El suspense tenía pacto. ERC acordó con Bildu el 'sí' abertzale al decreto de la guerra para que el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez no tuviera que recurrir al PP, según confirman fuentes parlamentarias a este diario. Unidas Podemos, que trabaja para mantener la unidad de los socios independentistas, vuelve a salir triunfante con el resultado de la votación de la norma, que salió adelante con 176 votos a favor, 172 en contra y una abstención.
El mosqueo monumental de la izquierda independentista y del resto de socios del bloque de investidura con el PSOE por el caso Pegasus no hizo descarrilar la legislatura. Lo cierto es que si el decreto con las medidas económicas para paliar los efectos de la guerra en Ucrania hubiera decaído, el futuro de la coalición hubiera quedado en entredicho. También si el Gobierno hubiera convalidado la norma con los populares. Por eso se entiende el salvavidas de Bildu.
Aún así, el PSOE, según fuentes moradas, debe arreglar su relación con ERC y dar explicaciones en la comisión de secretos oficiales que, finalmente verá la luz tras la votación de este jueves. Los socialistas deben rendir cuentas por el supuesto espionaje si quieren que el Ejecutivo no se caiga. Y todo porque la hipotética salida de los republicanos de la ecuación complicará la tarea legislativa del PSOE y Unidas Podemos.
La contrapartida, en la tramitación
El Gobierno se abrió este miércoles a tramitar el decreto como proyecto de ley por la vía de urgencia para poder introducir cambios en el decreto. Y la inmensa mayoría del Congreso lo aprobó. La norma inicia ahora una larga tramitación parlamentaria que la puede modificar. Los grupos ya se frotan las manos y Bildu el que más. Fuentes de la izquierda abertzale explican que las contrapartidas que exigirán al Gobierno por su `sí' las negociarán próximamente.
El partido no aclara qué materia o qué medida arrancará al Ejecutivo, aunque las fuentes consultadas advierten de que lo más probable es que sea empujar para llegar "al fondo del catalangate". Mientras, el PSOE, el partido que ha llevado las negociaciones con los grupos para salvar el decreto, sostiene que ni ha ofrecido a Bildu cambios vía enmiendas ni la izquierda abertzale ha pedido algo que el PSOE haya aceptado.
La lógica detrás del pacto entre ERC y Bildu es comprensible. Ambos partidos son conscientes de que el Gobierno actual es el más propenso a atender sus reclamaciones precisamente por su debilidad parlamentaria. Los dos partidos independentistas no podían permitirse tumbar un decreto que hubiera podido propiciar el fin de la legislatura.
La cabeza de Robles, pieza de caza
Por eso, Bildu permitió con su respaldo al decreto que ERC que pudiera votar 'no' para contentar a su alma independentista y a la vez no aparecer como responsable de que las medidas "de izquierdas" del decreto no se aplicaran. Así, los republicanos también salvan la cara ante su otra alma. En el otro lado, Bildu promete a ERC intentar llegar hasta el final con el asunto del supuesto espionaje.
En verdad, el frente común de los independentistas con Podemos tras el lío de Pegasus persigue la dimisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Quienes piden su salida con más beligerancia son los republicanos, pero casi todos los partidos a la izquierda del PSOE tienen ganas a la titular de Defensa. Es más, en Podemos la sitúan como una pieza clave del Estado profundo que trabaja para romper "el bloque de dirección de Estado" de socialistas, morados e independentistas.
La posición de Podemos en un Gobierno sin el apoyo parlamentario de la izquierda independentista quedaría muy comprometida. Los morados, no se pueden permitir permanecer en un Ejecutivo escorado hacia el PP; la gran alternativa a la coalición junto con Vox. Pero, a la vez, tampoco pueden perder el altavoz que suponen los cinco asientos en el Consejo de Ministros. Además, su líder en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, a punto de empezar un "proceso de escucha" para armar una plataforma electoral, vería aniquilada su influencia. Decreto salvado, el partido sigue.
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