Las crisis persiguen a Salvador Illa. Llegó al Ministerio de Sanidad e irrumpió en nuestras vidas la peor pandemia vírica del último siglo. Marcha a Cataluña como líder del Partido Socialista Catalán (PSC) y el Gobierno colapsa a los 500 días (aunque es cierto que en esta región años ha que desapareció la estabilidad política). Todos los ojos miran en Cataluña al exministro, expectantes ante si decidirá salvar al Gobierno de Pere Aragonés o dar un paso al frente. La política catalana vuelve a estar de actualidad, y parece que quedan muy atrás los días "de tortilla de patata, aceitunas, almendras saladas y té verde", la dieta habitual de Illa en su etapa al frente de la gestión de la pandemia.
En 'El año de la pandemia' (Península), Illa echa la vista atrás y recuerda sus momentos más difíciles en las oficinas ministeriales del Paseo del Prado, sede del Ministerio de Sanidad, donde compartió edificio con el exvicepresidente Pablo Iglesias (que se quedó con el despacho grande, mientras que Illa tuvo que ocupar el del anterior subsecretario de Sanidad).
Salvador Illa atiende a Vozpópuli para dar cuenta de su trabajo en Sanidad, de las acciones que tomó el Gobierno para frenar la transmisión del virus, del desempeño de su fiel escudero Fernando Simón, y de lo que le empujó a dejar Sanidad justo cuando llegaban las primeras vacunas. Ha llovido desde entonces, pero no podemos olvidar que cuando dejó el Ministerio para centrarse en Cataluña, España registraba más de 80.000 muertos por covid, 2 millones de contagios y seguíamos viviendo con libertad relativa (toques de queda, imposibilidad de viajar a ciertas regiones, etc.).
Pregunta: Salvador Illa, ¿le sirvieron de algo sus conocimientos en Filosofía para afrontar los peores momentos de la pandemia desde su cargo como ministro de Sanidad?
La formación que uno ha adquirido siempre da un bagaje. Pero a mí lo que más me ayudó fue mi experiencia en el sector público y en el ámbito de la política: saber trabajar en equipo, saber formar equipos buenos… Esto fue lo que más útil me resultó.
P. A tenor de esto, ¿qué le parece que haya desaparecido la asignatura de Filosofía del temario de secundaria al eliminarse la asignatura de Ética?
Es una formación que a mí me resultó muy provechosa. Sería muy positivo que todos los alumnos de secundaria tuvieran contacto con la disciplina filosófica. Pero también entiendo que los tiempos van evolucionando.
Sería muy positivo que todos los alumnos de secundaria tuvieran contacto con la disciplina filosóficaSalvador Illa
P. En el libro reconoce que la sanidad no era un campo del que usted fuera experto... y poco después llegó la pandemia. Por su experiencia, ¿cree que sería adecuado que los ministros de una determinada área tuvieran formación en la misma?
No es imprescindible. Bajo mi punto de vista, un miembro del Consejo de Ministros tiene que ser un político y hacer política. Un ministro tiene que rodearse de buenos equipos que le den los conocimientos técnicos que requiera su parcela. Pero no creo que sea imprescindible que un ministro de Sanidad sea médico, que un ministro de Transportes sea ingeniero de caminos o que un ministro de Educación sea profesor. Me parece que no es necesario y hay abundante experiencia en este asunto.
P. ¿Por qué le llamó el presidente Sánchez desde un número oculto para ofrecerle el cargo?
Son los protocolos de seguridad que tienen los dispositivos del presidente del Gobierno. Me ofreció un viernes, 10 de enero, incorporarme al Consejo de Ministros tomando las riendas de la cartera de Sanidad y accedí. Para mí ha sido todo un honor servir a España a través de su Gobierno.
P. ¿Es cierto que el Ministerio de Sanidad fue ofrecido antes a Podemos?
No lo sé. Se ha comentado, pero lo desconozco.
P. Usted se deshace en elogios hacia Fernando Simón, ¿cree que se merece dirigir el Centro Nacional de Salud Pública?
Para mí Fernando Simón fue una persona muy relevante. Reúne tres cualidades que no son fáciles de encontrar juntas en un servidor público; es un experto, una persona muy competente en su ámbito profesional (la epidemiología), con reconocimiento en España y fuera de España; es un buen gestor; y es un comunicador nato, no le da ningún reparo ponerse ante un micrófono a explicar las decisiones que se han tomado, los razonamientos científicos que las avalan… Estas tres cualidades juntas son muy difíciles de encontrar. Hizo un papel muy importante y está preparado para dirigir cualquier organismo de Salud Pública al que quiera aspirar.
Fernando Simón es un comunicador nato... está preparado para dirigir el Centro Nacional de Salud PúblicaSalvador Illa
P. ¿Mantiene relación con él a día de hoy?
Hablamos de vez en cuando, pero no con la frecuencia que nos gustaría a ambos. Guardamos una buena relación de amistad.
P. ¿Le dio algún consejo desde el punto de vista de la comunicación a Fernando Simón tras sus ruedas de prensa más polémicas?
No. Fernando es una persona con un don innato para la comunicación. Expresaba credibilidad en sus comparecencias públicas. Ser uno mismo y hacer las cosas con transparencia, fueron sus señas de identidad.
Fernando Simón expresaba credibilidad en sus comparecencias públicasSalvador Illa
P. ¿Cree que fue un error decirle a la población que las mascarillas no servían para frenar el virus y meses después hacerlas obligatorias?
No. Porque cuando dijimos que no eran necesarias es porque la evidencia científica avalaba nuestra afirmación. Cuando vimos que no, que la forma de transmisión de la covid exigía el uso de mascarillas, se lo pedimos a la población y explicamos el cambio. La OMS y otros organismos sanitarios internacionales también cambiaron su punto de vista al respecto.
P. En un momento del libro, cuando su ministerio analizaba la posibilidad de decretar un estado de alarma, usted cuenta que Pedro Sánchez le hizo la siguiente pregunta: "¿El ministerio puede dirigir la sanidad de este país?". ¿Estaba al tanto el presidente de la falta de competencias de Sanidad?
Completamente. Era perfecto conocedor. El sentido de su pregunta era si desde ahí podíamos adoptar responsabilidades desde el ámbito de la sanidad y hasta qué punto podíamos hacerlo. Lo que podíamos hacer era dirigir la salud pública, pero no la gestión sanitaria en sí misma, que estaba en poder de las CCAA. Y por ello se tomó la decisión de decretar el estado de alarma.
P. ¿Por qué se decidió centralizar las compras a través del ministerio pese a su falta de experiencia?
Nunca se impidió que las CCAA hicieran sus procesos de compra. La situación del mercado en aquel momento hacía necesario que el Estado español comprara con todos sus recursos. El mercado estaba roto, tenía una demanda muy superior a la oferta. España puso todos sus recursos para comprar los productos que hacían falta.
P. Usted habla de la reunión que mantuvo con Pablo Isla en los tiempos duros de la pandemia… ¿Comparte con Pedro Sánchez calificar a las grandes empresas de ‘poderes ocultos’? ¿Cree que apoyan al PP?
Lo que relato es que Pablo Isla y otras grandes empresas se pusieron en contacto con el Gobierno de España para ayudar a traer material sanitario. Un esfuerzo que he agradecido en multitud de ocasiones y que también reconozco en el libro. La situación actual requiere que todos colaboremos. El momento presente tiene algunos paralelismos con lo que pasó en la pandemia. Es un momento de ataque a los valores europeos, hay personas que lo están pasando mal por el aumento de los costes de la energía, de los costes de la vida… por la inflación que tenemos. Esto hace necesario que se aplique una fiscalidad justa para garantizar que nadie se quede atrás. Desde ese punto de vista comparto las medidas que ha tomado el Gobierno de España.
P. En su época como ministro, una de las principales figuras de la sanidad madrileña era el exviceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero. Ahora ha sido fichado por Alberto Núñez Feijóo para liderar la política sanitaria del PP. ¿Cuál fue su experiencia con Antonio Zapatero?
Él tenía más relación con la Secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón. El contacto que tuve yo con él fue correcto, profesional. No puedo hablar mal de él. En el libro cuento unos momentos delicados y desagradables en relación a la Comunidad de Madrid. Lo hago para explicar por qué tomamos ciertas decisiones.
P. Sobre su marcha como ministro de Sanidad, asegura que fue petición de Miquel Iceta y que el presidente dudó que fuera el mejor momento al estar la pandemia en un momento complicado todavía pese a que llegaban las primeras vacunas. ¿Por qué decide dejar un puesto como el suyo en un momento histórico para acudir a las elecciones autonómicas de Cataluña?
Hay dos condiciones que para mí eran imprescindibles para tomar esta decisión. La primera que me lo pidiera la persona que era el candidato natural del PSC, Miquel Iceta. Si él no me lo hubiera pedido jamás hubiera adoptado esa decisión. La segunda que el presidente del Gobierno aceptase. Convenimos con él que si el proceso de vacunación arrancaba bien entrábamos en una fase muy distinta de la pandemia. Acepté porque siempre me he considerado parte de un proyecto colectivo. Siempre que mis compañeros, en este caso el PSC, me han pedido que asuma una responsabilidad y me he visto con capacidad de asumirla, lo he hecho. Más allá de si me apetece o me viene en gusto, entiendo que cuando uno forma parte de un proyecto colectivo hay que hacer lo que se exige desde él. En aquel momento mis compañeros pensaron que se me necesitaba en Cataluña y se daban las circunstancias que he mencionado para hacerlo, por eso tomé la decisión.
P. ¿Considera que podría haber hecho algo mejor en su etapa como ministro? ¿Algún error que reconozca?
Sí, claro. Tomábamos decisiones con mucha incertidumbre, rapidez, con una intensidad muy elevada. No me arrepiento de nada de lo que hicimos. Pero le voy a poner un ejemplo. Hicimos un cambio en el formato de notificación de los datos en mayo de 2020 que nos recomendaron desde el punto de vista técnico. Nos permitía tener una fotografía más ajustada de la realidad epidemiológica de la covid en España. Creo que esto tendríamos que haberlo comunicado mejor, haciendo briefings previos... porque el formato de comunicación de datos que habíamos seguido hasta ese momento ya había generado unas costumbres por parte de los periodistas que... No cambiaría lo que hice, haría lo mismo, pero creo que se hizo bien al cambiar el formato.
P. Para muchos ciudadanos resultó sorprendente los constantes enfrentamientos entre izquierda y derecha incluso en un contexto de crisis como el que teníamos. ¿No es frustrante que siempre tenga que haber ese enfrentamiento incluso en una situación de crisis de Salud Pública semejante?
Pues sí. Hay veces en que hay que saber estar a la altura de las circunstancias, aunque seamos adversarios políticos… Yo, como ministro de Sanidad, nunca quise entrar en la confrontación política. Me esforcé en generar consensos. Cada cual puede mirar lo que hizo cada quien y que saque conclusiones. Pienso que hay que hacer política útil.
Gobierno fuerte y política útil son todo lo contrario de lo que hemos tenido en Cataluña estos 500 días de Gobierno de Pere AragonèsSalvador Illa
P. La situación en Cataluña no puede estar de más actualidad. ¿Qué posición va a mantener el PSC ante el nuevo Gobierno de Pere Aragonès?
Estamos viviendo un ataque a los valores europeos que ha generado una crisis energética con pocos precedentes y un encarecimiento generalizado de los costes. En una situación tan complicada hay dos cosas imprescindibles: tener gobiernos fuertes y estables, y hacer política útil y constructiva. Para mí la política útil es una política constructiva, que hace propuestas, que no solo critica, es respetuosa, discrepa adecuadamente, con serenidad, que respeta los acuerdos políticos…. Estas dos cosas, gobierno fuerte y política útil, son todo lo contrario de lo que hemos tenido en Cataluña estos 500 días de Gobierno de Pere Aragonès. Ha habido un gobierno débil y muy inestable y se ha practicado una política, incluso en el seno del gobierno, de confrontación, de conflicto crónico, y se ha exportado al Parlament de Cataluña. Todo lo contrario de lo que se requiere. Me temo que el Govern que ha tomado posesión este martes va a ser más de lo mismo. Pero, me va a permitir que tenga la prudencia de ver cómo arranca y de escuchar de Aragonés por qué ha tomado esas decisiones y qué piensa hacer. Primero que se explique él y luego responderemos.
Me temo que el Govern que ha tomado posesión este martes va a ser más de lo mismo. Salvador Illa
P. ¿Entiendo que podría dar usted un paso al frente?
Vamos a esperar a ver cómo van las cosas y a partir de ahí tomaremos las decisiones que tengamos que tomar.
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