Yolanda Díaz enfrenta un problema político. Si el acuerdo entre Gobierno, patronal y sindicatos para aprobar la reforma laboral ha sido arduo, la negociación en el Congreso para que la Cámara apruebe el decreto no se está quedando atrás. Y es que si ERC y Bildu terminan dando el 'sí' a Díaz, la estrategia electoral de la titular de Trabajo se verá comprometida, según reconocen fuentes del espacio de Unidas Podemos a Vozpópuli.
Lo cierto es que la llegada del proyecto a las Cortes está siendo una prueba de fuego para la vicepresidenta segunda. Podemos ha dejado en manos de su lideresa in pectore la negociación. Fuentes del partido no descartan que se hayan producido ya contactos y se limitan a garantizar el apoyo del grupo parlamentario a Díaz. Por delante tiene el reto de cambiar la postura del BNG, ERC y Bildu, que ya han anunciado un frente común para tumbar la reforma porque no deroga la del PP.
Mientras, el equipo de la vicepresidenta asegura que se ha informado pormenorizadamente a los socios del Gobierno, algo que ERC, por ejemplo, sigue negando. Además, reitera que solo persiguen un pacto con la mayoría de la investidura y rechaza frontalmente que haya un acercamiento a Ciudadanos. No obstante, en el espacio morado asumen que lo más importante es tener los números. Eso es lo que se primará.
Pagar un precio sea cual sea el pacto
Pero Díaz, inmersa en un proceso de escucha que quiere ser transversal, tiene incentivos para ampliar la base de sus apoyos y no depender solo del independentismo y del bloque de dirección de Estado que armó Pablo Iglesias. Por eso, en Moncloa no descartan que los de Inés Arrimadas se sumen. El análisis que hacen algunos morados consultados es que Díaz pagará un precio sea cual sea la geometría del pacto.
Si el Congreso convalida la reforma con el 'sí' solo de la mayoría de la investidura, la imagen de transversalidad que vende la vicepresidenta sufrirá. La obsesión de Díaz por articular una mayoría que trascienda las ideologías es cada vez más manifiesta.
Por eso se vio con el Papa, dijo que la sanidad pública no es ni de derechas ni de izquierdas y da tanta importancia a haber sellado un acuerdo con patronal y sindicatos para armar el nuevo andamiaje laboral español. Transversalidad, siempre, porque el plan electoral de Díaz es crear una herramienta que construya pueblo y supere al PSOE, como el primer Podemos.
El otro problema es que sumen partidos de la oposición de derechas. El propio Iglesias ya dejó caer este lunes que el PP puede barajar abstenerse pese a su insistencia en el 'no' para atacar a Díaz. Y es que un voto de confianza de populares o naranjas no solo rompería la mayoría actual que sostiene a la coalición, sino que serviría para enfrentar a la ministra de Trabajo con los más izquierdistas, los mismos que ya han puesto el grito en el cielo por el alcance del proyecto estrella de la vicepresidenta segunda.
El Gobierno: "No se quita ni una coma"
El Gobierno, por el momento, insiste en que no va a tocar ni una coma del pacto alcanzado con patronal y sindicatos. Enfrente, además de ERC, tiene a Bildu. Los abertzales también demandan interlocución directa a Díaz y no están por la labor de votar un plan con la bendición del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. "El señor Garamendi no pulsa los votos de EH Bildu ni de las izquierdas soberanistas", lanzó la portavoz parlametaria, Mertxe Aizpurua.
El otro grupo vasco del Congreso, el PNV, va por otro lado. Fuentes jeltzales recuerdan que no integran "ningún bloque" ni tienen "una acción coordinada con otras formaciones políticas" sobre la reforma. Al contrario de lo que ocurre con otros socios, el PNV da mucho valor al acuerdo alcanzado con la patronal y los sindicatos. "Un acuerdo tan plural es siempre merecedor de respeto y consideración. Lo valoramos en ese sentido, y lo respetamos", zanjan fuentes del partido.
Pero los nacionalistas euskaldunes reconocen una brecha grande que les separa del 'sí': "Solo podemos apoyar una reforma laboral que defienda y reconozca un marco autónomo vasco de relaciones laborales, y que recoja la prevalencia de los convenios autonómicos", precisa el partido, que asegura que solo la patronal se opone a su petición.
Un acuerdo tan plural es siempre merecedor de respetoFuentes del PNV
Díaz lo tiene difícil en el Congreso. Cuenta con el apoyo de Podemos, pero hay sectores entre sus colegas morados que también han puesto 'peros' a la reforma laboral. Los morados se han desmarcado a su manera pese a sentarse en el Consejo de Ministros: "No es la reforma que haría Unidas Podemos de ser mayoría en el Gobierno". La vicepresidenta segunda tiene un trabajo difícil.
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