pivots tenían un rol más importante en el baloncesto. Le apodaban ‘Robocop’ por su capacidad para imponerse frente a rivales que, muchas veces, le sacaban varios centímetros. Fuera de la cancha… tampoco se achanta.
Este exjugador de baloncesto e ingeniero –presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales- es de los que dice lo que piensa. Eso se aprecia en sus redes sociales, en las que habla sin tapujos sobre temas de actualidad. En esta entrevista, se pronuncia sobre ello, así como con el deporte por el que saltó a la fama. Antes de comenzar, afirma que no quiere hablar de política. Así que las preguntas fueron por otros derroteros.
Pregunta: Menuda polémica estos días atrás con la placa de Courtois en el Metropolitano. Usted jugó en el Estudiantes y después fichó por el Real Madrid…
Respuesta: En baloncesto, las cosas son distintas. Eso no ocurre con tanta intensidad y espero que la tradición de buenas aficiones que se respetan no se pierda. Pero vaya, que tampoco tengo ninguna placa, ¿eh? (Ríe).
P: Más que al baloncesto en general, diría que lo del buen ambiente es cosa de España. En Grecia o en los Balcanes, hay rivalidades complejas…
R: Aquí ha habido algún caso, pero es verdad que en estos temas el tratamiento es diferente. No sé si has ido a alguna Copa del Rey. Las aficiones están juntas, en el mismo pabellón, y ahí no pasa nada. Es una rivalidad bien entendida y sana. Hay choques de baloncesto muy intensos, pero el ambiente es muy bueno.
P: ¿Recuerda alguna reacción excesiva cuando era jugador?
R: Bueno, yo estaba para jugar lo mejor posible, contentar a la afición y llegar lo más alto que podía. No prestaba mucha atención a eso.
P: Usted estuvo en el Real Madrid en la era pre-Laso. Era mucho más compleja…
R: Llegó mi hermano Felipe y empezaron a ganar. ¡Qué le vamos a hacer! (ríe). Desde que le ficharon y hasta que se retiró, el equipo (y él) no dejó de ganar títulos.
P: ¿Tiene mucho peso la camiseta de ese equipo cuando no se gana?
R: No fueron dos temporadas buenas en lo deportivo, la verdad. Pero personalmente las recuerdo como extraordinarias.
P: Su tope fue quizás en Unicaja…
R: Estuve del 93 al 97. Fueron cuatro temporadas muy buenas en las que viví el auge del baloncesto en Málaga, que ha llegado hasta ahora, casi 30 años después.
P: El tiro fallado de Ansley…
R: Eso es. Era bajito, pero muy bueno.
P: Si llega a entrar…
R: Hubiéramos ganado la liga. Hubiéramos roto la hegemonía de Real Madrid, Barça y Joventut. Pero bueno, el triple no supuso el campeonato, pero puso los cimientos de la gran afición al baloncesto que hay en Málaga.
P: ¿Alguna vez sueña con ese día?
R: Sinceramente, no. Lo que sueño a veces es que vuelvo a la Selección y se me olvidan los calcetines o las zapatillas.
A veces sueño que vuelvo a la Selección y se me olvidan los calcetines o las zapatillas.
P: Usted jugó contra Sabonis. Ganaron a Lituania…
R: En el europeo de París…
P: Fue una época de buenos resultados tras el fiasco de los Juegos Olímpicos de Barcelona...
R: Es que yo he vivido transiciones importantes…
P: ¿Cómo prepara uno la defensa de Sabonis?
R: Pues no te puedes preparar. Sabes que es muy superior físicamente y como jugador. Pero bueno, cuando hay un buen equipo… la unión hace la fuerza. Por eso, pudimos ganar ese partido, aunque en la final perdimos con Italia.
P: Correosísima Italia…
R: La de Fučka. Gran selección.
P: Era otro baloncesto. El tanteador no pasó de 70 puntos…
R: Bueno, el otro día en la final de la Euroliga tampoco los superó. Depende de muchos factores eso.
P: Pero el baloncesto parece un juego diferente ahora. Los pivots tienen menos importancia…
R: Eso no es necesariamente bueno, ¿eh? Ahora es muy raro ver jugar de espaldas. Eso lo veo mal. Ahora parece que sólo importara el tiro exterior.
P: Usted era muy fuerte debajo del aro, con facilidad para levantar el balón…
R: Yo ahora me sorprendo también cuando lo veo.
P: ¿Eso se entrena?
R: Se puede entrenar y mejorar, pero eso no se adquiere. Eso venía de fábrica (ríe). Mis entrenadores me decían que tirase aunque tuviera que enfrentarme a morlacos de 2,15. Y eso hacía yo.
P: ¿Había consejos de hermano a hermano?
R: No, la verdad es que mucho de lo que teníamos nos venía de serie. El resto fue a base de trabajo y esfuerzo. Y él era muy trabajador y muy bueno.
P: Felipe desde la línea de tiro libre era poco fiable al principio. Pero volvió de un verano completamente cambiado y mejorado…
R: Aun así, le veías hacer 20 puntos y 20 rebotes en un partido. Con o sin tiros libres.
P: ¿Cómo le cambia a uno cuando la vida cuando llega a una ciudad y le paran por la calle? Me refiero a la primera vez que le reconocen…
R: Eso me encanta. Me sigue pasando. Para mí es un detalle que dice que has sido bueno en tu trabajo. Es muy importante para mí eso. Nunca podré decir que no a un autógrafo o a una foto. Me gusta que se acuerden de mí.
P: ¿Uno es consciente de que los niños se fijan en sus ídolos deportivos y copian su estilo?
R: Pero eso me parece bien, que los niños se fijen en mí. Soy un buen ejemplo.
Me parece muy bien que los niños se fijen en mí. Soy un buen ejemplo.
P: Usted es ingeniero. ¿Era extraño ver universitarios en un vestuario?
R: Quizás sí, para qué nos vamos a engañar. Eso se lo intento transmitir a todos los jugadores ahora, que se preparen para el día después y para la larga vida que les espera una vez se retiren. Tienen que vivir de otra cosa que no sea el baloncesto. Eso implica aprender muchas cosas.
P: Recuerdo el suicidio de Yago Lamela, tras su depresión…
R: Muy triste.
P: ¿Cómo es el día después de la retirada?
R: Muy duro. Ten en cuenta que hasta entonces te has dedicado en cuerpo y alma al deporte, no siempre ganando lo suficiente como para poder vivir de las rentas. Por eso, hay que estar preparado y listo para lo que viene. Por eso, si tienes un plan, esa transición es mucho más suave.
P: ¿Hay baloncestistas con problemas económicos o psicológicos cuando se retiran?
R: Es que muchas veces estos dos problemas van de la mano. Puedes tener una depresión porque has dejado de hacer lo que más te gusta. Pero todo eso crecerá si no tienes la opción de vivir de las rentas.
P: ¿Qué recomendáis desde la asociación a esos ex jugadores?
R: Que se formen. Nosotros tenemos becas de formación para que estudien y los jugadores tengan esa oportunidad. Es importante que, mientras juegan, piensen en lo que van a hacer después. La vida del deportista profesional es efímera. Muchas veces, un espejismo; una vida ficticia.
P: No recuerdo si lo contaba Navarro o Gasol. Pero uno de los dos habló en su día de los cursos que hay cuando se ficha por un equipo de la NBA, en los que se dice a chavales de entornos muchas veces marginales que tengan cuidado con chicas, familia, etc.
R: Aquí el problema quizás no es tan grande, pero damos charlas sobre el entorno personal, social y familiar. Es importante que se preparen para la retirada.
P: Ahora los jóvenes quieren ir muy pronto a la NBA…
R: Y hay casos de jugadores que se precipitan. No particularizo en nadie, pero creo que hay quien ha dado el paso muy pronto. Primero, hay que triunfar en Europa.
P: Parece que se habla más ahora de la NBA que de la ACB…
R: Eso es negativo. Hay que cuidar más nuestro baloncesto. Mira, te pongo un ejemplo: tan sólo hay un 28% de jugadores españoles en la ACB. Ese porcentaje debería ser más alto.
P: Usted ha hablado siempre claro… Clarísimo…
R: Qué le voy a hacer (ríe). Pero creo que eso es bueno.
P: Recuerdo que cuando se fue del Breogán, calificó de “puñetero desastre” el proyecto de Moncho López.
R: Así fue.
P: ¿Se volvieron a hablar?
R: No, no he vuelto a hablar con él. Tengo muchísima más gente que ver antes que a él. Pero bueno, tampoco pasa nada. No soy rencoroso.
P: Se sentía usted desaprovechado…
R: Sí… tenía la necesidad de jugar.
P: En las redes sociales tampoco se corta…
R: Así es. Siempre digo lo que pienso. Con subjetividad e ironía, y sin estar adscrito a ninguna opción. Con independencia.
P: Recibió mucha atención cuando se infectó de covid…
R: En marzo de 2020. Estuve seis días en el hospital y treinta y cuatro aislado. Tengo muy mal recuerdo de eso. Lo pasé muy mal.
Estuve seis días en el hospital y treinta y cuatro aislado. Tengo muy mal recuerdo de eso. Lo pasé muy mal.
P: Usted ha sido muy crítico…
R: Empecé siendo muy crítico ya, cuando se nos negaba lo que ocurría. Nos decían que sólo iba a haber 1 ó 2 casos, que no hacían falta las mascarillas, que no iba a haber muchos muertos… y por desgracia sí que los ha habido.
P: La Sanidad pública ha flojeado…
R: En mi caso, estuve en un hospital público y me trataron de maravilla. No tengo queja, aunque también es verdad que para eso la pagamos. Me trataron de escándalo en el Hospital Puerta de Hierro.
P: ¿Le ha traído algún problema personal esa filosofía de decir lo que piensa?
R: No, pero siempre digo que lo hago desde el respeto y con ironía. Y si a alguno no le gusta o se pone pesado… le bloqueo. Quien me quiera leer, que me lea. Y si no, que no lo haga. O se lo impido yo (ríe).
P: Cada vez se censura más la gente…
R: Es una pena. Parece que hemos vuelto a épocas anteriores. Pero bueno, creo que tarde o temprano nos quitaremos la venda y volveremos a hablar.
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