Una de las mayores bazas políticas que existe en nuestro país es el empleo. Arma de doble filo, empleada por Gobierno y oposición a merced de su discurso. Sin embargo, la EPA (Encuesta de Población Activa) expone realidades mucho más potentes y profundas que la lucha clásica de egos en el Congreso.
Hace unos días, el INE publicó la EPA correspondiente al cierre del año 2023. El mercado laboral creó 783.000 empleos durante todo el curso pasado, hasta cerrar el año en récord, rozando los 21,25 millones de ocupados, y con una tasa de desempleo del 11,76 %, la menor desde 2007, antes de que irrumpiera la crisis financiera.
A consecuencia de esto, el desempleo se redujo en 193.400 personas durante 2023, hasta los 2,83 millones de parados, reduciendo así la tasa de paro ocho centésimas.
Datos que no se explican sin el aumento de las 589.600 personas que salieron de la inactividad durante 2023, dejando la tasa de actividad en el 58,99 % de la población total. Guarismos que desde el Gobierno de Pedro Sánchez se valoran muy positivamente. El líder del Ejecutivo calificó estos avances en materia de empleo como "extraordinarios", una muestra más de que "España crece y crea más y mejores empleos".
En sintonía con Sánchez, la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, consideró a 2023 como el "mejor año" en materia de creación de empleo, lo que refrenda que "las políticas públicas iniciadas por este Ministerio funcionan". Hasta la CEOE ensalzó "positivamente" dichos avances mostrados en la EPA, pese a todo, afearon la "pérdida de dinamismo" en el sector privado.
A pesar del optimismo reinante, considera que hay que mantener la "prudencia" de cara a 2024, tanto por la desaceleración de la actividad económica como por la incertidumbre que generan medidas que perjudican los costes empresariales y la productividad y que afectan "negativamente" al mercado laboral.
La EPA esconde la ruina de España
Aunque los datos arrojados por la EPA son motivo de celebración, especialmente viniendo de una situación económica tan delicada como la que tenemos hoy en día en España, estos dibujan una realidad paralela bastante preocupante. Gracias a la labor del usuario de 'X' Israel Cabrera (@Absolutexe), que ha estudiado en profundidad la EPA, observamos una desigualdad en la estructura de población activa que puede llevar al colapso.
Ahora mismo, en España, el 36,71% de la población mantiene con su trabajo a 48 millones de personas que viven en el país. En la actualidad, hay 21.246.900 españoles ocupados. De los cuales, 14,4 millones lo hacen por cuenta ajena y 3,2 millones son autónomos. Los 3,5 millones restantes que quedan para completar la suma son funcionarios. Por tanto, sus sueldos vienen de los impuestos que se pagan con el sacrificio de los 17,6 millones de trabajadores anteriormente citados.
En porcentaje, el montante de trabajadores por cuenta ajena y autónomos supone el 36,71% de la población total. El 63,29% restante del país se reparte de la siguiente manera: 3,2 millones de empleadas del hogar; 7,2 millones de menores de 16 años; 6,9 millones de jubilados; 1,7 millones de otras pensiones; 899.000 incapacitados permanentes; 3,3 millones de estudiantes; 2,8 millones de parados; 494.000 inactivos restantes.
¿Cómo de sostenible puede ser un país donde hay más funcionarios que autónomos? ¿Se podrán mantener las 8.705.600 pensiones a largo plazo? Con una pirámide poblacional cada vez más envejecida, y una sociedad que ha dado la espalda a la natalidad, el número de pensiones que haya que pagar irán aumentando, lo mismo que la cuantía de estas, pues no paran de revalorizarse.
Aumentan los puestos públicos, de acceso mediante oposición. A los funcionarios que trabajan se les va a subir un 0,5 por ciento el sueldo, cuyo incremento medio en la nómina mensual será de 13 euros. Además, también recibirán una 'paguilla' por los 15 meses anteriores que rondará los 200 euros.
Se pretende rebajar la jornada laboral, frenando la ya doliente productividad que asola a España. Seguiremos poniendo peso en los hombros de los 3,2 millones de autónomos, a los cuales se les sigue friendo a impuestos sin parar. La iniciativa privada se antoja más importante que nunca, especialmente en tiempos de crisis social y económica como los que vivimos.
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