La huella del cautiverio por el que atravesó Leopoldo López, preso de la dictadura venezolana durante cuatro años en una cárcel militar, ha pasado factura en el rostro endurecido de este carismático opositor venezolano de 50 años de edad, premio Sájarov, economista de formación en prestigiosas universidades norteamericanas, además de contar con un postgrado en Ciencias Políticas por Harvard. No son pocos los analistas políticos de todo el mundo que coinciden a la hora de aventurar que el coordinador del partido Voluntad Popular está llamado a ser, tarde o temprano, presidente de una nueva Venezuela, en la que se abra paso la libertad. López concede una entrevista a Vózpópuli en Sevilla, tras participar como ponente en la Convención del Partido Popular en una mesa redonda junto a Mario Vargas Llosa y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Pregunta: Para quienes no conozcan en España en qué ideología se sitúa usted ¿Cómo se definiría?
Respuesta: Yo me defino como un liberal, con una profunda convicción de la promoción de los derechos y las oportunidades para los más pobres en un país que hoy se ha convertido en el país más desigual de América Latina. No hay un modelo a futuro que no tenga como prioridad asumir el cierre de la brecha de las desigualdades y la superación de la pobreza como prioridad.
P: ¿Cómo está siguiendo el desarrollo del llamado 'caso Plus Ultra', la erolínea chavista venezolana rescatada por el Gobierno de Pedro Sánchez?
R: Entiendo que en estos momentos eso ya está a nivel de tribunales. Se tendrá que llegar al fondo de lo que fueron las decisiones que se tomaron. Lo que sí creo que es cierto es que hay muchos episodios de años anteriores que vinculan manejos oscuros con lo que fue la dictadura de Chávez y Maduro, por tanto creo que es muy importante que se pueda tener claro que mientras se le da oxígeno a la dictadura y al entorno de la dictadura se le estrangula ese mismo oxígeno a millones de venezolanos.
P: ¿Qué le parece lo que está contando el 'Pollo' Carvajal sobre los contactos de Podemos en Venezuela?
R: Ahí hay muchas historias que contar. Yo entiendo que él está siendo procesado por los vínculos que presuntamente tiene con el narcotráfico. Habrá que ver si se mantienen, o no, con respecto a sectores políticos en España vinculados con la dictadura en Venezuela.
P: Durante su ponencia ha dicho que entre los canales chavistas que veía en la cárcel estaba el iraní Hispan TV...
R: Sí, había un programa en el que intervenían políticos españoles y me llamaba mucho la atención. Me parecía que era un cortocircuito cómo en un país donde a la mujer se busca minimizarla y limitarla sus derechos, excluirla de toda oportunidad, quien llevaba el programa era quien en España se presenta como la vanguardia del feminismo. Creo que más allá de la curiosidad que eso puede generar allí hay un punto en común, que no es el feminismo, no son los derechos, no es la pobreza ni la igualdad, es socavar la democracia. Esto yo lo puedo decir con alguna propiedad, porque nosotros en Venezuela vivimos cómo se socavó la democracia desde adentro. Ocurrió como un virus que penetró las estructuras del Estado venezolano. Cuando nos dimos cuenta ya no había ni Estado de Derecho ni democracia y, en consecuencia, ni libertad ni respeto a los derechos humanos.
P: Cuando ha hablado de un dirigente político español que intervenía en ese programa del canal iraní ¿se refiere a Pablo Iglesias?
R: Sí, claro.
P: ¿Está todo contado sobre estos dirigentes de Podemos y cómo contribuyeron a armar el chavismo por dentro, en tareas de asesoramiento político para ideologizar el régimen? Me estoy refiriendo a la fundación previa al nacimiento de Podemos y a los fondos que recibieron del Gobierno venezolano, algo que les permitió vivir a todo lujo en Caracas en las urbanizaciones más elitistas, como el Country Club.
R: Seguramente sobre este asunto hay mucho más que contar, yo no tengo todos los detalles, lo que sí le puedo decir es que, como venezolano, fui espectador de cómo ellos pasaban largas temporadas en Venezuela. Eran defensores públicos de la dictadura, hacían apología sobre temas muy delicados que representaban la violación de derechos para los venezolanos, la vulneración del Estado de Derecho; la relativización de la democracia y la libertad. Todo eso no es que lo viera yo, es que lo vieron todos los venezolanos, porque era público y notorio su presencia allí. Más allá de esa presencia probablemente había otros compromisos, otros aportes, otras relaciones. No tengo ninguna duda de que eso haya tenido una contraparte económica en una relación que era, más que evidente, que era contractual.
P: Le pregunto sobre el papel que ha jugado Zapatero en Venezuela, muy cuestionado allí y aquí en España, a la hora de legitimar el régimen de Maduro y su proceso.
R: Para interpretar la actuación de Zapatero en Venezuela hay que escucharlo a él, que ha sido un apologista de Maduro y de la situación que se vive en Venezuela. Prácticamente nos ha planteado a los venezolanos que tenemos que acostumbrarnos a vivir bajo el sistema que ha impuesto Nicolás Maduro y cuando Zapatero tuvo la responsabilidad de llevar un proceso de negociación lo llevó de manea tal en donde toda la presión se la ponía a los sectores democráticos, en lugar de ponérsela a la dictadura. No hubo un foco estratégico para lograr una solución hacia unas elecciones presidenciales libres, justas y verificables.
P: ¿Qué mecanismos articularía usted para combatir políticamente la deriva que ha adoptado cierta izquierda trasnochada en América Latina?
R: Creo que se requiere tener liderazgos y movimientos sólidos que representen liderazgos. Yo creo mucho en esto, hoy en día en América Latina estamos obligados a repensar cómo nos organizamos políticamente, cuáles son las ideas que motivan ideas como libertad y democracia, que no son lo que eran hace veinticinco años cuando se veían perfilando el futuro de muchos países en el mundo. Se ha perdido ese entusiasmo por la democracia y a libertad. en América Latina requerimos movimientos políticos con muchos liderazgos, no uno ni cien, miles de ellos que tengan claridad, convicción y disposición a defender estar ideas. Para lograrlo es necesario el apoyo de los países europeos, además de Estados Unidos. Apoyo de todo tipo: político, diplomático, estratégico, organizativo, económico... algo que permita que esos movimientos que están siendo perseguidos y que tienen como consecuencia de expresar sus ideas la cárcel, el exilio o la muerte. Todos ellos deben sentirse parte de un movimiento mundial a favor de la libertad, la democracia y los derechos humanos, que no son conceptos abstractos. Tengo amigos a los que han asesinados y encarcelados, como ellos miles de personas en Venezuela.
P: ¿Cree viable que haya mecanismos para que a Nicolás Maduro se le pueda juzgar en el tribunal penal internacional de La Haya, por crímenes de lesa humanidad?
R: Sí lo creo. Ahí está claramente el caso que está por abrirse, estoy seguro de que va a ser así, por el informe que ya fue publicado en la Corte Penal Internacional de La Haya. Por falta de delitos no se va a salvar Maduro. Si él no es procesado ante una corte internacional será por negligencia de quienes les corresponda llevar adelante esa tarea. Los delitos existen, existieron, existen las víctimas y los victimarios. Los hechos han sido relatados y existen los elementos probatorios. Todo ello hace que la respuesta a su pregunta es sí.
P: Usted que es un político joven ¿se plantea en su fuero interno, como muchos le demandan, concurrir a una elección presidencial en Venezuela?
R: Yo creo que plantearse eso por cualquier persona, en estos momentos, sería desenfocarnos del verdadero desafío que tenemos, que es lograr esa elección. El segundo desafío es que podamos ir unido a esa elección, para poder ganarla. El tercer gran desafío es tener las ideas y los acuerdos mínimos para, una vez que se gane esa elección, podamos sacar al país de la tragedia donde está.
P: ¿Diría que ahora mismo hay desunión en la oposición venezolana?
R: Yo le diría que siempre existe la estrategia de la dictadura de buscar dividirnos a nosotros y siempre en los momentos críticos hemos mantenido la unidad pero, sin duda alguna, hay la intención permanente por parte de la dictadura de socavar esa unidad, con la teoría de Pablo Escobar: plata o plomo.
P: ¿Cómo definiría usted ahora mismo sus relaciones con el también dirigente opositor Henrique Capriles, si es que existen?
R: También es un líder importante de los sectores democráticos. Yo tengo relación y estamos en la obligación todos de respetarnos, trabajar juntos y, sobre todo, ser muy cuidadosos en cómo nos referimos los unos de los otros en privado y en público. Tenemos que buscar mayor nivel de cohesión y unidad, algo que vale para mí y para todos. Es a responsabilidad que tenemos de modelar con el ejemplo la unidad que esperamos que pueda tener todo el país.
P: Le pregunto por cómo se están desarrollando las conversaciones entre el Gobierno de Venezuela y la oposición en México D.F., teniendo en cuenta que Maduro las está boicoteando ¿es un callejón sin salida?
REs una oportunidad que tenemos allí para lograr aterrizar un camino hacia unas elecciones presidenciales. No es fácil, porque las expectativas que se tienen son ajustadas a la realidad y la realidad es que esta no es la primera negociación, ha habido muchos otros episodios. Hay dos elementos que hacen que este proceso sea distinto al anterior: el primero es que se acordó una agenda previa, que nos permite localizarnos en un objetivo concreto, algo que marca una gran diferencia con el proceso que llevaba Zapatero, que quería hacer de la negociación un libro de agenda abierta, que al final no se discutía ni se acordaba nada.
P: ¿ Y el segundo elemento nuevo en la negociaciación de Méjico?
R: El segundo elemento, distinto a los procesos anteriores, es que en esta oportunidad hay un acompañamiento internacional más robusto, con mayor compromiso, tanto de los países que apoyan a la dictadura, como Rusia, China, Turquía e Irán, como de los países que apoyan a la democracia: Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido y Holanda. Todos ellos están ahí como amigos del proceso de negociación.
P: ¿Cómo debería ser, a su modo de ver, la hoja de ruta para llegar a una cita electoral limpia, legítima, transparente y con todas las garantías?, con observadores internacionales que no caigan en la tentación de complacer al 'madurismo' y no sean obsequiosas, como algunas organizaciones lo fueron en el pasado con el 'chavismo', tal es el caso del centro Carter, o la OEA.
R: De eso precisamente es el contenido de la negocición que tiene lugar en Méjico. Lo primero es que tiene que haber libertad de concurrencia, tanto de partidos como de liderazgo. Hoy en día hay decenas de liderazgos que están proscritos, partidos que están expropiados y proscritos. Debe haber unas condiciones mínimas sobre el árbitro electoral, porque hoy en día el árbitro no es imparcial y el sistema electoral es una caja negra que no genera ninguna garantía. Además de todo lo anterior están otras condiciones para que una elección sea medianamente libre, como es que podamos tener un ejercicio de libre expresión, como estamos teniendo usted y yo en esta entrevista, porque eso no existe en Venezuela.
P: ¿Cómo es su vida diaria en Madrid, tiene una agenda de contactos con los que reunirse?
R: Sí, claro, yo amanezco en Madrid y me acuesto en Caracas por la diferencia horaria. La mañana la dedico a temas que tienen que ver con este lado del mundo. Mantengo comunicación también con sectores europeos, no sólo de España. Ya cuando amanece en Venezuela, sobre la una de la tarde de aquí, comienzo los contactos con personas que están en mi país y también le he dedicado algo de mi tiempo a tejer un espacio común con líderes de otros países que también han sufrido a persecución y que se enfrentan a regímenes autoritarios. Son líderes de Cuba, Nicaragua, Bielorrusia, Rusia, Mianmar, Sudán del Sur. También he podido entender cómo e problema de Venezuela no es aislado, es global, con muchos escenarios donde se está dando esta lucha en contra del autoritarismo.
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